La herencia educativa de las cortes de Cádiz

Juan Pablo Martínez López

Juan Pablo Martínez López

En el año 1821 Agustín de Iturbide proclama el Plan de Iguala, esté será él documento político, en la que se declara a la Nueva España como país soberano e independiente del reinado español, conseguido por una lucha de once años de guerra de Independencia. Este (Plan de Iguala) dará la base para la construcción política y social del México naciente, muchos de los encargados para la construcción de este plan serán influenciados directamente por la Constitución de Cádiz, como lo cita la Dorothy Tanck (Tanck, pág. 4):

            “…esta asamblea (Las Cortes de Cádiz) cobra significado adicional: no sólo fue catalizador intelectual de ideas progresistas francesas, inglesas y especialmente españolas, sino un ensayo en política práctica para varios futuros dirigentes del México independiente.”

Personajes como Miguel Ramos Arizpe, Lucas Alamán, Pablo de la Llave, Lorenzo de Zavala y Manuel Gómez Pedraza entre otros, participaron en las Cortes de Cádiz como diputados de la Nueva España (que después fungirían como ministros dentro del gabinete de Agustín de Iturbide), acordaron en Las Cortes seguir gobernando de acuerdo con la constitución pre independentista de 1812 llamada Instrucción del gobierno económico-político de las provincias y con ello  heredando muchas de sus políticas al Plan de Iguala de 1821 y lo que se pretendería en la propuesta educativa.

Muchas de las ideas educativas que se propusieron para este México naciente fueron heredadas de Gaspar Melchor de Jovellanos, un educador y estadista español, muerto en 1811, quien fungió como consejero del rey y fue miembro destacado la Sociedad Económica Amigos del País, organización dedicada al aumento de la producción económica por medio del fomento de inversiones técnicas, la disminución de los privilegios de la nobleza, la Iglesia y los gremios, y el establecimiento de escuelas.

Será al consumarse la independencia de México que se publicará el Reglamento general de instrucción pública de 1821, el cual tendrá la función de implementar la propuesta jurídica administrativa para el México naciente. Creando instituciones mestizas que buscarán con afán la homogenización de la población con una perspectiva hacia Europa, esto será una disonancia con la realidad de la mayoría de la población, se puede observar claramente en el cuerpo principal del texto y en dos artículos propuestos en el Plan de Iguala (2017):

            “¿quién de vosotros puede decir que no desciende de español? Ved la cadena dulcísima que nos une; añadid los otros lazos de la amistad, la dependencia de intereses, la educación é idioma y la conformidad de sentimientos, y veréis son tan estrechos y tan poderosos, que la felicidad común del reino es necesario la hagan todos reunidos en una sola opinión y en una sola voz.”

Y los artículos 7 y 23° (Este justificará la designación a diputados de Alemán, de la Llave, etc.), que dictan:

(23°) “Como las Cortes que se han de formar son Constituyentes, deben ser elegidos los diputados bajo este concepto. La Junta determinará las reglas y el tiempo necesario para el efecto.”

(7°)“Gobernará en virtud del juramento que tiene prestado al Rey, interin éste se presenta en México y lo presta, y hasta entonces se suspenderán todas ulteriores órdenes”

Es aquí dónde queda plasmada la herencia de la constitución de Cádiz sobre el pensamiento de los formadores del Estado-nación mexicano. Viendose reflejado en 1823 con los ministros de Relaciones y Justicia, Lucas Alemán y Pablo de La Llave cuando por orden del encargado del ejecutivo (Agustín de Iturbide) se darán a la tarea de formular un plan general de educación dentro del Reglamento general de instrucción pública de 1821, el cual contendrá una visión educativa unificadora y homogeneizadora heredada de las Cortes de Cádiz y la propuesta de Melchor Gaspar de Jovellanos hacia el país naciente, sustentada en tres principios:

1.- Se creaba una Dirección Nacional formada de cinco miembros para “establecer, conservar y mejorar la instrucción pública en toda la nación.

2.-Anunciaba que toda instrucción financiada por el estado había de ser “pública, gratuita y uniforme”

3.- Reafirmaba implícitamente la abolición del gremio de maestros de primeras letras al dar libertad a todos los particulares para establecer escuelas. La ley española explícitamente decía que “la enseñanza privada.[1]

Es está herencia colonial la que propone un Modelo de Estado Nación que favorezca a la homogenización  la educativa aspirando a la ciudadanía única. La influencia de la propuesta constitucional de Las Cortes de Cádiz en un nivel estructural se verá en el deseo de establecer una Junta Directora, el Cuerpo Inspector, la Dirección de Estudios, la Dirección General de Instrucción Pública y en la Ley propuesta el 19 de Octubre de 1833 al establecerse la Dirección General de Instrucción Pública para el Distrito Federal y los territorios, instituciones educativas encargadas del cumplimiento de la Ley y la homogenización cultural y educativa.

La planeación y estructuración del estado-nación mexicano después de la Independencia tubo importantes acontecimientos que marcaron fuertemente la relación hacia los pueblos indígenas, el Estado fue optando por establecer una relación homogeneizadora hasta los albores del siglo XXI, existiendo múltiples factores histórico-político que resultaron en la transformación hacia un país que logrará el reconocimiento de su diversidad. La urgencia de los gobiernos por la modernidad planteada desde USA y Europa hizo que se planteara propuestas de Ley que obligaban al paso de Estado Tradicional a un Estado moderno, como plantea Sócrates López (2007):

            “Esta idea de Nación rompe con la Nación Tradicional, en la que un pueblo ficticio de individuos abstractos reemplaza a los pueblos reales, en lugar de aceptar la diversidad, tiende a uniformarla mediante una legislación general, una administración central y un poder único

El sistema educativo en México se construyó con una base ideológica encaminada hacia la eliminación de la diversidad étnica, lingüística y cultural, la propuesta educativa a principios del siglo XIX buscaba desterrar el sentido indígena de la sociedad, es por ello que se planteó un modelo de Estado-Nación homogeneizador que construyera una ciudadanía progresista que miraba como modelo a seguir a Europa y USA.

Bibliografía

(coordinadora), D. T. (2010). La historia minima de la educación. Mexico: Colegio de México.

Pérez, S. L. (2007). Políticas sociales y nueva relación Estado. Pachuca: UAEH.

Tanck, D. (1979). Las Cortes de Cadiz y el desarrollo de la eduación en México. Mexico: Colegio de Mexico.


[1] (Tanck, 1979)

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