Lic. Manuel Alberto Navarro Benítez
Al final de tus estudios nace esa pasión por ejercer eso que tanto preparaste, luchaste, reíste, lloraste, desvelaste, y que ahora fuera de la institución, ahora dentro de la realidad social y política, te topas con un obelisco.
Éste se conforma de: exámenes realizados para dudar de todo, dentro de éstos, vienen casos de experiencia con la que no cuentas, o incluso, de contar con ella las respuestas no coinciden con la que sería tu decisión, tenemos la presión innecesaria de los aplicadores, o al buscar empleo, en vez de encontrar capacitación, cursos, talleres para perfeccionar tu área profesional, promueven lo punitivo, prestigio para ser aceptados, entre otros.
Las partes administrativas, con tanta importancia en estos procesos, deben actuar con razón, empatía y humanidad. Algún día tuvieron o tendrán a alguien en la misma situación, y tendrán que adaptarse a ello.
No es sencillo alejar los viejos hábitos relacionados a la educación como menciona Goleman “No resulta fácil liberarse de viejos estilos pedagógicos” (2016, pág. 85) pero, se debe de hacer con un coraje intelectual y humano para lograr un cambio verdadero.
La motivación que se encuentra en ti se empieza a contaminar de estrés, nervios, ansiedad, confusión. Realmente aspectos innecesarios con los cuales únicamente aumentamos, según la Organización Mundial de la Salud, en México, 75% de fatiga por estrés laboral o el síndrome de “bornout” se caracteriza por un progresivo agotamiento físico y mental. (Forbes México, s.f.)
Donde muy pocas personas pueden sobrellevarlo y otras son orilladas a contaminarse, o en casos extremos, la muerte.
Todavía, encontrando un trabajo, a veces no el de tu profesión, a veces sin ser algo fijo, a veces sin un sueldo mínimo aceptable, volvemos a ver ese obelisco en las organizaciones, donde existen ambientes tóxicos, sin estar preparados para el desempeño de sus trabajadores, sin cuidar el talento humano, promoviendo trastornos como el estrés, acoso laboral, “preferencialismo”, síndrome de bornout, “presentismo” (ir al centro laboral, pero no trabajar), ocasionando mayor contaminación de la motivación que teníamos a un inicio.
Y esto, cuando lo único que deseas es brindar lo mejor de uno mismo, disposición total para aceptar toda capacitación, taller, curso, certificación, consejos, lo que sea productivo, que provenga para mejorar en tu área profesional, para aprender y ponerlo en práctica lo antes posible.
Debe existir mayor coherencia en todo proceso de admisión, titulación, especialidad, o relacionados, para continuar y aprovechar en su máximo posible, la motivación, aprendizaje fresco, y el deseo de salir delante de cada individuo.
Me refiero a coherencia, en que el aplicador tenga principalmente conocimiento del tema y tenga la certeza y conciencia de en qué parte del proceso están y cómo lo pueden aprovechar de la mejor manera.
Invito a todo aquél que haya o esté contaminando estos procesos laborales tan preciados con la siguiente cita “mostrar ‘coraje intelectual’ para soportar la resistencia (…) al cambio; tomar riesgos, experimentar, ser humilde, resistirse a la arrogancia y demostrar claridad, escapando de las perspectivas distorsionadas. (Frías, 2000, pág. 29)
Bibliografía
(s.f.). Obtenido de Forbes México: https://www.forbes.com.mx/
Frías, B. (2000). Pensamiento Crítico y Creativo. México D.F.: Trillas.
Goleman, D., & Senge, P. (2016). Triple Focus: Un nuevo acercamiento a la educación. Barcelona, España: Ediciones B, S. A.