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  • Réquiem por la dignidad: otra vez contra la educación

    Réquiem por la dignidad: otra vez contra la educación

    Juan Carlos Yáñez Velazco

    Juan Carlos Yáñez Velazco
    Juan Carlos Yáñez Velazco

    Con mezcla de estupor e indignación leo que la Secretaría de Educación Pública (SEP) desapareció los archivos del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y de la llamada Mejoredu, Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, creada por el primer gobierno federal de Morena, y ahora enterrada sin piedad.

    El secuestro de la información y el conocimiento producidos, sobre todo por el INEE, ha merecido rechazo y denuncia. La opacidad de la SEP admite explicaciones diversas, con buenas y peores intenciones. Más allá de las posturas de cada cual, es evidente que el ocultamiento de la ya considerable biblioteca acumulada en más de dos décadas es una decisión autoritaria y regresiva. En efecto, como han declarado varios académicos, significa una vuelta al peor pasado posible, a la dictadura del pensamiento único, del dato oficial como mantra, de la fe ciega que debe profesarse a quienes detestan el examen abierto de ideas y prefieren el silencio pagado por la nómina o el credo ideológico.

    La decisión no solamente pretende borrar una huella indeleble, la existencia misma del INEE y su trayectoria, especialmente en el sexenio de Enrique Peña Nieto y la reforma educativa que, en su momento, jubiloso, suscribió el hoy secretario de Educación Pública. También es un rechazo al dato, al análisis riguroso, a la confrontación de pensamientos, a sustentar las políticas en evidencias.

    Si con la decisión buscan borrar el nombre del INEE o de los consejeros y las figuras centrales, se equivocan otra vez: están despreciando el trabajo honesto, riguroso y profesional de cientos de personas, especialistas y trabajadores de distintos niveles que trabajaron durante más de veinte años en evaluaciones locales, nacionales e internacionales; en investigaciones de diversos temas; en la producción de documentos icónicos en la historia pedagógica, como el Panorama Educativo de México, monumental repositorio anual de indicadores; informes de distintos estudios; documentos con orientaciones para el diseño de mejores políticas en temas torales, a través de las denominadas “directrices”, centradas en visibilizar los neoliberales temas de la educación indígena, de los niños y niñas hijos de trabajadores agrícolas migrantes, del dramático abandono escolar en la educación media superior, entre otros; se proponen clausurar también la producción de manuales y textos con orientaciones didácticas, o la maravillosa colección de buenas prácticas que cientos de profesores de todos los rincones del país enviaron (en documentos o videos) para registrar sus esfuerzos cotidianos que producían buenos resultados y se compartían generosamente para tender puentes invisibles con otros colegas, ejercicio que reunía, sí, con recursos públicos, a dos personas de cada entidad federativa cada año, para mostrar sus productos, como reconocimiento a labores extraordinarias. Todo ello y un incontable inventario es lo que la decisión de la SEP quiere enterrar en el basurero de la ignominia.

    Se sepulta y desprecia también la labor de miles de personas que eran contratadas temporalmente por el INEE, de manera transparente y legal, para realizar los levantamientos o exámenes de distintos tipos en miles y miles de escuelas del país; gente a quien se pagaba por su labor, se les cubrían gastos de alimentación y pernocta cuando se requería, y previamente a todo, se les capacitaba para realizar una labor apegada a lineamientos y supervisiones. Se repudia el trabajo de miles de profesores, directores y otras figuras que participaban como evaluadores, informantes o colaboradores que confiaban en el valor de la investigación y la evaluación educativas.

    En suma, el alud de la Cuatro T en la materia entierra todo ello, memoria, trabajo profesional y responsable; y solo por ese hecho la decisión arbitraria es condenable, pero sus consecuencias serán mayúsculas.

    Por el lugar geográfico desde donde escribo, Colima, debo señalar un hecho que a los colegas del centro del país les puede resultar nimio, pero que a las entidades federativas les resulta significativo en grado sumo. Sin la información que producía el INEE, estados como el mío se quedaron huérfanos de datos públicos, porque las secretarías de educación estatales no tienen como prioridad la provisión de información y datos abiertos, que constaten avances o problemas, que inciten análisis e investigación. Si realizan estudios o evaluaciones, esas oficinas se las guardan para sus archivos, y quizá para tomar decisiones, pero no alimentan la indispensable reflexión educativa, los análisis desde la academia y el periodismo, que coadyuven a la mejora del sistema escolar.

    La quema de este capítulo de la historia admite todos los calificativos. Me abstengo de sumar otros. Lamento, y me indigna, que mientras en las universidades formamos para que nuestros futuros docentes y profesionales del sistema educativo sean mejores que las generaciones actuales, desde los gobiernos se entronice el disimulo, la desmemoria, la ocurrencia y el cinismo.

  • ¿Quo vadis educación?

    ¿Quo vadis educación?

    Jesús Carlos Ornelas Navarro
    Jesús Carlos Ornelas Navarro

    El 7 de octubre, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos dio a conocer el informe The State of Teaching, que resume el Estudio Internacional sobre Enseñanza y Aprendizaje (TALIS). El estudio se basa en entrevistas a cerca de 280 mil docentes y directores de 17 mil escuelas del primer ciclo de secundaria de 55 sistemas. Según la OCDE, el estudio TALIS tiene como objetivo, ayudar a los funcionarios gubernamentales a formular políticas para apoyar el ejercicio profesional de los docentes y el diseño de estrategias para mejorar la calidad de la enseñanza y el entorno de aprendizaje a líderes escolares.

    Por instrucciones del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, México no participó en ese estudio. Quizá, consideró, que no sirve a México porque no toma en cuenta las condiciones sociales y culturales de nuestro país. ¡Viva la idiosincrasia! Hubiera podido expresar. La investigación de la OCDE resume percepciones de docentes en contextos heterogéneos y documenta que, a pesar de las diferencias, enfrentan desafíos similares, aunque en magnitudes desiguales.

    Por ejemplo, docentes y sistemas educativos, enfrentan la responsabilidad de adoptar la inteligencia artificial, al mismo tiempo, deben proteger a los estudiantes de sus efectos nocivos. El gobierno mexicano tiene en el abandono la actualización de los maestros en servicio (menos de 100 pesos per cápita para capacitación en 2025). Y, fuera de algunas declaraciones, no se enseña nada sobre IA. Muchas normales sufren mermas de recursos y en 2026 ejercerán menos presupuesto en términos reales. Además, no hay informes de que, acodes al plan de estudios y libros de textos vigentes, se hayan mejorado currículos y ni formas de enseñanza; lo cual puede ser una ventaja por la carga ideológica de los nuevos libros de texto.

    TALIS 2025 destaca que la mayoría de los docentes perciben que son valorados por sus sociedades y que, si tuvieran que escoger de nuevo una profesión, repetirían su formación. Quizá se deba a que piensan que tienen la oportunidad de contribuir de manera útil a la sociedad. En México hay estudios de investigadores de la educación (elaborados con grandes dificultades) que muestran que muchos maestros mexicanos se dedican a la enseñanza por vocación, pero también por otros motivos, como empleo seguro, prestaciones y otros beneficios. Pero no sabemos cuántos docentes heredaron o compraron su plaza o su “basificación”. Por supuesto que, en caso de que México hubiera participado en el estudio, TALIS no daría esa información, pero sí pistas sobre las percepciones de docentes sobre su trabajo y perspectivas profesionales.

