Juan Rubén Compañ García
Durante la administración del gobierno anterior, la evaluación a la docencia se convirtió en el corazón de la reforma educativa. La evaluación a los actores educativos, se miró como un instrumento de control punitivo por parte de la disidencia magisterial, cuestión que asumió el ejecutivo de la nación Andrés Manuel López Obrador, para derogar la reforma educativa e impulsar una evaluación docente distinta, no punitiva-aunque la evaluación realmente no es punitiva-. Sin embargo, la evaluación a la docencia en estos momentos ni tiene control- entendido como proceso, no como palabra peyorativa- ni tiene evaluación.
Según Ardoino (2000) el control y la evaluación son dos elementos heterogéneos e inseparables. El control de los conocimientos de los docentes, de su calidad como profesores, de los perfiles requeridos para la realización de una actividad, del cumplimiento de las tareas encomendadas, de los mecanismos de ingreso a la docencia, constituyen elementos necesarios para verificar la conformidad en relación con un modelo o norma o en qué medida de aleja de este, lo que requiere un conjunto de procedimientos específicos, sistemáticos y racionalizados. El control elimina las temporalidades, son acciones que se realizan de manera constante y universal y sin un tiempo determinado. Por su parte, la evaluación es un proceso temporal, que se entiende más en términos de problemática –teórica y metodológica-que como instrumento de medición o de control de la eficacia. En este sentido su objetivo es cuestionar el sentido y significado de los fenómenos educativos. Aunque analíticamente el control hace referencia a la conformidad y coherencia y, la evaluación, al sentido y la pertenencia, son complementarias.
El control como proceso permite captar las competencias de los docentes de acuerdo a una escala, además de identificar las diferencias entre ellos, pues las evaluaciones permiten observar quienes poseen tales competencias de los que no. Una manera importante de entender un aspecto de la evaluación a la docencia, no la única. Sin embargo, el control se desprecia durante la administración de gobierno actual porque se comprende peyorativamente, como un aspecto de vigilancia y castigadora, porque parece que hay cierto recelo a considerar las prácticas racionalizadas en el proyecto educativo de gobierno de la cuarta transformación. Empero, tampoco hay una propuesta que pueda considerar en la evaluación de la docencia la particularidad de los maestros, su historia, sus competencias, los contextos donde laboran y las condiciones en las que lo hacen. Simplemente hay un control autoritario, jerárquico y centralista.
La asignación de las plazas docentes resultado de los procesos de admisión y promoción no tomaron en cuenta las evidencias de la políticas de ingreso y promoción de administraciones anteriores, cuestión importante para mejorar los indicadores o criterios de evaluación, los mecanismos de asignación de las plazas docentes, las condiciones de evaluación, la transparencia de la información de las vacantes- no es posible que haya convocatorias en diversas entidades donde no se existen vacantes para ciertas plazas docentes, cuando en las escuelas hay faltantes de maestros- mejora en la sistematización de la información de los docentes, comunicación y gestión oportuna entre el gobierno federal y el gobierno estatal, por mencionar algunas.
Por ejemplo, en el caso del estado de México la asignación de las plazas docentes en la admisión y la promoción puede ilustrar el limitado seguimiento que se le otorga a una política de la evaluación que tenía elementos importantes que se podían recuperar y mejorar con una visión basada en la evidencia y en la visión plural. Sin embargo, el fenómeno educativo de la política de la evaluación, como otros más, no se mira como histórico, no considera su pasado- lo que se venía trabajando sobre política de evaluación- tampoco su presente- lo importante que es evaluar la situación de los docentes en las condiciones actuales- ni su futuro- no mira la evaluación a largo plazo, su objetivo es limitarla.
Lo anterior lo explicaré con los datos que proporciona la Coordinación Estatal del Servicio Profesional Docente (CESPDEM) que se plasman en la tabla 1 y tabla 2 con respecto a la asignación docente y promoción directiva y de supervisión en el nivel primaria y secundaria. En cuanto al número de docentes asignados en el nivel secundaria se puede observar un descenso entre el ciclo escolar 2017-2018 y el 2019-2020 lo que equivale a una reducción de más del 50% de docentes que ingresan al servicio educativo. En el nivel de primaria se observa un decremento entre el ciclo escolar 2017-2018 y el 2020-2021 del 70%. La disminución considerable de la asignación de los docentes puede entenderse a partir de cinco variables que la CESPDEM considera: a) rechazo a la plaza ofertada, b) renuncia a la plaza, c) no acredita documentación, d) no asistió, e) sin asignar-sólo tiene vigencia para el ciclo escolar 2019-2020 y el 2020-2021- hasta el momento y f) expiró el plazo de asignar plazas.
