Acupuntura Matemática: una propuesta pedagógica para liberar el aprendizaje
- Pluma invitada
- 17 agosto, 2020
- Opinión
- Germán Iván Martínez
Germán Iván Martínez Gómez
El pasado 14 de agosto del presente año, el Mtro. Edgar Alfonso Orozco Mendoza, Director General de la Educación Normal y Fortalecimiento Profesional del Estado de México, dictó la conferencia Acupuntura matemática, como parte de las Jornadas Virtuales organizadas por la Asociación Mexiquense de Matemática Educativa (AMME). En ellas, también participaron ponentes de Costa Rica, Argentina, Colombia, España, Chile y Brasil.
En uso de la palabra, el maestro Orozco Mendoza rememoró su participación, a sus veinte años, en el primer congreso relacionado con la divulgación de la enseñanza de las matemáticas, realizado en 1990 en Acapulco, Guerrero. Desde entonces, precisó, ha participado asiduamente tanto como asistente como ponente en estos encuentros que congregan a quienes mantienen a las matemáticas vivas y creciendo.
En esta charla virtual, el ponente refirió su amor a la educación matemática y su preocupación por acercar este ámbito del saber humano a las diferentes realidades de nuestro país, a sus estados y municipios. Desde luego, es ésta una tarea loable porque, como escribiera Tony Crilly, “las matemáticas son para todo el mundo”.1
Como estudiante, y posteriormente como profesor y autoridad educativa, Edgar Orozco ha sido testigo y protagonista de las diferentes reformas educativas que han impactado tanto a la educación básica como a la media superior y superior. De manera particular, y siendo autor de más de veinte libros relacionados con las matemáticas y otras áreas, ha centrado su atención en la didáctica de las matemáticas; esto es, en una didáctica específica que exige una serie de acciones encaminadas a organizar, dirigir y facilitar el aprendizaje de una materia que, desde su conocimiento y perspectiva, debe tener un tratamiento global.
Pero, ¿qué ha generado desorden y desequilibrio en la didáctica de las matemáticas? Desde luego, la ignorancia de nuevos métodos para favorecer la enseñanza de este conjunto de ciencias que se han ido gestando históricamente a partir de innumerables influencias sociales, políticas y culturales. Pero también una visión parcial de las mismas; generada, como dijera Edgar Morin, por un paradigma que desde René Descartes ha privilegiado la disyunción.2
¿Cuáles son los males que afectan a nuestro Sistema Educativo? ¿Qué dolencias tienen nuestras escuelas? ¿Qué enfermedades menguan nuestras clases? ¿Cuáles padecimientos podemos eliminar si contamos con un buen diagnóstico y un tratamiento adecuado?
Para Edgar Orozco, el hecho educativo debe ser eficiente; es decir, debe alcanzar los propósitos definidos en las actividades de aprendizaje. Para ello, la sistematización de la enseñanza, esto es, las tareas de planeación, ejecución y evaluación de la intervención docente, deben ser vistas como un todo en el que los elementos del proceso educativo no se sobreponen sino convergen en un espacio y tiempo pedagógicos determinados, coexistiendo, coimplicándose y complementándose mutuamente.
Sin embargo, algunos malestares de nuestro trabajo áulico se hallan precisamente en la desarticulación de nuestra labor; en la visión fracturada de nuestras funciones docentes; en la parálisis que viven algunas instituciones; en el estrés, la ansiedad y el insomnio, que son fruto de una sociedad cada vez más cambiante, incierta y compleja; en las alergias al aprendizaje y a la formación permanente; en el trastorno del ánimo de docentes y estudiantes… Desde luego, otros muchos males aún carecen de etiología.
Para su propuesta pedagógica, Edgar Orozgo recurre a la acupuntura, parte fundamental de la medicina tradicional China, para aliviar los achaques de las “clases enfermas”, como él las llama. Estableciendo una interesante analogía entre este saber milenario y la enseñanza de las matemáticas, parte de la convicción de que la didáctica de las matemáticas debe aspirar a un equilibrio, esto es, a una proporción entre sus componentes. En este sentido, los propósitos, contenidos y recursos deben relacionarse directamente con la estrategia metodológica y la evaluación elegida por los docentes.