    Lo que no es diferente en México es que, para asignar el lugar de trabajo de los maestros, el funcionariado privilegia la antigüedad y coloca a quienes tienen menos experiencia en los entornos educativos más difíciles. En lo que no anda bien el sistema es, en la tutoría a los recién egresados de las normales. Funcionarios y muchos maestros tienden a pensar que con el certificado profesional es suficiente para ser responsable de alumnos. La recomendación de TALIS, que muchos investigadores y maestros mexicanos ya habían valorado con anterioridad, es que la “tutoría puede facilitar enormemente la transición de la formación inicial del profesorado a la enseñanza real en el aula”.

    Por las declaraciones de rechazo, del secretario de Educación Pública y de otros funcionarios, a la comparación internacional, pudiera deducirse que no les interesa conocer el estado de la educación en México, menos en comparación con otros países. Pero también que no desean que la sociedad y los mismos maestros se enteren del rumbo de la educación.

    Esta conjetura se refuerza porque, como reportó María Cabadas (El Universal, 10 de octubre), la SEP eliminó el sitio web del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y desapareció 22 años de indicadores, estudios y diagnósticos del nivel de aprendizaje en educación básica y media superior.

    La educación se encamina a la oscuridad.

    Referencia:

    OECD (2025), Results from TALIS 2024: The State of Teaching, TALIS, OECD Publishing, París, https://doi.org/10.1787/90df6235-en.

  • Evaluación y acreditación: Diferencias y desafíos en el aprendizaje

    Evaluación y acreditación: Diferencias y desafíos en el aprendizaje

    La evaluación formativa es un proceso continuo, sin un carácter concluyente o sancionador.

    Sergio Martínez Dunstan
    Sergio Martínez Dunstan

    En mi colaboración anterior, abordé la relación entre los postulados teóricos de un modelo educativo basado en un currículo integrado y el Plan y Programas de Estudio 2022 de la Nueva Escuela Mexicana. En otra entrega, hace un poco más de un año, aborde la decolonialidad y su influencia con la evaluación formativa. En ambos casos destaqué la necesidad de un cambio profundo en la mentalidad del magisterio. Ahora, en este artículo, reflexionaré sobre la evaluación de los aprendizajes en el contexto del segundo periodo de evaluación.

    La crítica al modelo de evaluación tradicional

    Sobre la evaluación de los aprendizaje, el Plan de Estudios para la educación preescolar, primaria y secundaria 2022 desarrolla lo establecido en el artículo 79, fracción IV de la Ley General de Educación. De inicio, caracteriza el modelo de evaluación de los aprendizajes y señala algunas cuestiones de las cuales pretende deslindarse como por ejemplo las calificaciones numéricas porque, “el número no refleja el proceso complejo que sucede en las y los estudiantes”.

    Asimismo, resalta algunos de sus efectos perniciosos. Señala que, durante décadas, los diseños curriculares previos —centrados en objetivos de aprendizaje, competencias y aprendizajes clave— promovieron la medición del desempeño estudiantil y la calificación a través de pruebas estandarizadas. Esto derivó en la fragmentación del conocimiento y en una enseñanza desconectada de la realidad. Además, la calificación numérica no solo clasifica socialmente a los estudiantes, sino que también ha sido utilizada indebidamente para evaluar a los docentes, las escuelas y al sistema educativo en su conjunto, alejando la evaluación de su función pedagógica. Tal juicio resulta insuficiente para erradicar radicalmente este tipo de evaluación. Aún sigue presente, más vigente que nunca, el Acuerdo número 10/09/23 por el que se establecen las normas generales para la evaluación del aprendizaje, acreditación, promoción, regularización y certificación de las alumnas y los alumnos de educación preescolar, primaria y secundaria.

    Hacia una evaluación formativa

    Le resulta más conveniente proyectar otra manera de vincular la evaluación con el aprendizaje. Pondera, en el Plan de Estudios 2022, la evaluación de los aprendizajes como elemento clave del proceso formativo cuya función principal debiera ser la retroalimentación mediante el diálogo yola observación. Su objetivo, señala, consiste en identificar logros, dificultades y acciones de mejora. Destaca sus bondades y distingue dos momentos bajo el principio de la autonomía profesional:

    1. Evaluación formativa y continua, orientada a guiar el aprendizaje y la enseñanza.

    2. Acreditación, utilizada para certificar los aprendizajes de los estudiantes.

    Fija algunos aspectos para el primer momento. Una evaluación formativa comprende:

    1. El seguimiento que realizan las y los docentes sobre el proceso de aprendizaje de sus estudiantes, observando su desarrollo en distintos contextos y experiencias de la vida cotidiana.

    2. El trabajo con el error de las y los estudiantes en una estrategia didáctica para interpretar el sentido del error y acordar una estrategia de acción.

    3. Las situaciones de enseñanza y aprendizaje.

    4. La retroalimentación de los estudiantes en función de sus avances y áreas de mejora.

    5. La mejora de los métodos didácticos empleados.

    Por otra parte, el Programa de Estudios enfatiza que la evaluación formativa debe integrarse con la planeación didáctica y desarrollarse en el aula, la escuela y la comunidad. Su finalidad es que los estudiantes resuelvan problemas de la vida cotidiana, valorando la pertinencia de las estrategias didácticas. También resalta la importancia de la retroalimentación para identificar logros, áreas a reforzar y obstáculos a superar. La evaluación formativa es un proceso continuo, sin un carácter concluyente o sancionador.

    La acreditación y sus limitaciones

    Por otro lado, la acreditación sigue dependiendo de una calificación numérica basada en el juicio docente y en la recopilación de evidencias como exámenes escritos, trabajos escolares y tareas. Una de las estrategias más utilizadas es el portafolio de evidencias, que permite documentar el aprendizaje. Sin embargo, la calificación numérica sigue siendo el criterio para determinar la promoción del estudiante, aunque no refleje su verdadero proceso de aprendizaje.

    Reflexión final

    A pesar de las críticas al modelo de evaluación basado en la calificación, los diseñadores curriculares, tomadores de decisiones y legisladores no lograron erradicarlo por completo, generando confusión. Evaluar es retroalimentar; calificar es acreditar. Son procesos distintos con propósitos diferentes. El primero se basa en principios pedagógicos y el segundo en criterios normativos.

    La clave está en que docentes, directivos y supervisores se apropien del enfoque formativo para lograr una transformación real en la evaluación de los aprendizajes. Solo así se garantizará que este proceso contribuya al desarrollo integral de las y los estudiantes, más allá de una simple calificación.

  • Pronunciamiento sobre la necesidad de contar con una evaluación educativa que abone a la garantía del derecho a la educación

    Pronunciamiento sobre la necesidad de contar con una evaluación educativa que abone a la garantía del derecho a la educación

    Ciudad de México a 25 de noviembre de 2024

    • La evaluación educativa es un componente sustantivo del derecho a la educación. En virtud de ello, y ante la desaparición de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación y del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social, solicitamos a la Secretaría de Educación Pública que, en el corto plazo, presente un Plan Nacional para la integración de las tareas de evaluación para la mejora, verificadas con la máxima responsabilidad por lo logrado y con el máximo profesionalismo para servir a niñas y niños.
    • La niñez, adolescentes y jóvenes, así como sus familias y la sociedad en su conjunto tenemos derecho a contar con un diagnóstico profesional y oportuno de los avances educativos, no menos que con respecto de su salud, que además, posibilite el que estudiantes sean acompañados a partir de programas e intervenciones educativas que les ayuden a desplegar su capacidad de aprender y su potencial en forma sistemática, y no casual ni fortuita.
    • El derecho a aprender requiere de una política de Estado que articule distintos instrumentos de política educativa, incluida una evaluación ágil, pertinente, respetuosa y orientada a alcanzar la zona próxima de desarrollo de cada persona estudiante. Es importante entender y apuntalar a la evaluación como un insumo fundamental de la mejora continua.
    • Los actores educativos y la ciudadanía debemos contar con información transparente, oportuna y sistemática sobre las condiciones de acceso, contexto, permanencia y logro educativo de las y los estudiantes, así como de las necesidades y retos que enfrentan los distintos actores del Sistema Educativo Nacional, y cómo es que se están atendiendo.