Tabla 1. Asignación docente y promoción de dirección y supervisión en el nivel secundaria
Ciclo escolar | Docentes asignados | Directores asignados | Supervisores asignados | Fecha de actualización |
2017-2018 | 2189 | 482 total | 129 total | 1 de julio del 2018 |
2018-2019 | 1156 | 174 estatal
57 federal 231 total |
18 estatal
28 federal 46 total |
1 de junio del 2019 |
2019-2020 | 1024 | n. a. | n. a. | 22 de junio del 2020 |
2020-2021 | 875 lista 1
2155 lista 2 |
n. a. | n. a. | 5 de octubre del 2020 |
n.a No aplica
Tabla 2. Asignación docente y promoción de dirección y supervisión en el nivel primaria
Ciclo escolar | Docentes asignados | Directores asignados | Supervisores asignados | Fecha de actualización |
2017-2018 | 3498 | 493 | 350 | 1 de julio del 2018 |
2018-2019 | 3625 | 395 estatal
106 federal 501 total |
15 estatal
16 federal 31 total |
1 de junio del 2019 |
2019-2020 | 2413 | n. a. | n. a. | 1 de junio del 2019 |
2020-2021 | 953 lista 1
13 lista 2 966 Total |
n. a. | n. a. | 5 de octubre del 2020 |
- a. No aplica
Cada uno de los elementos que se mencionaron y que se relacionan con la disminución de las plazas asignadas generan muchos cuestionamientos, que al parecer no se les atiende. Por ejemplo, ¿por qué un docente rechaza o renuncia a una plaza para la que concurso? ¿Será que las condiciones precarias que ofrece el sistema no son atractivas? Recordemos que la precarización salarial y el número de horas que les asignan a los docentes en la mayoría de las ocasiones son muy pocas. El hecho de que un docente no acredite la documentación tal vez visibiliza que la plataforma que el gobierno tiene para recopilar la información de los sustentantes es técnicamente deficiente. También llama la atención que haya docentes sin asignar, ¿por qué no se asignan si existe en la plataforma una relación de las vacantes de las entidades? ¿será que no se asignan las plazas porque no hay un registro transparente de las vacantes? ¿ es justo que en el ciclo 2020-2021 haya una preferencia en la asignación de plazas para la lista 1 de los egresados de las normales públicas? ¿por qué no se asignan las plazas docentes cuando muchas escuelas en el estado de México no cuentan con la plantilla docente? ¿por qué hay docentes que participaron en la convocatoria del ciclo escolar 2020-2021 que no se les asigna plaza hasta el momento? En cuanto a los docentes que se encuentran en la situación de que el plazo expiró es importante conocer ¿por qué expiró el plazo para asignar a un docente? ¿Es responsabilidad del sustentante o de la organización de los tiempos por parte de las autoridades para asignar a los docentes? ¿el tiempo que establecen las autoridades es un mecanismo de control autoritario que evita el otorgamiento de plazas docentes. Lo que se muestra aquí son sólo algunas inquietudes, claro que pueden ser más. La actual administración carece de elementos de control técnico y de propuesta de mejora en la política de evaluación, lo que ocasiona que la evaluación en el sistema educativo sea limitada, débil y sin rumbo.
En cuanto a la promoción a directivo o supervisor, se observa no una disminución, sino una nula atención, vemos que en el ciclo escolar 2019-2020 y en el 2020-2021, no existe convocatoria, el ascenso a director o supervisor dejó-por el momento- de ser a través del mérito- con sus limitantes y alcances- para dar paso a la asignación de mecanismos discrecionales en la asignación de estas plazas. Las autoridades educativas impulsan la educación de excelencia para nuestro sistema educativo, sin construir los procesos pertinentes para captar a los mejores directivos o supervisores, que en términos de gestión escolar son figuras relevantes. Los procesos de promoción son parte de la revalorización docente, olvidada en estos momentos.
En suma la evaluación y el control son inseparables, cuando se les problematiza, antes de considerarlo como un instrumento, cuando es así, tiende a considerarse como control autoritario y castigador. El control permite verificar si nos acercamos a lo que buscamos como norma o proyecto o si nos alejamos de lo que pretendemos. Precisamente el control autoritario es el que parece que se ejerce en la administración actual y no un control que permita sistematizar y mirar los procesos para mejorar y menos construye una evaluación que genere múltiples cuestionamientos de las prácticas y gestiones que se desarrollan en torno a la política de evaluación docente. Ejercen el control autoritario sin control ni evaluación.