El pendiente de las pensiones
- Pluma invitada
- 18 diciembre, 2023
- Opinión
- salarios docentes, sector educativo, Wenceslao Vargas Márquez
Wenceslao Vargas Márquez
Incluso los más severos críticos de la administración federal actual reconocen en el aumento al salario mínimo general uno de sus principales logros. Es cierto que en sexenios pasados los gobiernos informaban que aumentos importantes al salario mínimo eran impracticables porque generarían una inflación descontrolada. Ya se demostró en la actualidad que no es así.
Es de apuntarse que incluso este punto a favor del gobierno tiene efectos indeseables en otras áreas. Uno es el que al aumentar los salarios mínimos generales casi por decreto, esos salarios mínimos alcanzan y pueden rebasar a algunos salarios mínimos profesionales. Ya hay especialistas llamando la atención sobre el punto. Equivale esta distorsión a lo que ha ocurrido en el sector educativo donde al aumentarse los salarios inferiores a $16 mil pesos mensuales, orilla a que haya salarios docentes emparejados con estos nuevos salarios de empleados administrativos o manuales. Especialistas -y el sentido común- recomiendan mantener un diferencial razonable.
Pero la distorsión fundamental a plantear en estos párrafos es el desfondamiento de ciertas pensiones burocráticas que dejaron de medirse con referencia en los salarios mínimos para comenzar a medirse en las famosas unidades de medida y actualización (umas) a partir del año 2017. Hubo el compromiso federal de revertir el proceso pues los salarios mínimos crecen mucho y las umas muy poco, generando una diferencia en la que algunas pensiones burocráticas reciben con las actuales umas menos de la mitad de lo que recibirían si se aplicaran los salarios mínimos como medida de referencia.
Cada vez que aumenta el salario mínimo el desfondamiento es mayor. Para ilustrar pensemos que las pensiones citadas se pagan con diez billetes. En 2016, año de la reforma constitucional, el ‘billete salario mínimo’ y el ‘billete uma’ valían los mismo: $73.04. En el año 2017 comenzaron a diferenciar su valor. El salario mínimo $80 y la uma $75. El problema se ha agravado. El billete llamado salario mínimo vale para 2024 un total de $249 ($7,500 al mes) y la uma quizá logre llegar a $108 o $110; ya lo sabremos en pocos días. Ese es el punto indeseable del aumento a los mínimos. En pesos hay pensiones que deben pagar en el ISSSTE (en el tope de diez salarios) un total de $75 mil mensuales con salarios mínimos pero pagan con umas apenas $33 mil, mucho menos que la mitad. El propio presidente ha reconocido el desfase, la última vez el 24 de octubre como invitado especial a una actividad magisterial internacional.
El Poder Legislativo federal ha trabajado el problema con las limitaciones que tienen y han tenido los diputados federales de cualquier otro sexenio: no son autónomos. Sus decisiones y carreras políticas dependen del Ejecutivo en turno. Es el caso que en comisiones se dio visto bueno a revertir esta modificación y volver a medir las pensiones en salarios mínimos, lo que implica una modificación al 123 constitucional que revierta lo que se hizo en 2016. Se sabe que funcionarios del Ejecutivo arquearon las cejas.
Una de varias notas de prensa explicó así cómo en el reciente 30 de noviembre se frenó la discusión parlamentaria para corregir este agravio. Se menciona a Robledo, diputado oficialista del grupo Morena: “Juan Ramiro Robledo pidió retirarlo del orden del día: Argumentó que, aunque también es una reforma que se prevé será aprobada por consenso, a petición de la Secretaría de Hacienda, es necesario “hacer algunas corridas financieras”, debido a que esta iniciativa “tendrá un gran impacto en las finanzas públicas” no contempladas en el Presupuesto de Egresos del 2024”.
Otra nota dice: “La reforma sería aprobada este jueves (30) en la Comisión de Puntos Constitucionales, pero fue retirada luego de que Hacienda alertó que tendría un alto costo para el erario público. Juan Ramiro Robledo, presidente de la Comisión, propuso retirar el dictamen, al explicar que tiene un impacto presupuestal que no tienen calculado y que tiene varias implicaciones”. Agrega la nota: “La Secretaría de Hacienda nos ha mandado un pliego de recomendaciones, donde sin usar palabras más allá de lo ordinario, sin estridencia, hay un cálculo somero de muchos miles de millones de pesos que impactarían las finanzas del País, que no a los patrones, sino a las pensiones si se calculan de otra manera, que es en el ISSSTE e IMSS”, explicó el legislador de Morena”.
¿Traducción llana para el respetable? Con gusto traduzco: no hay dinero para corregir el agravio constitucional de 2016 y volver a pagar las pensiones en salarios mínimos. La reforma deberá esperar mejores tiempos en otro sexenio. Por ahora, esta promesa de 2018 a jubilados y a sus agrupaciones ya no se pudo cumplir.
X: @WenceslaoXalapa