    La aprobación, por parte del Legislativo, de las reformas del marco jurídico sobre la evaluación educativa plantea un reto muy importante en el presente para que este cambio de estructuras y atribuciones no se traduzca en un empobrecimiento en la producción de la información del sistema educativo o en la falta de confiabilidad de los procesos e instrumentos para medir y evaluar la educación.

    Derivado de una demanda social de la ciudadanía, magisterio, especialistas y organizaciones civiles involucradas en la educación- se emprendió la construcción de un sistema de evaluación sólido, confiable, oportuno y transparente, que lograra brindar credibilidad a los reportes de avances y resultados del Sistema Educativo Nacional. Dicho proceso tomó más de dos décadas. Preocupa por ello que la decisión de trasladar estas funciones a la SEP no garantice ni la eficiencia ni la eficacia en el manejo de los recursos, pero tampoco la solidez técnica y pedagógica en la elaboración de instrumentos de medición y evaluación. Además, la transparencia y pertinencia cultural en la diversidad del país y del ritmo y estilo de aprendizaje de niñas y niños, requiere de una serie de acuerdos y acciones concertadas y decididas para avanzar un paso adelante. 

    Por todo esto, hacemos un llamado a la Presidencia de la República, y a la Secretaría de Educación Pública, para que se integre un área de evaluación educativa que abone a valorar adecuadamente el esfuerzo de cada escuela y entidad, y a articular y ajustar la política pública para que se puedan proponer metas viables, siempre susceptibles de monitoreo.
    La evaluación educativa es un instrumento de gobierno que puede convocar voluntades y marcar rumbo. Las personas, organizaciones y colectivos firmantes nos pronunciamos de una forma crítica y propositiva por:

    El rediseño en la SEP de una Dirección de Evaluación con los perfiles técnicos y alcance adecuados, austero, pero no sub financiado, y donde se combine el rigor con la cercanía a las situaciones reales de aula y territorio.

    Que se haga una convocatoria desde la SEP para que distintas instituciones de educación superior, de la academia, colegios de especialistas, organizaciones de sociedad civil, docentes y familias, opinen y se involucren, como áreas consultivas y consejos, en las tareas de diseño e implementación de la evaluación educativa, sin conformar una asamblea masiva y decorativa, sino una auténtica fuerza que apoye continuamente al gobierno federal.

    Que en las nuevas definiciones para la evaluación educativa se incorpore plenamente a todas las entidades federativas y los distintos tipos y modalidades educativas, para recuperar, resguardar y potenciar sus sistemas y experiencias de evaluación.

    Reconocer que el sentido de evaluación es apuntalar el derecho a aprender de niñas, niños y adolescentes, lo que implica contemplar como parte imprescindible para esta nueva etapa la inclusión de la voz y opinión de las y los alumnos mismos.
    La evaluación sirve no sólo para las decisiones de gestión, sino fundamentalmente para que las y los docentes tengan referentes de las habilidades presentes y del potencial de sus alumnas y alumnos, y ajustar su práctica a sus necesidades actuales. La evaluación educativa también permite que las autoridades y actores educativos emprendan las propuestas, correcciones y decisiones que fortalezcan el derecho a la educación. Las familias puedan involucrarse y apoyar el proceso de sus hijas e hijos según su etapa de desarrollo y madurez. La niñez y adolescencia misma tomen protagonismo y autoeficacia en su trayectoria escolar.

    Hacemos público nuestro compromiso y ánimo de colaboración para hallar soluciones y propuestas acordes al contexto del país y a la coyuntura presente.

    Atentamente:

    Uriel Amaro Ríos | Supervisor de Educación Primaria, Durango.

    Ana Laura Barriendos | Docente de la Universidad Autónoma de Querétaro.

    Martha Barrios | Ciudadana

    Elisa Bonilla Rius | Bonilla + Torres H Consultoría en educación, BOTH

    Manuel Bravo Valladolid | Cien Lenguajes del Niño AC

    Ricardo Bucio | CEMEFI

    David Calderón Martín del Campo | CEIDON Centro de Excelencia e Innovación para los Derechos y Oportunidades de la Niñe

    Salvador Camacho Sandoval | Profesor Universidad Autónoma de Aguascalientes

    Juan Pablo Correa Ortega | Universidad Autónoma de Aguascalientes

    Carla Dávila Villegas | Ciudadano

    Sonia Del Valle Lavín | Comunicadora Educativa y Periodista /MUxED

    Catalina Everaert | Ciudadana.

    Pedro Flores Crespo | UAQ

    Patricia Ganem Alarcón | Ciudadana

    Eugenia Garduño | Ciudadana

    María del Rocío Hurtado Díaz | Profesora de educación primaria, Tamaulipas

    Gema Jara | Consultora en Educación

    Virginia López Hernández | ATP de preescolar, Aguascalientes

    Arcelia Martínez Bordón | El Faro Educativo, Universidad Iberoamericana, Ciudad de México.

    Luz María Stella Moreno Medrano | INIDE

    Bernardo Naranjo Piñera | Especialista en Política Educativa

    Juan Martín Pérez | Tejiendo Redes Infancia de América Latina y Caribe

    María Guadalupe Pérez Martínez | Universidad Autónoma de Aguascalientes

    Theresia Pfenich | Profesora y directora, Estado de México.

    Silvia Romero Contreras | Universidad Autónoma de San Luis Potosí

    Lourdes Saavedra | Ciudadana

    Rafael Sampedro Martínez | Director de Escuela Primaria, Puebla.

    Marilú Sarmiento Chanona | Director de Escuela Primaria, Chiapas.

    Sylvia Irene Schmelkes del Valle | Ciudadana.

    Leslíe Serna Hernández | Ciudadana

    Gabriela Silva Maceda | Ciudadana

    Irma Villalpando | UNAM

    Alma Maldonado | Investigadora del DIE – CINVESTAV

    Robert Myers | Especialista educativo

  • Por qué no debe desaparecer Mejoredu

    Por qué no debe desaparecer Mejoredu

    Desde que inició este gobierno, resulta increíble que nadie haya puesto orden al interior de la Secretaría de Educación Pública (SEP) pues, cual secreto a voces, a veces estridentes y rijosas, las luchas internas que no han menguado ni un solo instante en el campo de batalla, han evidenciado el establecimiento de un “virreinato” al interior de esa dependencia, dada la cantidad “impresionante” de virreyes, “dueños” de ciertas “islas”, que combaten entre sí para llegar o mantener un poder concedido por un “rey” que no precisamente vive en ese castillo. 

    Esta idea del hambre por el poder, me recordó precisamente a una frase que hace tiempo leí en un texto: La victoria se consigue cuando el enemigo se rinde, se retira o es destruido; y, para acabar pronto, imagino que con la anunciada desaparición de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, mejor conocida como MEJOREDU, alguno de estos virreyes, tal vez enquistado en una absurda y pusilánime corriente neoliberal podría cantar victoria porque, al trasladar las funciones de esta comisión a la misma SEP su virreinato podría expandirse, o bien, podría lograr acuerdos con otros virreyes para recuperar lo perdido.

