Teoría y práctica educativa en tiempos de pandemia

Jorge Gastélum-Escalante

Juan Carlos Yáñez Velazco

Infotecnologías. Teoría y práctica educativa en tiempos de pandemia (Editorial Porrúa, 2021) contiene ocho capítulos. Los tres primeros son ensayos que reflexionan acerca de las relaciones entre informática, Internet y Tecnologías de la información y la comunicación (TIC) con la labor educativa, en el contexto de Covid-19. Los cinco capítulos siguientes están estructurados como artículos científicos que indagan esa misma articulación.

La obra inicia con «Universidad, investigación y pandemia: los costos de la desigualdad social y económica. Una aproximación al debate regional», de Axel Didriksson Takayanagui. Reflexiona que la pandemia puso en entredicho la capacidad educativa instalada, los aprendizajes emergentes requeridos y las plataformas de investigación de las universidades de América Latina. Así, haber mantenido un modelo de dependencia cognitiva y de reproducción de instituciones que en su mayoría siguen trabajando con esquemas académicos obsoletos, repetitivos y estancos ha retrasado en forma severa, pero también irresponsable, desde la perspectiva de un bien social y de un derecho humano, las posibilidades de innovación e incidencia social, de generación de capacidad de soberanía científica y de atención a problemas como los de salud y educación ahora a la vista. 

Didriksson sostiene la tesis de que poco podrá hacerse si no se superan estas deficiencias, con la perspectiva de construir un desarrollo sostenible y equitativo, y si no se operan programas de integración regional y de cooperación científico-tecnológica. 

El capítulo «Tecnologías informáticas y subjetividad: la formación frente a la era digital», de Ashley Josua Bocanegra Marín, Braulio Reynoso Javier y Miguel Ángel Pasillas Valdez, trata acerca de cómo la pandemia constituye una coyuntura que impulsa el uso de los «Servicios y Tecnologías Internéticos» (SyTI) en la educación, lo que ha viabilizado la continuidad de los servicios escolares y evitado que millones de personas alrededor del mundo se priven de los mismos, pero, asimismo, cuestiona los riesgos que la creciente digitalización de lo educativo implica. Su ensayo elude el triunfalismo imperante relativo al mundo digital al mostrar los aspectos lesivos que los SyTI propician en la subjetividad humana, en contraste con el ideal pedagógico de Bildung (formación). 

En el capítulo III, «La enseñanza en la universidad en tiempos de pandemia», Juan Carlos Yáñez Velazco aborda la presente crisis sanitario-educativa como una oportunidad, pero vigila que sólo encararla no garantiza resultados. Las crisis, ocasiones para hacerlo bien, mal o distinto, en el campo educativo son oportunidades para la reinvención apostando a otro modelo o proyecto, o bien para salir del trance crítico y retomar la habitualidad. Yáñez Velazco pregunta: «¿Cómo están enfrentando las universidades el confinamiento y enseñando por vías remotas? ¿Están intentando sólo volver a la normalidad o considerando las posibilidades de alumbrar un proyecto distinto que aproveche las condiciones de la virtualidad y las nuevas tecnologías?». 

El capítulo «TIC, educación superior y pandemia Covid-19. Relatos estudiantiles

y docentes», de José de Jesús Chávez Martínez, expone una indagatoria en educación superior, con entrevistas a estudiantes y docentes, quienes, con sus testimonios, revelan una realidad que plantea desafíos a las autoridades, a las universidades y a las figuras del acto educativo, bajo el supuesto de investigación que conjetura una realidad con carencias para llevar a cabo tácticas de educación virtual que conlleven a un mejor aprendizaje en línea, en un contexto de emergencia sanitaria.

El capítulo V, «Experiencia educativa del estudiantado durante la pandemia de Covid-19: el caso de una universidad pública mexicana», de David Moreno-Candil y Edwin Ricardo Bravo-Verdugo, afirma que la transición a la educación a distancia (EaD) para la continuidad académica tiene alcance limitado por la desigualdad de acceso a la tecnología y por las capacidades institucionales para llevarla a cabo. Su objetivo fue indagar la experiencia del estudiantado durante la aplicación de la EaD en una Institución de Educación Superior (IES). Para tal propósito utilizaron un cuestionario de cuyas respuestas se encontró que la denominada «brecha digital» no es tan amplia como sugiere la literatura, pero que la valoración estudiantil de las actividades en línea no es positiva. 

