Lo periférico está en el centro

Juan Páez Cárdenas

Es casi fin de año de este terrible 2020, y un grupo de maestros de Tijuana, montados en sus vehículos y usando tapabocas, se manifiestan frente al edificio de Gobierno del Estado. Los autos llevan cartulinas de colores exigiendo el pago de prestaciones correspondiente al periodo (aguinaldo y prima vacacional). No solo eso, también piden se pague a las y los maestros interinos a los que se les adeudan pagos atrasados. Con todo y que en el estado hemos regresado al semáforo epidemiológico en rojo, los maestros han decidido hacerse ver por la autoridad educativa. 

La exigencia de los docentes, aunque pudiera verse como apresurada, me parece justificada y resultado de un control bidireccional en el que solo mediante la movilización los maestros han sido atendidos. Históricamente, al magisterio se le ha venido regateando un pago justo y en tiempo. Son comunes las historias de profesores interinos a los que se les deben meses enteros y que, sin embargo, siguen trabajando con la esperanza de pronto ser remunerados. O de directores que trabajan como encargados de despacho por años y años, sin recibir el pago que le corresponde por el trabajo que realiza y la responsabilidad que significa.

Hay aportaciones desde la investigación educativa que ven a estos asuntos laborales como “periféricos” y ajenos al ámbito pedagógico. En ellas, lo pedagógico es lo que pasa en las aulas, como si fueran espacios autocontenidos. No obstante, como ya lo señaló Justa Ezpeleta desde los años noventa, lo laboral incide en lo pedagógico. Y no únicamente lo laboral, el financiamiento a las escuelas es otro tema que se ve como de índole distinta a la de la enseñanza pero que impacta directamente en las condiciones de posibilidad para lo técnico.

Es inaceptable que la desigualdad sea promovida desde los más altos niveles de la estructura educativa, relegando con las peores condiciones laborales y de financiamiento para aquellas escuelas en situación de mayor vulnerabilidad. Durante la pandemia, la desigualdad se recrudece y son también estas escuelas las más desventajadas, ya que no todos los padres de familia pueden solventar la “compra de datos” en los celulares para que sus hijos puedan conectarse o siquiera tener una televisión con señal adecuada. 

De manera que, apremio a no ver en las condiciones del trabajo docente o al financiamiento escolar como en los márgenes de la enseñanza. Estas condiciones están en el centro. En el centro de la generación de condiciones para la enseñanza y el aprendizaje.   

Facebook Comentarios

Leave A Comment