    No hay que perder de vista, que MEJOREDU sustituyó al extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE); un instituto que independientemente del trabajo realizado durante el tiempo que estuvo operando, gozó de las mieles de la antipatía del magisterio derivado de la implementación a rajatabla de la reforma educativa peñanietista, pero también, por la cerrazón de varios de sus integrantes como Guevara Niebla; en absoluto, varios de sus miembros, fueron capaces de marcar una línea entre sus responsabilidades y las que la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente (CNSPD) ejercía por indicaciones “superiores”; sobre todo, no tuvieron la posibilidad o capacidad de contradecir a quien desde la oficina de Vasconcelos, garrote en mano, golpeaba incesantemente al gremio. De ahí la antipatía, no sé si bien merecida, pero si ganada en el terreno educativo. En fin. Esto es solo un recordatorio que me parece bastante pertinente realizar, dado lo que parece ser la inminente desaparición de MEJOREDU.

    Ahora bien, desde mi perspectiva, pienso que la educación perdería mucho con la posible desaparición de este organismo, insisto, por un poder absurdo que solo pretende conseguir posibles posiciones al interior de la SEP. Sigo creyendo, porque así lo he sostenido y escrito desde hace tiempo, que MEJOREDU es una instancia que vale la pena mantener en el siguiente sexenio si es que se desea contar con un sistema nacional que permita contar con información relacionada, por ejemplo, con la forma en que viene operando el sistema educativo, pero también, con  un sistema para la formación (y no capacitación) del magisterio y, desde luego, de un sistema relacionado con la carrera de las maestras y los maestros; es decir, tres sistemas en uno que, vistos con esta mirada, representan una complejidad importante.

    No, no se trata de decir “hay que desparecer a este organismo porque no aporta nada”; tampoco se trata de enjuiciar a priori los logros y áreas de oportunidad que, como es natural, se tienen en cualquier dependencia, organismo, escuela, entre otros; mucho menos se trata de afirmar que es mejor que sus funciones se trasladen a la SEP porque “para que se quiere tanto personal si en la SEP bien pueden realizar lo mismo y probablemente pagarles menos”.

    Considero que se trata de observar que, diseñar un sistema de evaluación (sin la punitiva evaluación docente que tanto denostó al magisterio) que permita conocer información valiosa sobre el estado que precisamente guarda la educación en México es harto relevante. Es obvio que nuestro país requiere de una valoración que arroje información valiosa sobre el cómo estábamos, cómo estamos y cuál es el camino que podemos tomar para atender aquello que requiera ser atendido. Esto independientemente de la corriente emancipadora y humanista que subyace la Nueva Escuela Mexicana o… ¿acaso la pedagogía critica, que también es parte de todo este planteamiento emancipador prohíbe o limita las acciones que posibiliten una transformación significativa de ciertas políticas como las que implica una valoración de aquello que puede ser valorado? Vaya, por poner un breve ejemplo, ¿no acaso el mismo presidente López Obrador, en su último informe de gobierno, hizo un balance de su sexenio? Ejemplo simplista, si así se quiere ver, pero que pone en el centro el tema de la evaluación propiamente dicha. Entonces, ¿realmente con la posible desaparición de MEJOREDU o, mejor dicho, con su posible incorporación a la SEP, se construiría un sistema nacional de evaluación de gran envergadura tal y como lo requiere México?, ¿no acaso una mujer de ciencia, como lo es la presidenta electa Claudia Sheinbaum, sabe que tal sistema es harto necesario porque permite contar con información para la toma de decisiones? Preguntemos entonces, a quién beneficia su desaparición o incorporación a la SEP. ¿Verdad que ya no es tan fácil decir “que desaparezca y ya”?

    Ahora bien, por lo que respecta al sistema de formación del profesorado, pienso que este tema es aún más complejo que el anterior porque, independientemente de las atribuciones y/o funciones de MEJOREDU, hay que recordar que cada entidad federativa también goza de soberanía en este rubro y, por ello, como bien decía, la situación se complica en demasía. Ojo, no con tal cuestión afirmó que MEJOREDU haya hecho o propuesto un programa de formación extraordinario, lo que estoy diciendo es que en los estados hay otras tantas islas y virreyes locales, con ínfulas de sabiondos, que nada más no favorecen la formación de las maestras y los maestros de acuerdo a las necesidades didáctico-pedagógicas que se requieren. Podría contarse un con excelente programa diseñado desde la federación, pero poco o nada serviría si cada estado hace lo que se le venga en gana o, peor aún, sin la más mínima idea de que significa formación continua para el magisterio. Obviamente que, como en todo hay sus raras excepciones, pero ¿a poco no se conocen titulares de ciertas áreas de formación continua en las entidades que no tiene la menor idea de lo significan tales conceptos? Estoy seguro que conocemos a varios de ellos. 

    Finalmente, por lo que respecta a la carrera de las maestras y los maestros, pienso que aquí se tiene la mayor e importante área de oportunidad porque, un sistema estandarizado que promueve la clasificación del magisterio es, hoy por hoy, el tema que tendría que movilizar a propios y extraños a dialogar ampliamente. Digo, el diálogo siempre será un buen mecanismo para lograr consensos, ¿dialogará el próximo secretario de educación sobre ese sistema o, igual que antaño, aplicará el mecanismo que lo llevó a votar a favor de la reforma de Peña Nieto?

    Es más, me atrevería a preguntar si antes de que MEJOREDU desaparezca o se integre a la SEP, el próximo Secretario de Educación llamará a esos propios y extraños a dialogar para valorar esa decisión o, igual que antaño, aplicará el mismo mecanismo para que se mantenga la misma reforma neoliberal impuesta por Peña Nieto tal y como se ha visto con la posible creación de un instituto que ya no será la USICAMM pero que sí será la USICAMM solo que tendrá otro nombre. En fin, ¿dicho secretario pondrá orden en la SEP o le ganará la vena neoliberal que lo llevó a votar en 2013 por la mal llamada reforma educativa?

    Al tiempo.

  • A maestros les “cayó pesada” la evaluación educativa: Martínez Bordón

    A maestros les “cayó pesada” la evaluación educativa: Martínez Bordón

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    A los maestros les cayó “pesada” la evaluación docente y la reforma educativa, justo porque son iniciativas muy grandes y ambiciosas, afirmó Arcelia Martínez Bordón, coordinadora de la Gaceta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).

    Martínez Bordón explicó que el INEE busca que las evaluaciones docentes sean justas, equitativas, pertinentes y oportunas.

    Durante la ponencia “Dilemas y retos del INEE par la evaluación docente en México: algunos temas para la agenda institucional”, en el marco del Segundo Congreso Latinoamericano de Medición y Evaluación Educacional (Colmee), la experta en temas educativos dijo que el principal reto a vencer para que todos los maestros sean evaluados es el tiempo.

    Recientemente, Eduardo Backhoff, consejero del INEE, afirmó que a partir de septiembre de este año y hasta marzo de 2016, se dará la primera ronda de evaluación que incluirá alrededor de 400 mil maestros que ya están dentro del servicio educativo,  anualmente se evaluarán otros 400 mil, aproximadamente, para que en los tres siguientes años se hayan evaluado a la totalidad o casi la totalidad de docentes que hoy forman parte de la educación obligatoria pública.

