Luis Antonio Valladares Garcés*
La Secretaría de Educación Pública anunció que se suspenderían las clases en nivel básico y medio superior a partir del viernes 20 de marzo del presente año. La fecha de regreso sería el lunes 20 de abril, tentativamente, esto con el objetivo de evitar la propagación del Covid-19. Algunos Estados como: Jalisco, Nuevo León, Colima, Veracruz, Puebla, Baja California, Guanajuato, entre otros, decidieron adelantarse a la petición federal. Aunque a estas alturas ya todos conocemos el desenlace del presente ciclo escolar. Sin embargo, el inicio del ciclo escolar 2020-2021 sigue siendo una incertidumbre.
Académicos y especialistas en la educación han coincidido en afirmar que la actual pandemia ocasionada por el Covid-19, ha desnudado nuestro sistema educativo al evidenciar la desigualdad existente a lo largo y ancho de nuestro país. En ese sentido, sobresale el tema del uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en donde se vio reflejado que la carencia de los progenitores y de muchos profesores se sumó a las serias dificultades de muchos estudiantes. Dichas faltas están correlacionadas a diversos factores en los que predomina la dificultad económica para disponer de los medios adecuados, la escasez de competencias formativas en esta materia y el tiempo/atención disponible de los padres de familia.
En este mismo ámbito, el investigador español Fernández Enguita (2020) menciona que la repentina migración de la actividad docente del modelo presencial al online deja en manifiesto la existencia de tres brechas:
- De acceso: Tener o no acceso a conexión y dispositivos tecnológicos.
- De uso: Tiempo de empleo y calidad del mismo.
- Escolar: Habilidades del profesorado, disponibilidad de recursos y adecuación de plataformas online de apoyo a la enseñanza.
En nuestra realidad y en el mejor de los casos, se usó plataformas interactivas con videollamadas y programas de búsquedas guiadas de internet. Pero, un sistema verdadero, integrado, correlacionado de clases virtuales con todos los multimedia incorporados, entre otros requerimientos, no. No lo hubo. Por ello y entre otras cosas, se puede afirmar que en la mayoría de los casos, no se implementó una educación online, se practicó una enseñanza a distancia.
Los párrafos anteriores reflejan la necesidad del diseño de políticas públicas para hacer frente al reto digital y por consiguiente, dejar de responsabilizar meramente al profesor y volcar las miradas hacia la falta de políticas adecuadas para preparar a nuestro país ante el reto digital, en el que se replantee el uso de las TIC, su enfoque, metodología y propósitos de implementación. Además, vincularlo con los tipos de pensamiento, inteligencias múltiples y los aprendizajes del Plan y Programas de Estudio vigente.
Como se sabe, los docentes de México presentaron múltiples dificultades en la implementación de la Estrategia de Educación a Distancia pero, afortunadamente, la gran mayoría de los docentes puso en práctica lo que en alguna vez comentó la maestra Patricia Frola Ruíz, quien exhortó a apreciar el contexto como un factor que influye pero que no determina. Es decir, siempre hay algo que se puede hacer, todo dependerá de la creatividad y la pericia del docente.
Por otro lado, se ha hablado de la modificación que debe realizar el docente en relación a su sistema de enseñanza (aunque desde mi punto de vista sería mejor nombrarlo como: fortalecer sus estrategias para consolidar el proceso de aprendizaje de los estudiantes). Sin embargo, no es tan fácil como se dice. Si bien es cierto el Plan y Programas 2011 prioriza el desarrollo de las competencias para:
- El aprendizaje permanente. En donde destaca el fortalecimiento de las habilidades lectoras, habilidades digitales, comunicarse en más de una lengua y el aprender a aprender.
- El manejo de la información. Su progreso requiere identificar lo que se necesita saber; aprender a buscar; identificar, evaluar, seleccionar, organizar y sistematizar información con sentido ético.
- El manejo de situaciones. Para su desarrollo se requiere: enfrentar el riesgo, la incertidumbre, plantear y llevar a buen término procedimientos; administrar el tiempo, propiciar cambios y afrontar los que presente; tomar decisiones y asumir sus consecuencias; manejar el fracaso, la frustración y la desilusión; actuar con autonomía en el diseño y desarrollo de proyectos de vida.
