Las Universidades Mexicanas y sus Referentes
- Pluma invitada
- 19 septiembre, 2021
- Opinión
- arturo jimenez cruz
Arturo Jiménez Cruz
De acuerdo al modelo ecológico de conducta, las conductas humanas son aprendidas de diferentes modelos o referentes, los más cercanos para los niños suelen ser los padres, seguido de los hermanos y el ambiente familiar extendido; posteriormente son los maestros y los compañeros de escuela, seguido de líderes o ídolos deportivos, artistas, políticos, religiosos, etc. Son los modelos o referentes a imitar conductas como la actividad física, el consumo de alimentos, el tabaquismo, beber, el machismo, la corrupción, el autoritarismo, la sumisión, la violencia, etc.
Este principio, es utilizado en salud pública, para prevenir vicios o para promover hábitos saludables.
Las instituciones utilizan referentes a partir de lo que aspiran a ser.
El gobierno chino decidió que quería apoyar universidades creativas y de vanguardia, que facilitaran su desarrollo humano y económico. Para ello, la universidad de Shanghái desarrolló en 2002, la clasificación mundial de universidades, conocida popularmente como la clasificación de Shanghái. Seleccionaron indicadores que, de acuerdo a ellos, les permitieran formar recursos humanos altamente competitivos con profesores capaces de crear nuevas ideas, desarrollar y registrar patentes y tener un liderazgo en la generación del conocimiento. Las universidades mejor calificadas se convirtieron en los referentes.
Aunque han surgido otras jerarquizaciones, la clasificación de Shangai se ha convertido en el referente mundial de universidades con aspiraciones no comerciales, pero con un alto nivel de creatividad, innovación y generación del conocimiento.
En México, en el informe de 2021, solamente dos universidades estuvieron ubicadas entre las primeras 1000 del mundo. La UNAM, clasificada entre la 201 a 300 y el IPN, entre la 501 y 600. Ninguna otra universidad mexicana, pública o privada, se localizó entre las primeras 1000.
Las universidades mexicanas, sobre todo las públicas, han utilizado como referente a la Universidad Nacional Autónoma de México, con sus virtudes y debilidades. Una universidad que podría estar en la 201 o en la 299 del mundo.
Otros referentes como las universidades ubicadas entre las primeras 200 del mundo han sido ignoradas. Las universidades chinas, las de Israel, las británicas, las alemanas, y la mayoría de países con aspiraciones para competir en desarrollo de vanguardia no han buscado de referente a la mejor universidad de su propio país.
El análisis de la utilización de un referente nacional para las universidades mexicanas y sus consecuencias para el desarrollo del país ha sido poco abordado. Seguramente tiene ventajas, sobre todo si el principal objetivo es el control político, lo que no es claramente el objetivo de la jerarquización de Shangai. La utilización como referente de la mejor universidad del país, en lugar de las mejores del mundo, tiene mayores limitaciones para el desarrollo académico y económico de las universidades y del país.
Es necesario analizar el ámbito de acción de cada universidad, el presupuesto por alumno de cada unidad académica, las fuentes de financiamiento, la infraestructura, los procesos de admisión, los procesos de contratación y de retención de profesores, el establecimiento del número de alumnos admitidos, y establecer una política clara, sencilla y objetiva de lo que se espera de la política universitaria y de las universidades de un país.
Esa política, los procesos y resultados deberían compararse con otras universidades del mundo, sobre todo con las ubicadas entre las primeras 100.
La búsqueda de referentes fuera de nuestras fronteras es altamente deseable, en una época de un mundo globalizado, de alta tecnología, tener como referente las instituciones locales tiene un costo muy alto para el país.