    Martínez Bordón reconoció que se toman en cuenta los diversos contextos con los que los docentes trabajan, el número de alumnos, las herramientas con que se desarrollan, para que la Coordinación Nacional de Servicio Profesional Docente, junto al INEE, formen diálogos y mesas de trabajo junto a los profesores.

    En entrevista con Educación Futura, aceptó que en estados como Oaxaca, Guerrero y Michoacán, donde docentes se han negado a las evaluaciones, se  requiere una gran labor de difusión, donde se den a conocer las bondades de esta practica de mejoramiento profesional.

    Reiteró que un sistema educativo que rinde cuentas de sus actividades tiene que estar necesariamente sujeto a una evaluación, reconociendo que aún falta  nutrir esta cultura entre varios sectores de la población.

    Finalmente, señaló que aunque existen muchas dudas respecto a los procesos de evaluación y sus consecuencias, señaló que la ley marca claramente los caminos a seguir en cada caso, e invitó a los maestros a sumarse a las distintas iniciativas.

  • Evaluación no ha mejorado calidad educativa: OCDE

    Evaluación no ha mejorado calidad educativa: OCDE

    INEE OCDE

    La evaluación educativa en México no ha servido para mejorar la práctica de los docentes, ni la calidad de los aprendizajes obtenidos por los alumnos, no obstante se aplica con énfasis desde el año 2000;  más aún, la prueba ENLACE (ahora en desuso), generó “efectos perversos en términos de la práctica pedagógica en la escuela”, reconoció Paulo Santiago, director del departamento de Educación y Competencias de la OCDE.

    “La evaluación y su vínculo con la práctica en el aula no están claramente establecidas”, además la evaluación está dirigida desde el centro, aseguró Paulo Santiago al presentar el informe Revisiones de la OCDE sobre la Evaluación de la Educación, que  fue presentado en 2012, en su versión en inglés, y se presenta ahora en español.

    Tal como se hace ahora, la OCDE recomendó hacer un estudio sobre la prueba ENLACE, así como reducir el alto impacto de esta, por ejemplo, volver a su propósito formativo o aplicar la prueba sólo en las etapas claves de la educación.

     

    En relación con esto, la consejera presidenta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Sylvia Schemelkes, señaló que en las próximas semanas el Instituto a su cargo dará a conocer los resultados de dicho estudio, y anticipó que ENLACE, tal como lo conocemos dejará de aplicarse, cambiará de nombre y tendrá otras características.

    El propósito del informe es ayudar a los países a entender el enfoque de México en materia de evaluación, aportar información para un informe final y comparativo entre 14 países, así como proporcionar perspectivas y asesorías a las autoridades educativas, señaló el consejero del INEE, Eduardo Backhoff.

    Invitado al encuentro, el especialista en Educación Internacional y consejero editorial de Educación Futura, Eduardo Andere, mencionó que gran parte de las recomendaciones de este informe realizado por la OCDE, ya fueron tomadas en cuenta por la Reforma Educativa como por el propio INEE.

    Para Backhoff Escudero, el contenido de este informe “es importante porque documenta el pasado inmediato en materia de evaluación del Sistema Educativo Nacional (SEN) y de sus componentes.

    Por su parte, Paulo Santiago, coordinador del estudio, mencionó que el camino elegido por nuestro país, a través de la reforma educativa, “es el difícil” pero es el que puede asegurar un progreso sostenido de los resultados escolares en México.

    No obstante, Andere Martínez destacó que a la reforma educativa, le falta una revisión urgente al sistema de formación de maestros, lo que permitirá mejorar su profesionalización.

    Las recomendaciones de la OCDE en evaluación:

    • Mantener los esfuerzos para fortalecer la evaluación y poner mayor énfasis
      en su función de mejora.
    • Promover adecuadamente el uso formativo de las evaluaciones estandarizadas
      de los alumnos y desalentar los incentivos otorgados a las escuelas para
      practicar las pruebas.
    • La función de la evaluación debe enfocarse en la mejora del aprendizaje y
      no tanto en la rendición de cuentas.
    • Asegurar que los estados participen activamente en la evaluación de
      los maestros y otorgar un papel más destacado a los directores escolares.
    • Orientar la evaluación de los maestros a su desarrollo profesional.
    • Se debe alinear la evaluación con las reformas curriculares.
    • Optimizar la presentación de informes y el uso de los datos del sistema
      para sustentar la política y la práctica educativa.
  • Más de la mitad de los bachilleres reprueban ENLACE 2014

    Más de la mitad de los bachilleres reprueban ENLACE 2014

    ENLACE-INEE

    La Secretaría de Educación Pública (SEP), de acuerdo con los resultados de la Evaluación Nacional del Logro Académico (ENLACE), dio a conocer que todavía hay una brecha en cuanto a calidad educativa y los aprendizajes obtenidos entre los sistemas públicos y privados en Educación Media Superior; según la edición 2014, más de la mitad de los estudiantes evaluados, obtuvieron resultados elementales o insuficientes en este examen.  

    De acuerdo con la prueba ENLACE, en el último año, en Matemáticas se avanzó en 3 puntos, pasando del 36.3 por ciento al 39.3 por ciento la proporción de alumnos en niveles Bueno y Excelente; lo que representa que aún el 60.7 por ciento de los alumnos evaluados permanece en los niveles elemental o insuficiente. 

    En cuanto a comprensión lectora, la edición 2014 de ENLACE, Media Superior, reveló que la proporción disminuyó del 50 por ciento al 44.7 por ciento, lo que representa que el 55.3 por ciento de los estudiantes se ubican en los niveles elemental o insuficiente. 

    Las brechas entre instituciones públicas y privadas se han venido reduciendo, en Matemáticas de 7 puntos en 2008 a 0.3 en 2014 y; en Comprensión Lectora, de 8.4 puntos en 2008 a 5.8 puntos en 2014, lo que señala que aún hay diferencias en la calidad que reciben los estudiantes de bachilleratos públicos y privados; y por ende, en el logro de sus aprendizajes.

    La Prueba ENLACE Media Superior, se aplicó del 1 al 3 de abril, a 14 mil 125 escuelas, de las 14 mil 243 programadas (99.2 por ciento de cobertura), y a un millón 28 mil 956 alumnos, de un millón 144 mil 112 programados (90 por ciento).  Esto representa la cifra más alta en los 7 años de aplicación, con un incremento del 2.1 por ciento en escuelas y 1.6 por ciento en alumnos, con respecto al 2013, según dio a conocer la SEP, a través de un comunicado.

    Los alumnos de Bachillerato Tecnológico obtuvieron los resultados más altos en ambas competencias (matemáticas y lectoras), con respecto al Bachillerato General y Técnico. Es importante destacar que  eran los alumnos del Bachillerato General quienes obtenían los resultados más altos en los primeros años de la evaluación. De acuerdo con la SEP; se ha detectado que los mejores resultados los obtienen los alumnos con menor grado de marginación.

    Hasta la tarde de este miércoles, en el portal http://www.enlace.sep.gob.mx no se encuentran todavía los resultados de la edición 2014, aunque la SEP ha prometido que a través de esta página web se podrá consultar  “los resultados por alumno, escuela, entidad federativa, modalidad educativa y grado de marginación. También se ofrece un manual para que docentes y directivos orienten a la comunidad educativa respecto a la correcta interpretación de estos resultados y el uso de los mismos para contribuir a la mejora de la calidad educativa”.