Como profesor, Edgar Orozco ve la clase como un organismo interconectado en el que la desproporción entre sus elementos y la discrepancia entre lo que se pretende hacer y lo que se realiza, genera un malestar estudiantil y docente con consecuencias desastrosas. En estas clases enfermas, la discordancia entre las finalidades educativas y las estrategias y recursos didácticos empleados por el docente para conseguirlos, desgasta, corrompe y consume la vitalidad del proceso educativo.
Si, como sabemos, la acupuntura humana experimenta actualmente un éxito notable y una gran expansión por los enormes beneficios que brinda a la salud, la acupuntura matemática propuesta por el maestro Orozco Mendoza, parte de la relación entre el cuerpo humano y la clase; o dicho de otra forma, de la relación dialéctica entre lo biológico y lo didáctico. Es ésta, a mi parecer, una propuesta interesante y novedosa en la que, retomando el concepto de Ying-Yang, se mira la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas pero no como realidades opuestas sino complementarias.
Las matemáticas, nos deja ver el también maestro en educación matemática por la Escuela Normal Superior del Estado de México, son producto de la cultura, por lo que representan una forma de ver el mundo. Su abordaje pedagógico y didáctico, hoy más que nunca requiere interdependencia e interacción.
La acupuntura matemática de la que Edgar Orozco Mendoza es precursor, nos invita a tener una visión sistémica de la educación. Como método educativo y didáctico, es necesariamente terapéutico, útil e invasivo. Terapéutico, porque busca suministrar los cuidados necesarios para aliviar nuestras dolencias; útil, porque posibilita generar auténticas experiencias de aprendizaje; e invasivo, en razón de que propicia el razonamiento de los estudiantes a partir de pinchazos que avivan su curiosidad, movilizan sus propios saberes y alientan sus dudas.
Si la acupuntura humana recurre a la inserción de agujas metálicas en puntos específicos en la superficie del cuerpo humano, la acupuntura matemática es la introducción progresiva y gradual de saetas del pensamiento, dardos de la imaginación docente dirigidos a la rigidez de la enseñanza que, con el tiempo, asfixia la creatividad y mata el deseo de aprender.
La acupuntura matemática propuesta por Edgar Mendoza recurre a recursos punzantes, flexibles, sólidos, aguzados, que permiten penetrar en las estructuras cognitivas de los estudiantes para propiciar cambios conceptuales. Como técnicas de punción, el docente puede motivar, introducir una temática, cerrar un tema, recuperar experiencias previas, presentar información nueva, mostrar realidades, destacar el uso de ciertas habilidades o reforzar un contenido.
Esperamos con ansias el libro que, bajo el mismo título, aparecerá pronto en la colección Normalismo extraordinario, impulsada por la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE). Mientras tanto, el autor de esta obra de aparición próxima nos ha referido que su propuesta recurre a la didáctica de las matemáticas a partir de estructuras caórticas (que fusionan el caos y el orden) y problemas no estructurados, multilógicos y conectados con la vida; recupera el conocimiento tácito, exponencial e intuitivo de los estudiantes; busca la aplicación competente y estratégica de diversas destrezas del pensamiento y propicia no sólo el aprendizaje autogestivo y la metacognición, sino que prioriza la movilización de saberes y su transferencia a diversos contextos y situaciones.
En síntesis, la acupuntura matemática toca puntos clave para potenciar el aprendizaje de las matemáticas. Como ha advertido Miquel Albertí, “quienes aprenden matemáticas no deciden qué matemáticas aprender. Quienes deciden qué matemáticas enseñar lo hacen desde una determinada perspectiva filosófica de lo que son las matemáticas”.3 Edgar Orozco nos muestra con su propuesta que no existe una idea única de lo que son las matemáticas y menos una única manera de concebir su enseñanza. ¿Qué beneficios traerá su iniciativa para la innovación, el pensamiento crítico y estructurado, la participación activa, y la capacidad de análisis y síntesis de los estudiantes? Ya estaremos escribiendo más delante de todo ello…
1 Tony Crilly, 50 cosas que hay que saber sobre matemáticas, México, Ariel, 2014, p. 8.
2 Cfr. Edgar Morin, Los siete saberes necesarios para la educación del futuro, México, Siglo XXI, 2008.
3 Miquel Albertí, ¿Fáciles o difíciles? Aprender y enseñar matemáticas, España: RBA, p. 10.