Patryck de Oliveira
El distanciamiento social impuesto por la nueva pandemia de coronavirus ha acelerado las innovaciones de todas las industrias. Particularmente en la Educación, ha tenido impactos importantes en la educación básica, donde la mayoría de las escuelas no estaban preparadas e implementaron obligatoriamente la educación a distancia, la práctica más común en la educación superior y la formación empresarial. Hasta el momento, se desconocen las prácticas docentes que permanecerán en un mundo pospandémico, pero ciertamente no serán las mismas, ya sea en la educación básica o superior. En este contexto, se observa que la tecnología tiene un papel fundamental en este proceso de transformación.
Se han realizado varios estudios sobre nuevas tecnologías educativas en México y en todo el mundo. Según CNBC, la pandemia generó la mayor demanda de aprendizaje remoto de todos los tiempos, colocando a la Educación entre las industrias de mayor crecimiento en este momento. Incluso antes de la pandemia, la tecnología educativa estaba creciendo rápidamente. En un mercado multimillonario de $107 mil millones en 2015, se espera que el mercado triplique su valor para 2025 a $350 mil millones a medida que más personas busquen recursos de aprendizaje remoto.
Los avances tecnológicos han permitido no solo cambios diarios en la vida cotidiana y las relaciones sociales de las personas, sino que también delinean nuevos espacios y fuentes de aprendizaje en el ámbito educativo. En este sentido, la educación convencional ha ido compartiendo cada vez más su espacio con la Educación a Distancia.
Entre las prácticas de aprendizaje a distancia, el “e-learning” (herramientas de aprendizaje vía internet) es el modelo que más se ha destacado. Por otro lado, se han cuestionado las estrategias docentes empleadas en las soluciones de e-learning, poniendo en duda la eficacia de la docencia propuesta por este tipo de plataforma, que tiene una mayor vocación por cuestiones administrativas, documentación y seguimiento de programas formativos, aulas virtuales y eventos en línea, y que no ofrecen estrategias pedagógicas adecuadas para una enseñanza eficaz. Las investigaciones sugieren que las plataformas tradicionales de e-learning no promueven la interacción efectiva a través de los recursos de comunicación entre estudiantes y profesores, teniendo más características como repositorio de información.
El e-learning se ha implementado como una virtualización de los modelos tradicionales, donde el conocimiento se basa en gran medida en la adquisición de contenidos, cuya publicación “online” (en línea) no es sinónimo de aprendizaje o mejora del rendimiento. Existe, por tanto, un déficit de plataformas educativas innovadoras y eficaces para el desarrollo de prácticas de enseñanza significativas y útiles. Las prácticas educativas modernas se basan cada vez más en un enfoque centrado en el alumno, en el que se adaptan las estrategias de enseñanza al estilo de aprendizaje del alumno, estableciendo una enseñanza individualizada y personalizada.
La investigación muestra que el e-learning podría ser más efectivo si incorporase inteligencia con capacidad de analizar qué enseñar, a quién enseñar y cómo enseñar, interactuando con el alumno a lo largo de su experiencia en una plataforma educativa. Hoy nos ocupamos de la Inteligencia Artificial (IA) en nuestro día a día, un ejemplo es nuestra comunicación con el banco, a través de aplicaciones y el uso de teléfonos celulares que responden preguntas por voz.
La Inteligencia Artificial en la Educación se fortalece con el objetivo de ampliar las capacidades del docente, permitiéndole enfocarse en sus actividades más importantes, que es el compromiso del alumno. Una plataforma de enseñanza inteligente y eficaz debe estar centrada en el alumno, buscando razonar sobre su proceso de aprendizaje; comprender sus necesidades individuales; proporcionar representaciones alternativas de contenido; permitir diferentes caminos de aprendizaje y formas de interacción, utilizando la estrategia pedagógica adecuada a las preferencias de cada alumno. Haciendo la plataforma activa en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Dicha inteligencia busca una enseñanza lograda contextualizando los contenidos educativos, adaptando los problemas sugeridos por el sistema al alumno, evaluando los conocimientos del alumno y proporcionando retroalimentaciones relevantes para el aprendizaje.
Con la popularización de los dispositivos móviles que integran diferentes tecnologías y el creciente número de aplicaciones educativas y administrativas que pueden componer una plataforma educativa, el uso de la tecnología API – Interfaz de programación de aplicaciones – está jugando un papel crucial para la interoperabilidad de todo el ecosistema educativo. En un mundo digital, nada sucede sin una llamada a la API para brindar un servicio, función o dato, siendo un elemento esencial de innovación y agilidad. Al mismo tiempo, la API le permite capturar datos de los estudiantes en tiempo real mientras interactúa con el ecosistema educativo, creando así la base para comprender el flujo de actividades de todos los interesados, estudiantes y profesores, lo que le permite responder a la interacción con las estrategias relevantes, de forma sincrónica o asincrónica y en el momento adecuado.
Una plataforma basada en API proporciona el diseño de un entorno distribuido donde los profesores pueden conectar su contenido educativo a un bus educativo, lo que les permite integrar aplicaciones internas y asociadas. Este enfoque permite la reutilización, escalabilidad, flexibilidad, integración e interoperabilidad. La reutilización se refiere a la capacidad de utilizar la misma API en más de un contexto educativo. La escalabilidad aborda los problemas relacionados con el aumento de usuarios en el sistema. La flexibilidad es la capacidad de agregar nuevos contenidos educativos y participantes de forma dinámica al sistema. La integración aborda problemas relacionados con la comunicación con la infraestructura, los sistemas heredados, varios repositorios de datos ubicados en el entorno local o en la nube. Finalmente, la interoperabilidad permite la interacción con varios participantes construidos sobre diferentes tecnologías con el sistema mediante el uso de protocolos abiertos y la estandarización del intercambio de datos.
Las plataformas educativas del futuro tienden a ser más completas. Estarán más conectados con aplicaciones, repositorios de objetos de aprendizaje, sistemas de localización, sistemas de traducción simultánea (voz e imagen), que pueden incluir tanto software como hardware, y dispositivos IoT. El gran factor de esta integración será la interfaz de estos nuevos sistemas educativos, que pueden conectarse a aplicaciones web tradicionales, entornos 3D e incluso Tecnoaccesorios.
Para que surjan estas nuevas arquitecturas de sistemas educativos, será necesario integrar aplicaciones existentes o nuevos productos que se puedan utilizar con la educación. La tendencia hacia la integración de los sistemas educativos a través de la transferencia de características e información de unos a otros, generando así los denominados Ecosistemas Educativos.
Los estudios sobre la convergencia entre tecnología y educación que apuntan a la evolución de las prácticas educativas no son recientes. Durante algún tiempo estos conceptos fueron complejos utilizando la tecnología disponible en ese momento. Actualmente, se pueden encontrar en el mercado herramientas capaces de implementar aplicaciones orientadas a prácticas educativas creativas y modernas.
Entre las tendencias señaladas se encuentran el uso del Sistema Tutorial Inteligente para la enseñanza personalizada, que ofrece retroalimentación al alumno y al docente al identificar si el alumno ha aprendido lo que le fue transmitido y sus emociones, por ejemplo, si tu eres feliz. Con eso, es posible seguir la mejor estrategia pedagógica.
Además la robótica estará más presente en las escuelas primaria y secundaria debido a los menores costos. La computación en la nube debería estar presente hasta en un 70% en las instituciones de educación superior. La robótica, el análisis del aprendizaje, los auriculares para traductores, la creatividad computacional, las gafas inteligentes y la ética computacional se encuentran entre las tendencias que las herramientas a través de la inteligencia artificial prometen impulsar.