    Adicionalmente, la SEP ofrece un examen en línea para  los alumnos que no pudieron presentar dicha evaluación; así como información general e histórica de ENLACE.

    Con las siete aplicaciones anuales de esta prueba, que se aplica, a partir de este año, de manera exclusiva al nivel Media Superior, se cuenta con información de más de dos generaciones evaluadas sistemáticamente, que han aportado elementos para la planeación educativa y políticas públicas a nivel federal, estatal por modalidad educativa, tipo de sostenimiento y grado de marginación, según dio a conocer la dependencia educativa.

  • México: la pobreza educativa. Entrevista con Olac Fuentes Molinar

    México: la pobreza educativa. Entrevista con Olac Fuentes Molinar

    MEXICO. LA POBREZA EDUCATIV

    Ariel Ruiz Mondragón / Este País

    El esfuerzo por medir la calidad de la educación en México no es nuevo. Desde hace tres lustros, por ejemplo, se emplean con este fin instrumentos como las pruebas estandarizadas. Sin embargo, ante los resultados mixtos de esta labor, ha sido necesario buscar nuevos modelos. Como parte de la reforma educativa, se creó en 2013 el Sistema Nacional de Evaluación Educativa, cuya coordinación estará a cargo del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. Con este mecanismo, se espera identificar las fortalezas y debilidades del sistema para mejorarlo. Sobre los logros y limitaciones de la evaluación de la educación en México, Este País sostuvo una conversación con Olac Fuentes Molinar. Maestro en Enseñanza de la Filosofía por la Universidad Autónoma de Chihuahua, Fuentes Molinar es profesor en varias instituciones de educación superior. Fue investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN, rector de la Universidad Pedagógica Nacional y subsecretario de Educación Básica y Normal de la Secretaría de Educación Pública. Actualmente es investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM.  ARM

    ARIEL RUIZ MONDRAGÓN: ¿Cuál fue el diagnóstico que llevó a implementar la evaluación educativa en nuestro país?

    OLAC FUENTES MOLINAR: Que yo conozca, no hay un diagnóstico formal hecho con ese propósito y que indicara que había que establecer un sistema de evaluación. Lo que había y hay es una conciencia muy extendida de que el desempeño de los maestros y el tipo de condiciones laborales que tienen son, por un lado, con frecuencia deficientes y, por otro, arbitrarias en cuanto al acceso, la movilidad y la constancia del desempeño. Lo que ocurre es que esas diferencias no se reflejan ni en la posición del maestro ni en su condición salarial.

    Esto se vincula, por una parte, con una corriente internacional muy fuerte que insiste en una evaluación incluso excesivamente frecuente de los maestros, como ocurre en Estados Unidos y en Inglaterra.

    En nuestro país había una discusión muy fuerte, con nuevos actores de opinión tipo Mexicanos Primero, con muchos recursos y mucho altavoz. Eso hacía comprensible que para mucha gente evaluar al maestro para elevar la calidad fuera lo correcto.

    Creo que ese es el antecedente y no una evaluación sistemática, formal, que nos hubiera hecho mucho bien a todos pero que no se realizó.

    México vive un proceso de reforma educativa. ¿Cómo ha afectado a este proceso la falta de un diagnóstico?

    Aquí hay un problema que quiero destacar: cuando se propuso la evaluación se dijo: “Esta es la reforma educativa”. Evidentemente no lo es. Después se empezaron a plantear muchas cosas. Yo espero que de este proceso de consulta sobre el modelo salga una propuesta nueva de estructura curricular y de contenidos, que es mucho más una reforma educativa.

    Si uno ve el proceso desde esta perspectiva, la evaluación no debió haber sido lo primero, sino la propuesta de “esto queremos que aprendan los chavos”. Uno, porque es lo sustancial; dos, porque si no teníamos eso nos faltaba un elemento muy importante para evaluar a los maestros.

    Podemos evaluar en términos de muchas cosas, pero una que es fundamental es cómo se desempeña un maestro frente al modelo de trabajo que se deriva de un currículum. Creo que en los hechos hubo una ruptura del orden lógico que se debía seguir en un proceso de reforma.

    Si no tenemos un currículum mucho mejor, mucho más sensato del que tenemos ahora, esto va a dificultar más adelante la evaluación.

    ¿Están definidos los objetivos y las metas de nuestro modelo educativo para, justamente, poder evaluar cómo se van logrando?

    Tenemos hoy uno que todavía está vigente. Fue elaborado bajo la coordinación de Fernando González Sánchez, subsecretario [de Educación Básica] y yerno de Elba Esther Gordillo, con mucho respaldo de la estructura sindical. Está expresado en el acuerdo 592, un volumen de más de 600 cuartillas que, según yo, que lo he estudiado con mucho cuidado, es el peor currículum que hemos tenido en México desde la creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Es excesivo, redundante y no tiene prioridades claras; no distingue lo fundamental de lo secundario, y es muy confuso en los términos pedagógicos, que utiliza sin rigor.

    Creo que estamos en un mal momento. Sobre los libros de texto que se derivaron de lo anterior, la propia SEP ha reconocido que la mayor parte hay que sustituirlos ya, porque hay algunos que son verdaderamente vergonzosos.

    ¿Qué avances ha tenido el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE)?

    Fue creado el Instituto, fue elegida su Junta Directiva, integrada por personas que tienen un prestigio y una confiabilidad muy amplia. Ahora están en un momento muy importante porque se trata de instrumentar técnicamente lo establecido en la ley, con un sistema de evaluación que efectivamente recoja lo que es sustancial en el desempeño del maestro, que no sea una apreciación de cuál es el currículum o qué sabe de los contenidos cada docente, porque eso no nos dice mucho sobre qué tan buen profesor es.

    Yo he sostenido que a los maestros hay que evaluarlos principalmente mirando su desempeño con un método y una técnica eficaces. Hay que saber mirar al maestro, qué está haciendo. Eso complica el asunto porque los cuestionarios en general tendrán un sentido complementario. Muchos asuntos tienen que ver con contenidos disciplinarios, pero muchos otros no; varios tienen que ver con cómo organiza al grupo, cómo trata a los alumnos, cómo estimula su curiosidad, cómo les da confianza, y esto solo se puede saber viendo y preguntando. Conscientes de esa dificultad, en la dirección del Instituto han postergado hasta 2016 la primera aplicación masiva.

    Estamos en una transición. Se inició la vida del INEE con un proceso de ciertos recortes; así, aunque el Instituto tiene una gran estructura formal, incluso excesiva, no ha tenido los recursos para buscar y contratar gente en cantidad suficiente para que haga las cosas. Ya ha pasado: ha habido situaciones que me desconciertan; por ejemplo, en el próximo examen para el primer ingreso a la docencia, entiendo que el trabajo lo está haciendo el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior, A. C. (Ceneval) y no el INEE. Entonces uno se pregunta: ¿para qué está el Instituto? La explicación lógica seguramente es: “Ustedes ya tienen experiencia y nosotros no tenemos tiempo”, lo cual no es, de todos modos, razonable.

    Es necesario contar con los mejores recursos humanos que podamos conseguir y tener recursos para solicitar asesoría externa.

    El INEE está en ese momento intermedio. Sin duda, por la propia gente que tiene, por la propia ley, es autónomo y tiene que coexistir con la SEP; hay situaciones de límites de competencia que no son fáciles de manejar, tanto con la Subsecretaría de Educación Básica como con esa enorme estructura que crearon: la Coordinación de la Carrera Docente.

