Los pendientes de la reforma educativa
- Pluma invitada
- 19 agosto, 2019
- Opinión
- Juan Carlos Romero Hicks
Juan Carlos Romero Hicks
En mayo pasado se aprobó una reforma educativa que, gracias al trabajo del colectivo Red Educación Derechos y de toda la oposición en la Cámara de Diputados (PAN, PRD, MC y PRI), logró algunos cambios positivos, pero las presiones de los sindicatos y la evidente vinculación que tienen con el gobierno de Morena acabaron haciendo de una reforma educativa una reforma laboral y por ello el PAN votó en contra. Sin embargo, en la víspera de iniciar el nuevo ciclo escolar, todavía quedan muchos pendientes, ya que una reforma constitucional sin su debida legislación secundaria es sólo un marco general, sin aplicación posible.
Para empezar hay que notar que los alumnos que se encuentran terminando la secundaria han vivido tres reformas educativas: la del presidente Calderón que reformó los contenidos, parte de la carga de materias e inició la evaluación para otorgar plazas, la de Peña Nieto que fue el resultado del llamado Pacto por México y consolidó la evaluación de los maestros y puso al estudiante al centro y la de hace unos meses, que si bien es un retroceso en materia magisterial cuenta con avances sólidos en pluralidad y apertura educativa. Son tres cambios y los alumnos que están por terminar la secundaria han tenido que adaptarse a tres sistemas distintos, con diferente distribución de horas y materias.
La reforma de mayo dejó pendientes temas centrales que tendrían que ser atendidos en las legislaciones secundarias. Es momento que no sabemos qué tanto control tendrán los sindicatos sobre las plazas ni qué tanto cambiará el sistema educativo a partir de que la evaluación sólo podrá ser indicativa. También, dentro de la reforma aprobada en mayo pasado se encuentran conceptos muy positivos como la equidad, la inclusión, la interculturalidad y el enfoque humanista, conceptos que no podrán ser aplicados si no se hacen cambios a todo el sistema educativo, pero sin legislación secundaria aprobada no se podrán hacer cambios y ya es imposible modificar lo que vendrá para el curso que está por empezar.
La Subsecretaría de Educación Básica, desde hace algunas semanas, distribuyó un documento llamado “Los contenidos del Nuevo Acuerdo Educativo” en donde muestran la adaptación a la nueva reforma y además de que cambian materias y tiempos caen en absurdos tremendos. Por ejemplo, los alumnos de primero y segundo de secundaria seguirán con el plan y programa de estudios de 2017 pero los de tercero se irán al plan y programa de 2011, para cumplir con el desfachatado objetivo del actual gobierno de “derogar la reforma de Peña Nieto”. En dicho documento también se aborda el tema de “La Nueva Escuela Mexicana” que no tiene nada de nueva y que se ha discutido en la Comisión de Educación sin haber sido aprobado, pero ya está descrito en el documento en manos de los maestros.
No se le ha dado a la educación la importancia y la seriedad que necesita, y mientras los pendientes siguen presentes (la inclusión de los nuevos conceptos, la formación y contratación magisterial, la función y atención de los padres dentro del sistema educativo), se iniciará un nuevo ciclo escolar con una reforma constitucional sin leyes secundarias, que da más incertidumbres que certezas.
Coordinador del Grupo Parlamentario del PAN
@JCRomeroHicks