- La convivencia. Su desarrollo requiere: empatía, relacionarse armónicamente con otros y la naturaleza; ser asertivo; trabajar de manera colaborativa: tomar acuerdos y negociar con otros; crecer con los demás; reconocer y valorar la diversidad social, cultural y lingüística.
- La vida en sociedad. Para su desarrollo se requiere: decidir y actuar con juicio crítico frente a los valores y las normas sociales y culturales; proceder a favor de la democracia, la libertad, la paz, el respeto a la legalidad y a los derechos humanos; participar tomando en cuenta las implicaciones sociales del uso de la tecnología; combatir la discriminación y el racismo, y conciencia de pertenencia a su cultura, a su país y al mundo.
Mientras que en el Plan y Programas 2017 se hace hincapié en contribuir a formar ciudadanos libres, responsables e informados para vivir en plenitud en el Siglo XXl a través de la implementación de los aprendizajes clave para la educación integral y así desarrollar conocimientos disciplinarios, interdisciplinarios y prácticos, en conjunto con habilidades cognitivas, metacognitivas, socioemocionales, físicas y prácticas dentro de diversos ámbitos; los cuales, son muy parecidos a lo planteado con anterioridad.
Ahora, se propone cinco nuevas asignaturas: Vida saludable, nutrición, nuevos materiales de Civismo y Ética (incluirá áreas que abarquen la filosofía y seguramente en conjunto con las otras abonará a la cultura de la prevención), educación humanista y, actividad física y deporte escolar pero ¿Realmente son cinco nuevas materias, se utilizarán transversalmente dentro de las asignaturas ya existentes o simplemente sustituirán el nombre?
Ahora bien; durante la presente contingencia ¿Qué panorama habríamos tenido si en su momento, los estudiantes hubieran adquirido las competencias para la vida? ¿Qué diferencias se encuentran entre la RIEB 2011, Aprendizajes Claves 2017 y al mismo tiempo con las cinco nuevas asignaturas? La intención, mecanismos y metodología son muy similares pero aun así no se logra el objetivo, ¿Será por la carga administrativa; la acumulación de contenidos curriculares y aumentándole el dichoso currículum oculto; o será acaso la falta de infraestructura y capacitaciones a tiempo, o será la implementación de una evaluación interna y externa inadecuadas?
Los factores y variables son muchas y las soluciones deben ser un número equiparable con ellas pero generalmente nos dirigimos al profesor frente a grupo ¿Por qué? ¿Cuántos de los factores nombrados le competen directamente? ¿Realmente solo el profesor es el que debe de modificar su didáctica o debe hacerlo en conjunto con las políticas públicas?
Como se ha visto, la pandemia ha incitado diversos cambios, adecuaciones y a la evolución misma de diferentes sectores y, la educación no es la excepción. Es necesario la reflexión y reorganización a gran escala del sistema educativo que considere la institucionalización del trinomio fundamental: estudiantes, profesores y padres de familia; un currículo sólido e innovador que implemente la consolidación de las competencias para el futuro ciudadano y laboral de los actuales infantes; y por supuesto una inversión real porque el futuro de nuestro país depende de la educación, los frutos de la misma, serán la economía y los ciudadanos de mañana.
Concluyo citando al maestro Miguel Ángel Pérez (2020) “La escuela tiene que reinventarse si no quiere seguir muriendo como lo está haciendo hoy día”.
*Luis Antonio Valladares Garcés, Docente Colimense de Educación Primaria y Colaborador de Proyectos Educativos en Educación Básica. Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Investigación e Innovación Educativa.
Referencias:
Pérez, Miguel Ángel (2020). ¿Y si las escuelas ya no están ahí cuando regresemos? Recuperado en: http://www.educacionfutura.org/y-si-las-escuelas-ya-no-estan-ahi-cuando-regresemos/
Secretaría de Educación Pública. (2011). Reforma Integral de Educación Básica. Plan y Programas de Estudio para la Educación Básica.
Secretaría de Educación Pública. (2017). Aprendizajes Clave para la Educación Integral. Plan y Programas de Estudio para la Educación Básica.