Patricia Vázquez del Mercado *
“Personalmente, no creo que necesitemos más héroes o autoridades. Esas son historias que refuerzan la ilusión egoísta de que las personas son actores aislados que por pura fuerza de voluntad pueden doblegar el mundo a sus visiones…por estas –y otras razones– creo que necesitamos una mejor teoría de cambio, una que vaya más allá de la teoría y los buenos modelos, una que aproveche, desarrolle y libere el potencial inherente de cada ser humano para vivir de manera que haga contribuciones significativas al mundo.”
(Carol Sanford “The Regenerative life, 2020. Traducción de PVM)
El concepto de “educación regenerativa”
Durante algunos años, la agenda global sobre el desarrollo sostenible ha requerido ajustes en los sistemas educativos del mundo. Actuar en lo local y pensar globalmente ha sido una constante reflexión para el diseño e implementación de programas y políticas educativas, desde hace al menos dos décadas.
Las y los tomadores de decisiones han apuntado su mirada a comprender el significado de diseñar y adaptar indicadores que mejoren no sólo los niveles de aprendizaje de las y los estudiantes, sino que además desarrollen prácticas dentro de las escuelas que verdaderamente gesten cambios, a partir de sus realidades; y con ello que también logren impactar o, al menos, abonar a la resolución de los problemas mundiales. Esta forma de pensar y actuar ha favorecido de alguna forma la reflexión sobre la pertinencia de promover una ciudadanía global.
Sin embargo, la especialista en modelos regenerativos Carol Sanford apuesta por mirar lo local como punto de partida y como punto de llegada. La autora define lo “regenerativo” como todo aquello que se compromete a promover “el potencial evolutivo de la vida” (2020). Sería totalmente injusto abreviar una enorme investigación en una frase tan concreta, pues existe una profunda fundamentación del tema. Solo diré aquí que Sanford nos invita a reconocer los distintos modelos globales que han impactado a la educación como la masificación, el egocentrismo, el miedo, la falta de conciencia en el uso eficiente de recursos, entre otros.
Estos modelos globales –y otras de su investigación– tienen como objetivo hacernos entender la importancia de volver a lo esencial, de plantear un sano balance entre conectarse de manera internacional y al mismo tiempo abrazar las realidades locales. La educación regenerativa, nos convoca a mirar el potencial de las personas en todas sus circunstancias, a promover un anidamiento local y promover su sentido de pertenencia. La educación regenerativa pone el foco en los aprendizajes contextuales y reconoce las aportaciones de otros puntos de referencia –otros nodos y campos– para resolver problemáticas que son más profundas y que no se corrigen con seguir un currículo fijo.
Los retos de la educación regenerativa
En este sentido la educación regenerativa propone repensar, restaurar y reponer los componentes, elementos, modelos, conversaciones, acciones educativas con un enfoque principal en las realidades locales. La educación regenerativa debiera motivar a las y los educadores a tomar otro rol a co-evolucionar, a desarrollar otras habilidades, a transformar los espacios educativos en el lugar donde ejercen, a promover aprendizajes que se vuelvan significativos a partir de la práctica, de los usos y costumbres, de las cotidianidades de las y los estudiantes. La educación regenerativa nos invita a pensar en todos esos escenarios heterogéneos en los que el aprendizaje sucede y a vincular los problemas de la realidad al aula. La educación regenerativa nos recuerda permanentemente que los contextos rebasan al aula, y hoy son indispensables para avanzar, pues son más grandes que el tamaño de un aula educativa.
Un ejemplo de educación regenerativa
Un ejemplo concreto de lo anterior es el proyecto denominado ReSiMAR que hoy se gesta en comunidades educativas de México, en distintas cuencas hidrográficas a lo largo de la costa del Pacífico. La escasez de agua es un tema muy comentado, pero sobre todo muy preocupante. Se nos ha advertido del reto tan enorme que implica la escasez de agua si no se toman acciones urgentes en todo el país. Estamos ya con el tiempo en contra.
A lo largo del país existen escuelas rurales y multigrado conscientes de la urgencia de cuidar las cuencas que las rodean. En estas escuelas no sólo se repiensa el currículo, sino que se la enseñanza se orienta hacia contenidos y aprendizajes en los que se da valor a lo cotidiano, a esa naturaleza que se ve amenazada por un exceso de apropiación y falta de conciencia ambiental, porque los planes y programas de estudio oficiales, están simplemente muy lejos de lo local.
La educación regenerativa es una invitación a reflexionar sobre la urgencia de vincular los retos del espacio educativo con las realidades y también una provocación a restaurar procesos de aprendizaje en los que el punto de partida es y debiera ser, por encima de todo, el desarrollo personal de todas las y los estudiantes, en su propio contexto.
En este sentido, cabe preguntarnos ¿qué rol debemos de tener entonces en un modelo de educación regenerativa quienes nos decimos educadores o hacedores de la educación?
Esta es una pregunta que nos invita a pensar y repensar nuestras prácticas, pero sobre todo nos invita a actuar de manera inmediata y el modelo de educación regenerativa nos ofrece un camino.
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Patricia Vázquez del Mercado. Integrante de MUxED. Es pedagoga por la UP, Diplomada en Políticas Públicas para el Desarrollo Social en México por el CIDE, con especialidad en Gobernanza Global por el German Development Institute, tiene dos maestrías, una en Políticas Públicas Comparadas por FLACSO y otra en Política Educativa Internacional de Harvard. Fue consejera de la Junta de Gobierno del INEE y Secretaria de Educación Pública del Estado de Puebla. Es embajadora del Aprendizaje a través del Juego de la Fundación Lego y Directora Ejecutiva de JUCONI.
Twitter: @patvazher
Referencias:
Sanford, C. (2020), The Regenerative Life, Londres, NB Publishing.