Cinco retos de la Reforma Educativa 2019
- Pluma invitada
- 21 junio, 2019
- Opinión
- Sofía Gutiérrez Lários
Sofía Gutiérrez Larios
El 15 de mayo se emitió el decreto que reformó a la Constitución en materia educativa. Son diversos los retos que pueden concluirse, pero hoy destaco cinco.
- El cumplimiento de plazos para las nuevas legislaciones. Desde el 15 de mayo, se tienen 120 días para publicar tres ordenamientos jurídicos: la reforma a la Ley General de Educación; la nueva Ley del Sistema para la Mejora Continua de la Educación; y la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestra y Maestros. Veremos cómo quedan formuladas las nuevas y ambiciosas leyes; y si los foros de consulta que se están llevando a cabo son tomados en cuenta, o representan otro intento para poder decir “A todos se escuchó”.
- Los nuevos planes y programas de estudio. Citando al artículo tercero, éstos “tendrán perspectiva de género y una orientación integral, por lo que se incluirá el conocimiento de las ciencias y humanidades: la enseñanza de las matemáticas, la lecto-escritura, la literacidad, la historia, la geografía, el civismo, la filosofía, la tecnología, la innovación, las lenguas indígenas de nuestro país, las lenguas extranjeras, la educación física, el deporte, las artes, en especial la música, la promoción de estilos de vida saludables, la educación sexual y reproductiva y el cuidado al medio ambiente, entre otras.” Sorprende lo específico que quedó el artículo. Esa especificidad no corresponde a la Constitución, sino a los expertos en docencia y pedagogía, que lo enmarcan en otros documentos. Recordemos que vivimos en un mundo acelerado en transformaciones. Si el día de mañana las necesidades de enseñanza cambian, y se incluyen otras asignaturas, se tendrá que volver a modificar el texto constitucional, con todo el trabajo que ello conlleva. Además, pongamos atención a: “se incluirán las artes, en especial la música”. ¿Bajo qué argumento podemos decir que la música (o cualquier otra disciplina artística) es superior al resto de las artes, e incluirla en la Constitución?
- Materializar la obligatoriedad de la Educación Inicial. Anteriormente, la educación obligatoria comprendía desde el preescolar hasta el nivel medio superior, pero ahora se extiende para comenzar desde la infancia temprana; antes del “kínder”. Si bien la intención es noble, esto conlleva un enorme reto, puesto que la educación preescolar es completamente obligatoria desde 2008, y hasta la fecha no se ha logrado que la mayoría de los niños asistan al primer año de dicho nivel. De hecho, la mayoría de los preescolares sólo ofertan segundo y tercer grado.
- Dignificar al maestro, sin caer en la compra de votos. El nuevo texto constitucional precisa que “Las maestras y los maestros son agentes fundamentales del proceso educativo y, por tanto, se reconoce su contribución a la trasformación social”. Suena un tanto sospechoso, porque todos conocemos la poderosa fuerza de votos que representa el magisterio, y parece que se les quiere complacer y halagar, para asegurar su incondicional respaldo al Gobierno. En 1921, José Vasconcelos, primer Secretario de Educación Pública, escribió: No pretendo halagar a los maestros para que me sean adictos, y que me tachen de servil, porque también hay el servilismo del jefe para sus subordinados, del líder para con las masas. Para no caer en dicho servilismo, al maestro se le debe reconocer, pero también exigir y preparar, al ser el que primero da la cara en la mejora educativa.
- Demostrar el funcionamiento del nuevo organismo de profesionalización docente. Una de las polémicas más destacadas de la nueva reforma fue la desaparición del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), encargado, entre otros, de la investigación y mejora educativa. Por su autonomía, servía de contrapeso al Estado. Ahora, será reemplazado por el Organismo para la mejora continua de la educación, que ya no es autónomo, por lo que podrá fácilmente acatar lo que el Gobierno dicta. El problema es que, justo cuando empieza a conformarse, ya se denunciaron plagios de los candidatos que aspiran a dirigirlo, al punto que destacados académicos, como Manuel Gil Antón y Eduardo Backoff, entregaron una carta a los Senadores el 10 de junio, exigiendo la cancelación del proceso para integrar el organismo, por considerarlo opaco. La petición fue ignorada, y una candidata acusada de plagio ya fue aceptada como “idónea”. La gran pregunta es: ¿Y el combate a la corrupción?
Estos son algunos, sólo algunos de los retos que pueden sustraerse. Los días y meses próximos serán de intenso cambio en política educativa. Mantengamos los sentidos alerta para supervisar una de las principales promesas de campaña, porque de incumplirse, todo apunta a que la factura por cobrar será muy costosa. Tanto en política, como en lo que más duele: la calidad educativa.
Maestra de primaria en la escuela pública “J. Jesús Ventura Valdovinos”, Villa de Álvarez, Colima. Licenciada en Educación Primaria por el Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima (ISENCO).