Un Secretario de Educación no debe ser candidato

Fidel Ibarra López 

Un Secretario de Educación no debe ser candidato porque al tener aspiraciones políticas sus esfuerzos no se concentran en la agenda educativa, sino en la agenda política. Y dos, porque no se concluyen procesos. Y ello va en demerito de la educación en su conjunto. 

Cuando un político tiene aspiraciones políticas y está al frente de un cargo público, si sus adversarios tienen posibilidad de atacarlo, lo van a hacer. Sobre todo, si le encuentran una debilidad. Es parte del juego político y todo el que está en la arena política lo sabe. En el caso de la maestra Delfina Gómez, su error consistió en no dejar de lado sus aspiraciones políticas rumbo a la gubernatura del Estado de México. Y no lo podía hacer porque la Secretaría de Educación Pública era parte de su estrategia política rumbo a la candidatura al estado mexiquense el próximo año. Y da la impresión que para ese paso contaba con el respaldo del presidente López Obrador. 

Hago uso del tiempo “pasado” en la redacción del párrafo anterior, porque las cosas podrían cambiar de forma radical para la todavía titular de la SEP, luego de la confirmación por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) de la sanción de 4.5 millones de pesos interpuesta por el INE a Morena con el tema del 10 por ciento que les retenían a  los trabajadores del Ayuntamiento de Texcoco en los tiempos en que Delfina Gómez fungía como presidenta municipal (2013-2015). 

Y la expresión “las cosas podrían cambiar radicalmente para todavía titular de la SEP” tiene que ver con los escenarios que se le avecinan a la maestra Delfina. Me explico: la confirmación de la sanción por parte del TEPJF en ningún sentido significa que el tema está resuelto, ni mucho menos. De acuerdo con información que se ha publicado en los medios, la Fiscalía General de la República (FGR) tiene una carpeta de investigación en contra de la titular de la SEP (Animal Político, 18 de enero del 2022). Si eso es así, entonces el tema de “los moches en Texcoco” pasará al orden judicial. Y en ese terreno, habrá que ver “el trato” que se le da al problema, luego de que hay evidencia documentada de que en efecto se le retuvo el 10 por ciento del salario a los trabajadores del Ayuntamiento de Texcoco para financiar las campañas de Morena en el Estado de México. En ese sentido, un escenario tiene que ver con enfrentar la justicia. 

¿Interesa este último escenario a la oposición? Por supuesto. Aunque, en honor a la verdad, lo que les interesa no es que la maestra Delfina enfrente a la justicia, ni siquiera que sea castigada con el tema de los “moches”; lo que verdaderamente les importa es que no aparezca en la boleta en la elección del Estado de México. Ese es el objetivo central del PAN y del PRI. Lo demás es “ruido mediático”. Y en esa apuesta se tiene lo único que puede ofrecer la oposición en estos tiempos: la opción de acceder al poder por las debilidades de los posibles candidatos de Morena; así como por los yerros del actual gobierno. No tienen otra cosa más que eso. Y eso refleja el nivel de su estatura política. 

En todo este entramado, ¿quiénes son los que pierden? Nuestro niños y adolescentes, porque sea cual sea el resultado de este entuerto, el resultado va a ser uno: la maestra Delfina no terminará su gestión hasta el final del sexenio. Y ello me lleva a señalar lo que he sostenido previamente en dos artículos: un Secretario de Educación no debe ser candidato (Educación Futura, octubre del 2020; y Profelandia, 13 de septiembre del 2021). Una, porque al tener aspiraciones políticas sus esfuerzos no se concentran en la agenda educativa, sino en la agenda política. Y esto se tiende a acelerarse una vez que los tiempos electorales se van acercando. Y en ese punto, la agenda educativa queda en segundo plano. Y dos, porque no se concluyen procesos. Y ello va en demerito de la educación en su conjunto. 

Por tal motivo, lo que señalo en el párrafo anterior me lleva a nombrar el presente artículo con el mismo título que he utilizado en las dos colaboraciones anteriores, por los costos que representa para la educación de nuestro país. Ha ocurrido con los presidentes anteriores, y en lo particular esperaba que no ocurriera con este gobierno de la “transformación”, pero volvió a suceder. Los Secretarios de Educación que han ocupado tan importante cargo, traen a cuestas una agenda política propia. Y ni dan resultados como funcionarios, ni tampoco terminan los procesos. Y los costos están a la vista. 

En lo que respecta a la maestra Delfina, la oposición le ha dado un golpe muy fuerte. Tan fuerte que pone en “entredicho” su futuro político. Y quizás ello termine beneficiando a la educación. ¿Cómo? Si se le cae la posibilidad de ser la candidata de Morena en el Estado de México, opte por terminar su periodo al frente de la SEP. Con ello, por lo menos le podría dar continuidad a lo que se está haciendo en la SEP. Y, a estas alturas, eso ya es un avance. 

Si la maestra Delfina no concluye su periodo en la SEP, este sexenio sería un sexenio perdido en términos educativos. 

Para comentarios: 

Correo: fidelibarralopez@gmail.com 

 

 

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