Una ruta para mejorar la calidad de la educación y su equidad: Directrices del INEE

Entre las atribuciones del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) descritas en la fracción IX del artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, señala que el Instituto, como coordinador del Sistema Nacional de Evaluación Educativa (SNEE), además de realizar evaluaciones y emitir lineamientos para regular aquellas que realicen las autoridades educativas, le corresponde: “Generar y difundir información y, con base en ésta, emitir directrices que sean relevantes para contribuir a las decisiones tendientes a mejorar la calidad de la educación y su equidad, como factor esencial en la búsqueda de la igualdad social”.

Las directrices adquieren relevancia pues representan un puente valioso entre la evaluación y la mejora educativa, al hacer uso efectivo de los resultados de las evaluaciones y proponer rutas de trabajo para orientar las políticas educativas en el ámbito nacional y local. Así, las directrices se convierten no sólo en una de las atribuciones más novedosas del Instituto, sino que son una valiosa oportunidad para avanzar en la garantía del derecho a una educación de calidad para todos al señalar a las autoridades educativas del país, de acuerdo con la evidencia disponible, los aspectos que deben ser mejorados y las líneas de acción más convenientes a ser desarrolladas para que la oferta de servicios educativos responda a las necesidades de equidad, pertinencia y calidad de las distintas poblaciones del país. ¿Qué son las directrices?

El Modelo para la construcción y emisión de directrices, publicado por el INEE en 2015, las define como recomendaciones de política pública orientadas a la mejora educativa. Su validez se fundamenta en evidencia que aportan las evaluaciones e investigaciones educativas disponibles; es decir, parten de la recopilación y análisis de información estadística, resultados de investigación y hallazgos principales de evaluaciones que dan cuenta del problema educativo que se quiere mejorar. En el proceso de construcción de las directrices que emite el INEE se desarrolla también un riguroso análisis causal sobre la problemática educativa y un proceso de interlocución con distintos actores educativos para analizar no solo la deseabilidad del cambio propuesto, sino también su factibilidad.

Las directrices centran su atención en temas prioritarios relacionados con la equidad y la calidad educativa, considerando su importancia para la sociedad mexicana, la relevancia que tiene en la política educativa o bien, centran su atención en aquellos temas donde se considera que el derecho a la educación está siendo vulnerado. De acuerdo con las necesidades identificadas, las directrices pueden focalizar su atención en aspectos clave relacionados con los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa, y la idoneidad de los docentes y directivos. Asimismo, subrayan aspectos relacionados con el fortalecimiento de la coordinación institucional, el presupuesto público, la innovación y la evaluación educativa.

En todos los casos el objetivo fundamental de las directrices es el de garantizar el máximo logro de aprendizajes de los educandos que cursan la educación obligatoria, tal como lo establece nuestro mandato constitucional. Así como la evaluación educativa no genera por sí misma la mejora, las directrices tampoco lo harán si las autoridades educativas no las hacen propias y construyan, a partir de ellas, políticas públicas que garanticen el derecho a una educación de calidad para todos.

Por ello, a partir de las respuestas que emiten las autoridades educativas a las directrices, el INEE desarrolla diversas acciones de difusión, seguimiento y acompañamiento con la finalidad facilitar su implementación y realizar, en su caso, las actualizaciones correspondientes. Desde 2016 a la fecha se han realizado mesas públicas y presentaciones a actores fundamentales del sistema educativo, reuniones de trabajo con autoridades educativas de nivel federal y local, así como foros nacionales de seguimiento.

Las directrices centran su atención en temas prioritarios relacionados con la equidad y la calidad educativa Con todo ello, además los resultados de diversos instrumentos que captan el uso de las directrices por parte de las autoridades educativas, año con año, el INEE elabora un reporte de seguimiento a la atención de directrices, el cual se entrega al Congreso de la Unión como anexo al Informe Anual sobre la Educación Obligatoria en México. Estas acciones buscan posicionar a las directrices dentro de la agenda de gobierno, e incidir en el cumplimiento de las autoridades educativas conforme a lo que establecen la Ley General de Educación y la Ley del INEE en relación con las directrices, que implica, además de responder a las mismas en un plazo no mayor a 60 días naturales, atenderlas en sus planeaciones y programaciones educativas. Avances y desafíos en la atención de las directrices Las directrices emitidas por el INEE han sido valoradas de forma positiva por las autoridades educativas, y han contribuido favorablemente al diálogo y a la coordinación entre distintos actores que participan en la toma de decisiones y en los procesos de implementación de políticas educativas. La mayoría de las autoridades educativas locales han impulsado diversas acciones para atender las directrices de manera coordinada y específica, a través de planes de trabajo concretos y la definición de acciones prioritarias, al interior de sus sistemas educativos y en el ámbito regional.

También han propuesto acciones innovadoras y puntuales que corresponden al ámbito de sus atribuciones legales y han buscado diversos mecanismos de cooperación institucional con la autoridad educativa federal. Sin embargo, en el proceso de implementación de las directrices, se han observado algunas necesidades de apoyo y fortalecimiento. Entre ellas destaca la incorporación sistemática de las directrices y sus aspectos clave de mejora en los sistemas formales de planeación sectorial que utilizan las autoridades educativas a efecto de que se les asigne presupuesto y para que sus acciones y metas sean auditables.

También es necesario mejorar la coordinación entre la federación y los estados, así como la cooperación entre las entidades federativas, para fortalecer las estrategias institucionales que se despliegan. Se requiere, además, convocar a otros actores para incidir en el uso y atención de las directrices particularmente los Congresos, locales y nacional, las organizaciones de la sociedad civil, académicos, docentes, padres de familia y opinión pública en general. Junto con ellos se necesitan reforzar los mecanismos de seguimiento, apoyo y acompañamiento que ofrece el Instituto a las autoridades educativas para adaptar las directrices a los diversos contextos locales y buscar aprovechar estas circunstancias para garantizar una mejor implementación de las mismas y el impacto educativo esperado.

El INEE está comprometido con el derecho a una educación obligatoria de calidad para todos y está convencido de que para lograrlo no solo requiere de hacer buenas evaluaciones, pertinentes, justas y técnicamente robustas, sino usar sus resultados para proponer mejoras efectivas en el sistema educativo. En tal sentido, se considera a las directrices como un poderoso instrumento para detonar la mejora y avanzar en el cumplimiento de este derecho. De ahí la importancia de que todos los actores educativos y la ciudadanía en general aprovechen la ruta trazada por las directrices para avanzar en las políticas que necesitará la transformación educativa del país en los próximos años. Su objetivo fundamental es garantizar el máximo logro de aprendizajes de los alumnos que cursan la educación obligatoria

*Titular de la Unidad de Normatividad y Política Educativa del INEE. Más textos en el sitio del INIDE de la UIA. Texto publicado originalmente en La Jornada

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