Fortaleza y debilidad de la Sección 22
- Carlos Ornelas
- 19 agosto, 2015
- Opinión
- Sección 22 CNTE
Hay tres conceptos de la sociología de la dominación de Max Weber que ayudan a explicar el auge y la probable caída de los dirigentes de la Sección 22 de Oaxaca, la cabeza de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y su transformación a una sección estándar del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Estos tres elementos se refieren al comportamiento de los docentes de base: convicción, conveniencia y subordinación.
Primero, en sus orígenes, los militantes de la S22 y la CNTE se apoyaron en miles de maestros que estaban convencidos que había que cambiar. “Democracia sindical y más salario” eran consignas seductoras y los persuadieron a luchar por ellas, dado que los dirigentes nacionales del SNTE, en lugar de apoyar las demandas de los maestros, los reprimían. Muchos de los docentes de base no comulgaban con las ideologías de sus líderes (comunistas, trotskistas, maoístas), pero estaban convencidos de que iban a cambiar el orden de cosas.
Segundo, la S22 se hizo del control del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca a partir de 1992. Muchos maestros quizá no estaban satisfechos con el discurso ideológico, pero les convenía apoyar a sus dirigentes. Éstos instituyeron nuevas reglas, inventaron la constancia de participación sindical para promociones a puestos burocráticos, cambio de plaza y recomendación de familiares. Un incentivo poderoso. Sin participación no había posibilidades de movilidad ascendente. Por ello se adaptaron a las reglas del juego: marchaban, tomaban casetas, incendiaban y proporcionaban una imagen de unidad en la beligerancia.
Tercero, otros tantos maestros se alineaban por obediencia, porque estaban acostumbrados a subordinarse a los mandatos de las autoridades; y los líderes de la S22 eran la autoridad, ellos otorgaban mercedes o castigaban la indisciplina. Muchos de estos maestros marchaban y cargaban pancartas, hacían sus guardias en los plantones porque seguían las instrucciones de directores y supervisores, sus autoridades inmediatas.
Hoy, tras el golpe recibido con la toma del IEEPO por el gobierno, los líderes de la S22 perdieron el control de la nómina, sus cuentas están congeladas, la constancia de participación sindical no tiene el atractivo que tenía, van en retirada. Su derrota puede ser definitiva si el gobierno utiliza esos mismos elementos.
Primero, pienso que hay miles de buenos maestros desperdigados en las regiones de Oaxaca. Ellos ya están hartos de tanta movilización, de pérdidas de clases y nos les gusta manipular a los padres de familia. Entendían la necesidad de un cambio, pero estaban aislados, sin apoyos y vigilados por sus pares. Están convencidos de que la educación es un derecho humano y que tienen que cumplir con sus deberes. No que apoyen al gobierno con toda su voluntad, pero hoy éste ofrece una opción de trabajo y, quizás, de desarrollo profesional basado en el mérito, no en la militancia.
Segundo, muchos de aquellos que seguían a los líderes porque les convenía, hoy los abandonarán por que les importa más conservar la plaza y se adaptarán a las reglas que imponen las nuevas leyes. Ellos nunca defendieron principios o ideología, estaban con la dirigencia de la S22 porque las reglas así lo exigían. Cambiaron las reglas, ellos se adaptarán con cierta facilidad, aunque no haya garantía de que cumplirán con su trabajo con ética y responsabilidad.
Tercero, aquellos que se subordinaban a las reglas por costumbre de sumisión a la autoridad harán lo mismo; seguirán lo que les ordene el nuevo IEEPO y algunos hasta se esforzarán para hacerlo mejor, ya no tendrán que marchar ni desvelarse en plantones, sólo seguir las reglas. Piensan que les irá mejor.
La fortaleza de la S22 consistía en su capacidad para movilizar a miles de docentes —cuyo número había bajado en las últimas marchas— pero con instrumentos y recursos monetarios que les transfería el gobierno. La paradoja, los mismos dispositivos que le permitieron a la S22 crecer su fuerza, hoy son parte de su debilidad.
La pregunta que me hago es si el gobierno será capaz de desplegar una tecnología del poder que le permita poner orden y organizar de nuevo la educación en Oaxaca. No estoy seguro. El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, manda señales perturbadoras. Les dice a los dirigentes de la S22 que si se portan bien y no impiden el regreso a clases la Segob volverá a negociar con ellos, ¿negociar qué?