    PISA

    pisa

    Desde 2000 se ha estado aplicando el Programa para la Evaluación Internacional del Estudiante (PISA, por sus siglas en inglés), que promueve la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). ¿Ha sido adecuada la aplicación de esa prueba para el caso mexicano?

    Yo creo que es una prueba muy importante, y es muy relevante que México haya participado desde el principio en ella, y que lo haya hecho, además, con una muestra mucho más grande que la que se utiliza en los demás países. Nuestra muestra es del orden de 30 mil estudiantes desde 2003, frente a los 3 o 4 mil que hacen falta para tener resultados válidos. Pero en México esa muestra más grande nos permite distinguir resultados por entidad federativa, por modalidad educativa, etcétera.

    Creo que hay que entender qué es lo más importante que nos dice PISA. Los medios se van siempre sobre el punto de qué lugar ocupamos y, como estamos en la cola permanentemente, esa es la nota. Eso tiene interés, pero no es lo principal, que es ver en qué nivel de aprendizaje están nuestros estudiantes, y en ese sentido pisa es muy útil.

    La mitad de nuestros estudiantes están terminando secundaria o empezando la preparatoria. En promedio, de las tres áreas que se evalúan, la mitad de ellos están en el nivel más bajo.

    Los niveles se definen por cierto tipo de capacidades, que se traducen en puntos; pero lo importante no son los puntos sino qué capacidad indican. Por ejemplo, estar en el nivel 1 o por abajo del nivel 1 en matemáticas quiere decir, según lo define el examen, que el estudiante solo es capaz de aplicar una operación fundamental cuando se le solicita o cuando la situación lo define claramente, y con números enteros. Su nivel de razonamiento en términos matemáticos es así de bajo.

    En lenguaje, el nivel 1 quiere decir que lo máximo que puede hacer un estudiante es, en un párrafo, localizar información literal de una sola fuente. Si lo ponemos a trabajar con dos fuentes distintas o contradictorias, no sabe qué hacer. No puede identificar sentidos no literales. Entonces, tienen niveles muy bajos, y así aparece desde la primera vez que se aplicó el examen.

    Eso indica problemas muy importantes pero obvios: tenemos que trabajar de otra manera con la lectura, con las ciencias. No se trata de atiborrar de contenidos a los alumnos sino de que comprendan y de que puedan hacer mentalmente cosas con lo entendido.

    Pero tenemos un currículum cargadísimo y disciplinario. Ocurre que los alumnos no han tenido la oportunidad ya no digamos de ir al laboratorio sino de mirar la realidad natural externa en las calles, en los jardines, y hacerse preguntas sobre eso.

    Me parece que la prueba, como no se refiere a un currículum y no podría hacerlo, permite una comparación de muchas formas de educar en muchos países a partir de los resultados que hacen falta en temas que todos deberían saber. Yo entiendo que en algunos lugares se aprenda la tabla periódica de los elementos y en otros no. Cada quien tiene sus razones, pero lo que no puede ser es que haya lugares donde los estudiantes no aprendan a leer con comprensión.

    Si vemos las diferencias por estados, el asunto es muy elocuente, terrible. Ninguno está bien, pero hay unos que están en el abismo.

    Yo estudio cuidadosamente la prueba PISA, y la conozco porque hay suficientes reactivos abiertos para saber que son inteligentes, que están bien hechos.

    ¿Cuáles son los resultados de PISA que más destacaría para el caso de México y que debamos atender con más urgencia?

    PISA evalúa tres áreas, y ya mencioné lo central de matemáticas y lectura. Cuando nos damos cuenta de que los alumnos no aprendieron historia o ciencias naturales y esto se debe a que no entendieron lo leído, el problema central está en la lectura, que afecta al conjunto.

    Los estudiantes pueden pasar los exámenes de memoria pero, como no comprendieron nada, no tienen las estructuras del conocimiento y no pueden seguir construyendo sobre ellas. Esto es lo fundamental en las tres áreas. Si bien hay diferencias entre los estados de la República, eso no hace que los más avanzados estén bien: están mal. Aguascalientes, que este año salió tan bien, se encuentra en el nivel promedio que obtiene Serbia, de lo cual nadie tiene que enorgullecerse.

    Las escuelas públicas y las escuelas privadas obtienen distintos resultados: en promedio, los de las primeras son mejores, pero tampoco son buenos. En el último examen, el promedio de la escuela privada es igual al de Bulgaria, lo que tampoco es para decir que nos estamos gastando muy bien el dinero. Yo creo que eso es lo central.

    Otras herramientas que se han usado son la Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares (ENLACE) y el Examen de la Calidad y el Logro Educativos (Excale). ¿Han sido útiles?

    Son muy distintas: ENLACE es un examen censal que se aplicaba a todos, desde grados muy tempranos; se hizo en secundaria y luego en preparatoria. Creo que el que se haya suprimido su aplicación como era antes es un logro muy importante. Se trata de un examen profundamente convencional y erróneo porque es memorista, arbitrario, y su aplicación estaba totalmente descontrolada, filtrada por muchas formas de corrupción, sobre todo cuando se ató a beneficios salariales para los maestros y de promoción para los estados. Se pueden encontrar resultados como el de hace dos años, cuando las mejores telesecundarias del país eran las de Chiapas. ¿Quién puede creer eso?

    Cuando estaba muy fuerte la discusión, creo que el gobernador de Guerrero presentó el argumento más importante para eliminar la ENLACE: sacó un desplegado en los periódicos felicitándose y felicitando al sistema estatal porque sus escuelas secundarias habían ocupado el cuarto lugar en el país. Una semana después apareció PISA, que se refiere justamente a secundaria y a preparatoria, y Guerrero apareció en el último lugar.

    ¿Qué hacen los funcionarios? Arreglan los resultados. Nos estábamos engañando a nosotros mismos, como le consta a todo mundo. En muchos lugares el examen se vendía, los maestros daban las respuestas o corregían los exámenes ex post, etcétera.

    Esa evaluación no estaba haciendo ningún bien, aun cuando no ocurrieran esas anomalías. Cuando un chico sale bien en el examen, yo no sé si es un muchacho listo y reflexivo o si es un machetero que tiene una memoria fantástica. Y no saber si es lo uno o lo otro es muy grave.

    Excale es una prueba muestral también tradicional, aunque está hecha con mucho más cuidado. Sin embargo, tampoco sería el tipo de examen en el que yo pensaría. Considero que podría haber un modelo de reactivos más tipo PISA, que es interesante porque casi todas son cuestiones problemáticas. Son varias opciones pero implican una reflexión, y no necesariamente en todas las preguntas se tiene todo bien o todo mal. Un reactivo de PISA puede dar cuatro o dos puntos porque el camino que se llevaba era correcto, o ninguno. Entonces es mucho más adecuada para saber qué estaban pensando los muchachos cuando pusieron una respuesta.

    ¿Los resultados de estos exámenes han generado algún cambio en la política educativa?

    Desgraciadamente, no. Insisto en que el más elocuente, el que dice cosas realmente importantes, es PISA. Pero fuera de que, intencionalmente o no, se usa para devaluar a la escuela mexicana, no ha servido como un resorte para decir: “Estamos muy mal; ¿qué hacemos para estar mejor?”. No para ganarle a Brasil, esas son tonterías; en todo caso subir en el ranking será consecuencia de que los muchachos aprendan mejor temas cada vez más importantes. Pero PISA también me dice que la enseñanza de las matemáticas no está dejando buenos resultados, que quizás hay que enseñar cosas fundamentales y asegurarnos de que los alumnos las hayan aprendido y, sobre todo, que puedan razonar con ellas.