El capítulo «Visión estudiantil sobre la enseñanza remota en tiempos de Covid-19», a cargo de Martín León Santiesteban y Jorge Gastélum-Escalante, fruto de una investigación que se propuso conocer el impacto que esa pandemia provocó entre los estudiantes universitarios en cuanto a sus posibilidades de sostener procesos educativos a distancia, en relación con los recursos técnicos para acceder a dichos procesos. Es un estudio exploratorio, por lo que su hipótesis es de constatación, en tanto los métodos utilizados para contrastarla fueron la documentación sistemática, la encuesta y la observación; con estos métodos se obtuvo la información necesaria para caracterizar el tema y los datos empíricos para construir el objeto. 

Cerrar las IES urgió soluciones basadas en tecnologías digitales, pero encontró a una porción significativa de estudiantes sin los medios tecnológicos ni los recursos financieros necesarios para la igualdad de oportunidades, objetivo de desarrollo sostenible 4, de «garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover las oportunidades de aprendizaje […] para todos».

El título del capítulo VII, «Etnografía en línea de un semestre en curso bajo pandemia. El enfriamiento tecnológico del proceso de enseñanza-aprendizaje», de Jorge Gastélum-Escalante, indica su contenido. Se trata de la observación, registro, descripción y análisis de las relaciones entre docente y estudiantes y entre estos, en el curso de nueve asignaturas, de tercer grado, del semestre agosto-diciembre de 2020. Ante la imposibilidad de practicar etnografía presencial, la alternativa fue registrar, describir y analizar lo observable en la pantalla que sustituyó el aula, el pizarrón y las láminas de proyección de las clases presenciales. 

Al final —no en orden de importancia, sino por su objeto, diverso de la educación escolarizada—, el capítulo VIII, «Sistematización de experiencias de talleres virtuales con perspectiva de género en tiempos de Covid-19 impartidos a personas migrantes y jornaleras agrícolas del municipio de Navolato, Sinaloa», de Ana Imelda Coronel Cabanillas y Marco César Ojeda Castro, se propuso compartir las acciones y reflexiones generadas a partir de la impartición de setenta talleres virtuales con perspectiva de género a personas migrantes y población jornalera del municipio referido, que ofreció el Instituto Sinaloense de las Mujeres en dicha coyuntura. 

El término Infotecnologías, propuesto por Yuval Noah Hararai, engloba aquí las palabras empleadas por los autores de estos ocho capítulos, a saber: informática, por Didrikson Takayanagui; Servicios y Tecnologías Internéticas (SyTI), tecnologías digitales y TIC, por Pasillas, Bocanegra y Reynoso; solucionismo tecnológico, por Yáñez Velazco; TIC, por Chávez Martínez; Educación a Distancia (EaD) y TIC, por Moreno-Candil y Bravo-Verdugo; tecnología digital y tecnologías educativas a distancia, por León y Gastélum; Infotecnologías por Gastélum-Escalante; y virtualidad y tecnologías de la información por Coronel y Ojeda.

Así, estas Infotecnologías tienen una biografía que inicia con Internet en los primeros años de la década de 1990, pero que se viralizaron como una diáspora con la emergencia de la pandemia: no es casual que Zoom Video Communication, la compañía de Eric Yuan que empezó a funcionar en 2013 con un millón de usuarios, en tan sólo un día, el 24 abril de 2020, hubiera sumado unas 343,000 personas que «bajaron» la aplicación a sus teléfonos celulares para efectos de teletrabajo, incluida la labor docente de instruir a unos 1,600 millones de estudiantes de ciento noventa y un países. 

Las consecuencias de aplicar dichas tecnologías acríticamente y sin las transiciones pertinentes es lo que estudia este manojo de ensayos y artículos de investigación, desde marcos solventes y con datos empíricos que documentan las preocupaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). 

¿Dónde queda la soberanía cognitiva y científico-tecnológica de países como México? ¿Dónde la formación humanista? ¿Dónde la calidez del contacto y las miradas entre los seres humanos que son docentes y estudiantes? ¿Cómo proteger a los estudiantes del abandono y la inequidad provocada por la fisura digital? ¿Cómo superar los desafíos de las instituciones y los agentes del acto educativo? ¿Cómo hacer que estudiantes sin medios tecnológicos ni recursos financieros no queden sin oportunidades? En estas páginas se proponen algunas respuestas. No será posible sin un ideal de formación, sin otro modelo educativo o proyecto estratégico distinto. Es necesario diseñar la educación y la universidad pospandemia.

 

* Extracto de la Introducción al libro del mismo título, coordinado por Jorge Gastélum-Escalante y Juan Carlos Yáñez Velazco, presentado en noviembre del año en curso.

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