Un Sistema de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (SEAES) sensato es posible

Juan Carlos Silas Casillas

ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara

Hace un par de semanas concluyeron los foros regionales de consulta para el diseño del sistema de evaluación y acreditación de la educación superior. Iniciaron el 5 de octubre en la región Sur-Sureste y concluyeron el 26 del mismo mes con la participación de instituciones ubicadas en el Noreste. Fueron seis en total y se realizaron vía virtual.

Estos foros buscaron conocer las opiniones de académicos y funcionarios de las instituciones de educación superior acerca de cómo puede y debe conformarse el SEAES y se espera que los cientos de contribuciones sean sistematizados y analizados por un grupo más pequeño que presentará las recomendaciones.

El SEAES es un instrumento de la política educativa del Estado mexicano para transformar la educación superior, su construcción y su operación deben atender lo que dispone la Ley General de Educación Superior, así como los objetivos y estrategias planteadas en el Programa Sectorial de Educación Superior 2020-2024. Tendrá por objeto “Diseñar, proponer y articular, estrategias y acciones en materia de evaluación y acreditación del Sistema Nacional de Educación Superior para contribuir a su mejora continua”. 

Esta aspiración es compartida por quienes integran el Sistema Nacional de Educación Superior: Estudiantes, Autoridades, personal académico y administrativo de las instituciones de educación superior, Autoridades de todos los órdenes de gobierno, las instituciones públicas y particulares, órganos colegiados como el Consejo Nacional para la Coordinación de la Educación Superior, las Comisiones Estatales para la Planeación de la educación Superior o equivalentes, etc. 

Se busca ampliar las oportunidades educativas para cerrar brechas sociales y reducir desigualdades regionales, la reorientación y transformación académica de las instituciones para que respondan a las necesidades de sus comunidades, garantizar planes y programas pertinentes a los nuevos desafíos, vincular los resultados de las evaluaciones de logro educativo con la toma de decisiones de las autoridades e impulsar el compromiso y responsabilidad social de las Instituciones de Educación Superior, vinculando sus actividades académicas a la atención de las necesidades del país. 

La evaluación de la Instituciones de Educación Superior (IES) tiene finalidad diagnóstica y de mejora, considerará la diversidad institucional y no dará prioridad a estándares de desempeño como forma prioritaria; se centrará en procesos de autoevaluación de las IES, sustentados en la participación democrática de las universidades. 

Algunas de las orientaciones sobre el SEAES incluyen que se entenderá a la evaluación como el proceso formativo para diagnosticar, valorar e interpretar el estado que guardan los procesos y funciones sustantivas, los actores, programas e instituciones. Se valorará si la acreditación debe seguir siendo una política nacional para todas las IES o sólo para regular a las particulares. Se hará un diagnóstico financiero de cuánto ha costado el pago a los organismos acreditadores en los últimos 30 años valorando el costo beneficio de este modelo. El SEAES deberá tener un elemento de seguimiento a egresados. 

La propuesta de una evaluación formativa, con fines de mejora sistémica es atractiva y debe fortalecerse con algunos elementos que vale la pena discutir para robustecerla.  El más relevante se relaciona con considerar las características de cada institución y la consonancia con su entorno. Dicho de otra forma, cada institución existe como parte del sistema educativo nacional y está realizando una contribución a la formación de los mexicanos, por ello, debe ser evaluada en términos de su misión, condiciones y el logro que está teniendo, buscando siempre potenciar el impacto positivo en la comunidad. 

Sobre este orden de ideas, existen muchos esquemas de operación, desde las grandes Universidades federales con presupuestos formidables y miles de empleados que atienden a decenas de miles de estudiantes, hasta pequeñas IES particulares con condiciones y aspiraciones modestas comparativamente con las primeras. La evaluación debe considerarlo de manera contextualizada y evitar caer en regulaciones insensatas. 

Por otro lado, las instituciones de educación superior integran simultáneamente el macrosistema nacional y el micro sistema local, por lo que la evaluación formativa se fortalecerá si sigue el criterio de la territorialización resaltad tanto en la Ley General de Educación como en la Ley General de Educación Superior, integrando y poniendo en colaboración a aquellas instituciones que tienen algunos desafíos con aquellas que los tienen resueltos pero enfrentan otros, para que en el intercambio horizontal y fraterno se equilibre la calidad educativa entre regiones y entidades federativas.  Esto, además de fortalecer a las IES, ayudará a constituir una oferta interinstitucional estatal accesible y equitativa a las poblaciones más vulnerables.   

Será necesario impulsar mecanismos ágiles y flexibles, evitando trámites innecesarios que incrementen costos directos o desvíen la atención de las funcionen sustantivas a la realización de trámites. Un aspecto importante se refiere a la iniciativa de valorar si la acreditación se quedará como política nacional para todas las IES o sólo para regular a las particulares. Este aspecto puede devenir en un grave conflicto de inequidad por el mero hecho de dar trato diferente a funciones iguales. Las IES públicas y particulares tienen obvias diferencias en torno a sus fuentes de financiamiento y reglamentación operativa, sin embargo, todas son parte de del sistema educativo nacional y proveen un servicio educativo en beneficio de los ciudadanos. 

Las IES particulares, al formar parte del sistema educativo nacional y contar con la autorización de la autoridad, no son algo ajeno a la misión formativa nacional, por el contrario, se integran como constitutivos de la mejora nacional. En una última dimensión es importante resaltar que las IES públicas se beneficiarían mucho de ejercicios que les permitan evaluar su operación y logro ya que el hecho de tener financiamiento del Estado les puede excluir de las oportunidades de reflexión y mejora, en ocasiones muy necesarias. Sería poco sensato privar a las IES públicas de un esquema de análisis y búsqueda de mejora como el que se propone para las particulares.

Por último, la revisión a nivel de costo-beneficio de lo erogado en acreditaciones en beneficio de los organismos acreditadores será un ejercicio interesante que puede dar nuevas pautas para la construcción de un sistema de evaluación y acreditación de la educación superior reflexivo y autocrítico. 

En síntesis, será muy provechoso construir al SEAES tomando en cuenta las características específicas de cada institución (pública y particular), promover la autoevaluación constante y enfocada con base en indicadores clave de logro de sus propósitos y metas; así como del impacto que tiene en la mejoría de las condiciones de la localidad en que se encuentra. Un mecanismo situado que puede dar resultados positivos en el corto plazo sería la integración de colectivos interinstitucionales de evaluación de la educación superior por localidad, es decir, no sólo de las IES, sino del conjunto de IES en la localidad. Este y otros mecanismos se podrán crear a través de la participación de todo tipo de IES en el SEAES, la creación de los parámetros valorativos y operativos, así como el seguimiento a sus decisiones. 

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