Eduardo-Backhoff

Un galimatías llamado Libros de Texto Gratuitos

La Ley general de Educación (LGE, 2019) señala que el Estado está obligado a prestar servicios educativos y que la SEP debe proporcionar a los escolares de educación básica libros de texto gratuitos (LTG). Dichos libros deben de cumplir con los planes y programas de estudio correspondientes y en su elaboración deberán participar los diversos sectores sociales involucrados en la educación. Asimismo, en el Plan de Estudios para la Educación Preescolar, Primaria y Secundaria (SEP, agosto de 2022) se establece que en el ciclo escolar 2022-2023 se deberán de realizar las pruebas piloto de los nuevos planes y programas de estudio, para implementarlos en preescolar, primero de primaria y primero de secundaria. Sin embargo, hasta la fecha, la SEP no ha dado a conocer los programas de estudio en los que se deberían haber basado los LTG que, desde hace meses, circulan de manera extraoficial en las redes sociales; no solo de los primeros grados, sino de toda la educación básica.

Con los argumentos de que los LTG no están alineados a los programas de estudio (inexistentes, hasta la fecha) y que no se habían elaborado con la participación de los diversos sectores de la sociedad, la Unión de Padres de Familia interpuso un amparo ante una Juez del 3er Distrito en Materia Administrativa de la CDMX, quien ordenó a la SEP no distribuir dichos materiales mientras no demostrara que éstos se habían elaborado de acuerdo con lo que mandata la LGE. Aunque la SEP argumenta que sí participaron docentes en la elaboración de los LTG, las actas de dichas asambleas fueron reservadas por cinco años, por lo que no se tiene acceso a ellas. A esta demanda, se han sumado miles de personas que solicitan al gobierno detener la entrega de los LTG, en la plataforma Change.org.

Por otro lado, diversos expertos han denunciado dos grandes problemas de los LTG: el ideológico y el pedagógico. Por un lado, los LTG intentan imponer una visión maniqueísta del mundo, en el que se hace una apología de la pobreza y una satanización de la riqueza; donde los empresarios y las clases acomodadas son conservadorasexplotadoras traidoras a la patria; mientras que las clases proletarias, los desempleados, los discapacitados y los excluidos representan a la parte buena y justa de la sociedad mexicana. Esta línea de pensamiento se identifica claramente con las Epistemologías del Sur, cuyo eje central es la “descolonización” cognitiva impuesta por Occidente y la adopción de una visión del mundo de las clases más desprotegidas. Ello implica rechazar el pensamiento europeo, incluyendo la filosofía y el conocimiento científico, por considerarlo al servicio del capitalismo y de las fuerzas sociales más retrógradas y, en su lugar, adoptar los saberes y creencias autóctonos de las comunidades.

Por otra parte, el currículo 2022 se inspira en la pedagogía crítica del brasileño Paulo Freire (de hace medio siglo), quien alfabetizó exitosamente a personas adultas, concientizándolas de sus condiciones de vida precarias y de pertenecer a una clase trabajadora explotada. Esta aproximación se trata de implementar en niños de educación básica, donde: 1) el centro del aprendizaje ya no es el estudiante sino el grupo, 2) el centro de la enseñanza ya no es el aula sino la comunidad, 3) las asignaturas desaparecen para integrarse en campos formativos multidisciplinarios, 4) los grados escolares se agrupan en fases y 5) las actividades didácticas se desarrollan alrededor de proyectos de interés social (cerca de 60 al año). Consecuentemente, los contenidos de los LTG se modificaron radicalmente, alterando su balance, los aprendizajes esperados (o progresiones) y las didácticas para enseñarlos. Para muchos expertos, algunos de estos cambios presentan grandes problemas. Por ejemplo: 1) los contenidos de matemáticas de 1er grado se reducen en un 90%, 2) algunos conceptos están definidos erróneamente (ej., figura geométrica), 3) se proporciona información incorrecta (las órbitas del sistema solar), 4) se hace uso inadecuado del lenguaje (ej., “subir para arriba”), 5) algunas secuencias didácticas son incorrectas, 5) la narrativa no siempre es la adecuada para el nivel cognitivo de los estudiantes (en los libros de primero de primaria se presentan textos largos y complejos).

A pesar de los problemas legales, conceptuales y pedagógicos que padecen los LTG, el Presidente ha declarado que éstos se distribuirán en todas las entidades federativas. Más allá de los problemas puntuales de los LTG y de que estos se elaboraron sin los programas de estudio, lo preocupante es que se experimentará por primera vez en 25 millones de escolares un galimatías educativo que no ha probado su eficacia. Consecuentemente, es probable que los alumnos tengan mayor dificultad para dominar las matemáticas y la lectoescritura, y para comprender las ciencias naturales y sociales; así, el daño a la niñez podría ser de grandes dimensiones. De ser el caso, el Presidente dejará evidencia de por vida de que su gobierno fue incapaz de plantear una reforma educativa que superara a la anterior.

Presidente del Consejo Directivo de Métrica Educativa, A.C.@Eduardo Backhoff

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