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La reforma educativa bajo la lupa de los académicos

Aula Magna. FFYL

Juan Carlos López García*

Ante  más de 400 estudiantes y académicos que desbordaron el Aula Magna y el salón de actos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, los ponentes de la mesa redonda “La propuesta educativa del gobierno actual. ¿Qué Reforma?” plantearon que la reforma propuesta por el Ejecutivo no puede ser calificada como educativa, ya que enfatiza sólo la dimensión laboral de los docentes –a quienes se sitúa en una especie de “estado de excepción”– y descuida aspectos sustanciales como el pedagógico, el de la atención a la demanda y el del rezago educativo, entre otros.

En la mesa participaron Manuel Pérez Rocha, analista educativo y articulista de la Jornada, Manuel Gil Antón, profesor de El Colegio de México, y Hugo Casanova Cardiel, investigador del Instituto de Investigaciones sobra la Universidad y la Educación de la UNAM. El evento contó con la moderación de Marcela Gómez, profesora del Colegio de Pedagogía de la propia FFyL.

En su intervención, el doctor Casanova Cardiel planteó la necesidad de superar los maniqueísmos con los que se ha manejado una buena parte de los medios de comunicación y de ofrecer una mirada profunda respecto a un tema de suma importancia. Al referirse tanto a la propuesta de reforma como al contexto en que ésta se inserta, el también profesor de la Facultad de Filosofía y Letras sugirió cinco dimensiones de análisis: la política, la legislativa, la judicial y punitiva, la mediática y la pedagógica. Luego de señalar el carácter unilateral y continuista de la propuesta de reforma, así como la tácita criminalización de la protesta, Casanova mencionó que la dimensión pedagógica —parte medular de cualquier intento de reforma educativa— es, sin embargo, la más ausente, ya que se han puesto por delante únicamente aspectos de orden laboral y político. Al finalizar, Casanova destacó el papel de los medios masivos en la promoción de la pretendida reforma.

Por su parte, el doctor Gil Antón señaló la necesidad de abocarse a los problemas fundamentales. Al comparar a la educación mexicana con un autobús en pésimas condiciones, y a la carretera por la que circula con las desigualdades en que aquella opera, el investigador de El Colegio de México dijo que el menor de los problemas de la educación nacional es la calidad de los choferes: los maestros. La evaluación es, visto desde esta perspectiva, un tema accesorio, y el hecho de que las políticas se afanen continuamente en emular a países como Finlandia no resuelve lo que, consideró, son todavía los principales problemas educativos: rezago por parte de una enorme franja de la población, analfabetismo, obesidad de los planes de estudio, entre otros. Al término de su participación, Gil Antón expresó su indignación frente al hecho de que en México los bloqueos sean el único medio para hacerse escuchar, situación que, dijo, no es más que una consecuencia natural de que las políticas continúen siendo impulsadas “desde arriba” y al margen de los actores directamente afectados por ellas.

Durante su intervención, el ingeniero Manuel Pérez Rocha indicó que la propuesta de reforma obedece a intereses específicos que se configuran más allá del ámbito educativo nacional, que es la continuación de un impulso que se gestó en la víspera de las elecciones y que, como otras tantas veces, lo que se pretende es emular ciegamente modelos educativos cuyas condiciones de existencia simplemente son otras.

Al finalizar las intervenciones se abrió una larga ronda de participaciones en la que estudiantes y académicos expresaron diversas opiniones acerca de la propuesta de reforma educativa del gobierno federal. En términos generales, coincidieron en la necesidad de abrir un proceso de transformación de la educación en México que incluya en forma real a los principales protagonistas: los maestros. Al igual que los ponentes, señalaron que es lamentable que la propuesta de reforma fuese tan ajena a la dimensión pedagógica y que, más allá de sus contenidos explícitos, su cabal comprensión exige un esfuerzo analítico por situarla en un contexto complejo, pues esa es —dijeron— la principal tarea de la universidad frente a los grandes problemas nacionales.

En suma, la nutrida asistencia a la mesa de análisis puso de relieve el enorme interés que genera en estudiantes y profesores la problemática educativa nacional, y ratifica la necesidad de impulsar la apertura de espacios de reflexión serios y académicos.

 

*Sociólogo, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

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