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Reforma Educativa: Planea y centralismo

treviño-inclusion2La semana estuvo movida en torno a la Reforma Educativa. La Secretaría de Educación Pública y el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación acordaron suspender por este año el Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes, y el subsecretario de Educación Básica, Javier Treviño, clavó otra alcayata a las autoridades de educación de los estados.

Mientras que la interrupción de Planea causó enojo entre las asociaciones civiles que debaten la Reforma Educativa, suscitó alegría entre los dirigentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y muchos maestros. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación anda de capa caída, por ello no se acreditó paralización de la prueba. A la Cámara de Diputados le cayó bien el asunto.

La Junta de Gobierno del INEE y el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, se contradijeron. Falta de presupuesto dijeron unos, razones técnicas, arguyó el jefe de la SEP.

A fe mía que la causa de fondo es que Planea no rinde cuentas.

La prueba anterior, Excale, se pervirtió porque ofrecía incentivos monetarios a los maestros cuyos alumnos respondieran bien, Planea no les ofrece ningún estímulo. No tienen razones para impulsar a sus alumnos a contestar a los exámenes. A muchos maestros no les importa, no hay recompensa ni sanción. Aunque no cuenta para su calificación, los educandos sí tienen un incentivo: en cuanto terminen de llenar el cuestionario pueden irse a casa. Por lo tanto, responden de prisa. Una de mis estudiantes, que fue evaluadora en el ejercicio anterior, me dijo que hubo alumnos que concluyeron el examen en 17 minutos.

Doy crédito a un amigo que piensa que el secretario Nuño no quiere dar la mala noticia de que no hay progreso en el aprendizaje de los alumnos. Por eso atajó a Planea este año y tal vez también lo haga el año que viene.

consejo-directivo-escuela-centro3Al parejo del anuncio del aplazamiento de Planea, el subsecretario Treviño anunció la creación de otro órgano, el Consejo Nacional Directivo. Será un instrumento de la SEP para vigilar que las autoridades estatales se alineen a las directrices del gobierno federal, en especial al programa de la Escuela al Centro. Dicho órgano estará integrado por los subsecretarios de Educación Básica de la SEP y de los estados, así como por funcionarios que tienen a su cargo las direcciones de preescolar, primarias y secundarias en sus respectivas entidades.

Entiendo las razones. El gobierno central quiere entregar resultados, pero desbarranca al supuesto federalismo. Insisto, valdría la pena debatir con seriedad las ventajas de un Estado unitario.

RETAZOS

Lo dicho, escribir en Excélsior y tener comentarios en el blog y en mi buzón particular, me permite darme cuenta de cómo se reciben mis opiniones, al mismo tiempo que me entero de asuntos nuevos. Las respuestas a mi entrega de la semana pasada se enmarcan en tres rubros. Primero, desacuerdos con mi postura y críticas al gobierno; segundo, denuncias sobre fallas e incumpliendo de las autoridades, y tercero, pequeños ensayos que van más allá de ser meras acotaciones: informan y sugieren vías para el análisis. Además, hay pequeños debates entre los comentaristas.

Pienso que hice bien en sintetizar y poner en blanco y negro mi postura ante la Reforma Educativa. Mis planteamientos señalaron las fronteras entre lo que me parece bien y lo que objeto, a veces hasta de forma ríspida. Lo consignado dio pie a varios de mis lectores para juzgar mi optimismo crítico y mostrar sus visiones, como imputar que la reforma es nada más de asuntos laborales o de corte técnico empresarial. Aprovecho para contestar la pregunta de Antonio Antonio: no creo que el enfoque por competencias mejore la educación; también pienso que este gobierno no impulsa más esa moda, fue consigna del gobierno anterior.

Varios de los comentaristas denunciaron que las autoridades, en especial en los colegios de bachilleres y el Conalep, no otorgan las plazas a quienes las ganan en concursos; la corrupción y las relaciones cliente-patrón siguen vigentes.

Las epístolas de Óscar Rodríguez y David Cruz son aportaciones a una discusión necesaria y que se debe ampliar. El primero habla de la gradualidad de la reforma ya que no se puede acabar con inercias de 80 años en unos cuantos meses. El segundo hace comparaciones internacionales relevantes.

Agradezco a los lectores que se toman la molestia de expresar sus opiniones, aun para enjuiciar mis puntos de vista.

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