El regreso a clases en territorios rurales.  Entre deserción, precarización y priorización de lo académico sobre lo administrativo

Martín Muñoz Mancilla

Escuela Normal de Coatepec Harinas

Red Temática de Investigación en Educación Rural

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el Campo Estratégico en Modelos y Políticas Educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticias del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.

¿Cómo se ha ido reconfigurando el regreso a clases presenciales en las escuelas ubicadas en territorios rurales? ¿Qué piensan y dicen los docentes que laboran en escuelas rurales sobre ese proceso? O planteada desde otra perspectiva, ¿De qué manera los alumnos que habitan en territorios rurales vivieron su formación a distancia y cuáles han sido los retos que enfrentan en el regreso a clases de manera presencial?

Con base en dichas interrogantes se planteó el siguiente propósito: analizar la manera en que se está configurando el regreso a clases presenciales en territorios rurales, para poder aportar algunos elementos que permitan su reflexión y mejora.

Como es ampliamente difundido, la población que habita el medio rural es la que más ha sufrido injusticias y ha sido excluida de bienes y servicios básicos, tales como: electricidad, agua potable, drenaje, servicios médicos, seguridad social, educación, etc. Lo alarmante del caso resulta ser, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Población y Vivienda (INEGI, 2020), que 21%, que equivale a más de 26 millones de mexicanos, vive en dichas condiciones en sus comunidades rurales. Por ello, ante la crisis generada por la pandemia, la mayoría tuvo que involucrarse en cuestiones laborales para poder llevar apoyos económicos a la familia y así, sobrevivir.

Aproximadamente, 70% de las escuelas de nivel básico se encuentran ubicadas en territorios rurales, tal y como lo sustentan el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE, 2014) y Juárez (2016). Fue en estas instituciones educativas donde más se sufrieron los estragos sociales que trajo el Covid 19, entre los cuales están, el rezago en el aprendizaje y la deserción escolar. Entre las razones se encuentran, además de la falta de conectividad a Internet y de aparatos electrónicos como, computadoras y celulares inteligentes, la carencia de recursos económicos para poder adquirirlos, y de condiciones propicias para que los padres de familia apoyen a sus hijos en los trabajos académicos que se requieren en la escuela; entre ellas, su nivel educativo. 

Con el regreso a clases de manera presencial se promovieron políticas para que aquellos alumnos que hubieran desertado de las escuelas pudieran regresar a sus estudios; sin embargo, no ha sido una tarea fácil para los maestros convencerlos. La falta de recursos económicos, tecnológicos y servicios básicos, ha implicado el involucramiento de los niños y adolescentes en cuestiones laborales para llevar recursos financieros a sus familias.

Los maestros reconocen que en sus grupos no sólo hay deserción escolar, sino también rezago educativo en las diversas asignaturas como: matemáticas, español y ciencias. Les preocupa la comprensión lectora, dado que, por las condiciones en que se desarrollaron, difícilmente la pudieron poner en práctica.

El regreso a clases de manera presencial, para docentes y padres de familia, ha resultado difícil y polémico, no sólo por las condiciones de vida ya descritas, sino también porque se requieren procesos complejos para la regularización de los alumnos donde se invierta tiempo, esfuerzo y creatividad.

Para ello es indispensable priorizar lo académico sobre lo administrativo. Más que estar haciendo planes, informes y estadísticas, los maestros, necesitan dedicarse a promover el aprendizaje de los alumnos y a despertar su interés por su educación, para que sean lectores con capacidad de dudar y cuestionar la realidad. En ese sentido, en un futuro tendremos mejores ciudadanos más justos y responsables.

Referencias

INEE (2014). Panorama educativo en México. 2013. México: Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

INEGI (2020). Censo de población y vivienda 2020. México: Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Juárez, D. (coord.) (2016). Educación rural: experiencias y propuestas de mejora. México. Colofón-RIER.

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