    No debemos seguir recargados de contenidos que son ridículamente excesivos. Enseñar bien temas fundamentales lleva tiempo y discusión con los muchachos. Por lo tanto, no podemos tener tantos contenidos.

    En la revisión que se debe hacer hay que quitar muchos temas y hay que tener prioridades vistas desde el mundo de hoy. Yo sé que mucha gente se escandaliza cuando dice uno esas cosas, pero si, como pretenden los programas, los estudiantes de primaria y secundaria no saben qué fueron las reformas borbónicas, no les pasa absolutamente nada. Frente a eso, no tienen ninguna oportunidad de acercarse a problemas que son centrales en el mundo de hoy: ¿por qué todo lo que compramos es chino y más barato? Hace 25 años el ingreso per cápita de China era la décima parte del de México. ¿Qué es este asunto de los musulmanes? Es la vida de hoy y de las próximas décadas. Pero seguimos con el ánimo de la vieja cultura de una escuela preparatoria enciclopédica.

    ¿Cuáles han sido las principales resistencias a la evaluación educativa?

    Hay estados que se niegan a cualquier tipo de evaluación, como en los que la corriente sindical dominante es la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Como maneja buena parte de las plazas (en Oaxaca todas), la CNTE no quiere evidencias de que las cosas están mal y por lo tanto PISA no se aplica allí. Esa es una oposición de corporativismo radical, absolutamente primitivo.

    Hay otra que yo no llamaría oposición sino desconfianza, la de maestros que hacen bien su trabajo y que en las condiciones en las que están obtienen buenos resultados. Lo que dicen es: “¿Quién me asegura que me van a evaluar rectamente?”. No nos podemos chupar el dedo: tampoco la historia de la autoridad educativa es como para asegurárselo.

    A mí me parece que, con razón, se han señalado ciertos problemas de la evaluación ya aprobada. Por ejemplo, su periodicidad y su frecuencia son excesivas y no terminan. Un maestro bueno, confiable, cumplido, no quiere tener durante toda su carrera la sombra de la guillotina: “Ya pasé mi examen inicial; me dijeron que estudiara más ciencias, y lo hice. Los padres me aprecian y en la escuela me respetan. Tiene que llegar un momento en que alcance una permanencia que me deje tranquilo”. Ahora hay una situación muy tensa entre los maestros norteamericanos e ingleses, hasta de depresión: se sienten acosados no por el exceso de trabajo natural, sino por el exceso de trabajo inventado: supervisiones y evaluaciones, por ejemplo. Creo que debe haber estabilidad, seguridad y margen para que la gente pueda admitir ciertas grandes metas comunes.

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    ARIEL RUIZ MONDRAGÓN es editor. Estudió Historia en la UNAM. Ha colaborado en revistas como Metapolítica, Replicante y Etcétera.

    Consulta la entrevista completa en Este País

  • La investigación educativa sobre evaluación: ¿un futuro estado del conocimiento?

    La investigación educativa sobre evaluación: ¿un futuro estado del conocimiento?

    estado del conocimiento

    Elaborados de manera sistemática desde 1982, los estados del conocimiento coordinados por el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (Comie) recuperan los productos de investigación educacional más significativos de un decenio y constituyen un marco de referencia fundamental para entender la situación de la educación en México y propiciar la discusión sobre las políticas públicas en este campo.   En este sentido, el volumen Educación y ciencia: políticas y producción del conocimiento 2002-2011 (México, ANUIES-Comie, 2013), coordinado por Alma Maldonado, es de particular interés, pues centra su análisis de ocho áreas específicas de las políticas y la producción del conocimiento durante los años citados y arroja conclusiones muy importantes que merecen comentarse.

    De entrada, vale la pena no perder de vista las enormes transformaciones políticas, educativas y tecnológicas ocurridas en México entre los dos estados del conocimiento anteriores (centrados en los periodos de 1982-1992 y 1992-2002, respectivamente), y el estado del conocimiento que ahora nos ocupa. De una sucesión de sexenios priistas, se pasó a la concatenación de dos sexenios panistas. En lo educativo, se emprendieron proyectos de gran calado, como la Reforma Integral de la Educación Secundaria, el Programa de Escuelas de Calidad, la creación del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, el lanzamiento de una nueva generación de exámenes producidos y aplicados por el Ceneval, la implantación de la prueba ENLACE y la Reforma Integral de la Educación Media Superior, para citar sólo algunos de los hitos más relevantes. Y en lo tecnológico, basta con tener presente la enorme revolución digital que trajo consigo la necesidad de reevaluar y, en ocasiones, reformar, las prácticas docentes a la luz de los nuevos recursos electrónicos.

    Todo ello sirvió de base para desarrollar diversas líneas de investigación cuyos resultados arrojan un balance de la última década analizada. En el ámbito que aquí nos ocupa —el de las políticas y producción del conocimiento centrados en educación y ciencia—, fueron ocho las líneas rectoras de este ingente trabajo colectivo: investigación sobre políticas de la educación básica, media superior y superior; estudios sobre políticas de ciencia y tecnología; investigación de la bibliometría sobre ciencia y educación; investigación enfocada en las instituciones de educación superior, su papel en la producción del conocimiento y su transformación en tecnología; investigación sobre evaluación educativa y, finalmente, investigación sobre el financiamiento de la educación básica.

    Como es de imaginarse, no todas estas líneas fueron objeto de igual atención por parte de los distintos estudiosos. De hecho, no sorprende que las tres con mayor atención hayan sido la investigación sobre evaluación, sobre políticas de la educación superior y sobre políticas de ciencia y tecnología. En su conjunto, representan más de la mitad de los materiales bibliohemerográficos revisados para elaborar este estado del conocimiento, y equivalen prácticamente a dos terceras partes del volumen que nos ocupa. Tampoco sorprende demasiado que las dos áreas menos atendidas hayan sido la de bibliometría —un campo nuevo en nuestro país pero que seguramente ganará más adeptos en un futuro cercano— y la dedicada al financiamiento de la educación básica.

    Sin duda, las líneas más atendidas y documentadas en este volumen merecerían una reseña por separado, no sólo por su complejidad intrínseca sino también porque para valorarlas resulta indispensable ponerlas directamente en relación con las políticas públicas que subyacen tras ellas. Aquí no emprenderemos esa labor, tan sólo insistiremos en señalar lo evidente; a saber, cómo el ámbito de la evaluación ha ganado protagonismo a lo largo de los últimos años. Fiel reflejo de esta situación es el hecho de que para elaborar el estado del conocimiento que ahora comentamos, el equipo de investigación dedicado a evaluación se dividió en tres subgrupos, dedicados a evaluación del aprendizaje, de la docencia y de políticas educativas, respectivamente.

    Esto, como es de suponerse, sólo puede significar una cosa: que en un futuro muy próximo la investigación educativa centrada en la evaluación y sus múltiples concomitancias ganará peso y presencia suficientes como para constituirse, ella sola, en un estado del conocimiento autónomo. La reflexión que queda por hacer es si aquellas entidades e instituciones académicas y evaluadoras con la capacidad para emprender dicha investigación estarán a la altura de los retos que plantea su estudio: entre otros, la superación de la investigación puramente casuística y fragmentaria, una adecuada definición de su objeto de estudio y, sobre todo, un abordaje metodológico y teórico certero y oportuno.

    Carlos Guzmán Moncada/ Ceneval

    Publicado en Campus milenio