Las oportunidades de estudiar una carrera en la UNAM no son iguales para todos. En el concurso de selección tienen ventaja los estudiantes que pueden pagar colegios privados de élite y quienes provienen de bachilleratos públicos con el mayor gasto por alumno, que son los de la propia UNAM y el IPN.
Estudiar en un bachillerato privado no necesariamente implica más ventajas para ingresar a la UNAM con respecto a quienes proceden de uno público, aunque al interior de ambos grupos sí existen diferencias importantes.
Un alumno que estudió su bachillerato en un plantel de la UNAM o el IPN tiene más oportunidades de pasar el examen de admisión que alguien que estudió en un Colegio de Bachilleres (mejor conocido como bacho) o en un Conalep (los conalepos).
En el caso de las instituciones privadas ocurre algo similar. Los sustentantes con mejor rendimiento en el examen provienen de escuelas que cobran las colegiaturas más caras.
Los resultados se desprenden del análisis de la base de datos del proceso de selección a licenciatura para el ciclo escolar 2013-2014 que este diario obtuvo a través de una solicitud de información.
Oportunidades desiguales
Uno de cada 10 aspirantes provenientes de escuelas públicas logró entrar a la UNAM el año anterior, aunque no todos tuvieron las mismas oportunidades.
Aun sin hacer uso del pase reglamentado, un alumno que hizo su bachillerato en un plantel de la UNAM tuvo seis veces más posibilidades de pasar el examen que el egresado de un Conalep (18% y 3%, respectivamente).
También tuvieron más éxito los estudiantes del IPN. De 6 mil 624 sustentantes, mil 44 fueron aceptados en la UNAM. Esto significa un porcentaje de admisión de 16%.
En cambio, sólo 7% de los más de 30 mil alumnos procedentes del Colegio de Bachilleres obtuvieron un lugar. Un panorama igual o peor afrontaron miles de aspirantes provenientes de los CETIS, CBTIS, preparatorias del GDF y otras instituciones públicas.
Para Imanol Ordorika, director general de Evaluación Institucional de la UNAM, este fenómeno “muestra la heterogeneidad de los sistemas de bachillerato y es una expresión de la desigualdad socioeconómica de los estudiantes.”
Entran quienes más tienen
Los aspirantes que provenían de un bachillerato privado tuvieron casi las mismas oportunidades de éxito que los que venían de uno público: 12 de cada 100 entraron.
Sin embargo, quienes estudiaron en las escuelas más caras tuvieron un desempeño notablemente mejor en el examen de admisión y, por ende, más posibilidades de entrar a la máxima casa de estudios.
En el top ten de escuelas con el mejor rendimiento, ocho son privadas con colegiaturas que van de 5 mil a más de 10 mil pesos por mes. Éstas lograron meter a la UNAM entre 23% y 54% de sus estudiantes que hicieron el examen.
Integran la lista la Escuela Moderna Americana, el Colegio Madrid, Logos Escuela de Bachilleres, los campus Ciudad de México y Estado de México del Tec de Monterrey, la Escuela Tomás Alva Edison, el Liceo Franco Mexicano y la Escuela Mexicana Americana.
El fenómeno no es propio de las escuelas privadas, sino también de las públicas.
En 2013 la UNAM erogó 40 mil 827 pesos por cada alumno de sus planteles de educación media superior. En cambio, el gasto por estudiante fue de 17 mil 253 pesos en el Colegio de Bachilleres y de 14 mil 177 en un Conalep.
Ordorika Sacristán señala que “en la mayoría de los casos los estudiantes que pueden entrar a escuelas públicas o privadas con un mayor gasto por alumno provienen de familias que tienen mejores condiciones económicas”.
Para Manuel Gil Antón, investigador de El Colegio de México, “la UNAM se está convirtiendo en una universidad de minorías” y el problema parte desde el proceso de selección a bachillerato.
“Para entrar a la preparatoria de la UNAM te conviene haber hecho una primaria muy buena y además te da ventaja tener un papá que sea universitario. Entonces sí hay un sesgo de selección fuerte. Dejas sin acceso a las prepas a las clases más populares y luego mandas a esos muchachos a competir con los de las escuelas privadas por un lugar en la universidad”, explicó.
El estudio Las puertas del ingreso a la educación superior: el caso del concurso de selección a la licenciatura de la UNAM, elaborado por las académicas Carlota Guzmán y Olga Serrano, confirma dicha percepción.
Según su análisis, existe una enorme brecha de oportunidades de acceso a la universidad entre los estudiantes de más bajos y más altos ingresos. La probabilidad de entrar a la UNAM entre los estudiantes con ingresos superiores a los 10 salarios mínimos es 100% superior a los que perciben menos de dos salarios mínimos.
Más ventajas
Para Ordorika, otro factor que explica los diferentes grados de éxito es la compatibilidad de los programas de estudio. Como la prueba contempla el manejo de conocimientos que se cubren en la UNAM, los egresados de los planteles de esta institución tienen más probabilidades de entrar.
Aun entre los alumnos de escuelas privadas, tuvieron un mejor desempeño los que estudiaron en un sistema incorporado a la UNAM.
“También pesa el hecho de que muchos aspirantes nunca han presentado un examen estandarizado de opción múltiple”, explicó.
Pese a todo ello, Gil y Ordorika coinciden en que “la UNAM no puede resolver con sus procedimientos de admisión un problema que es de carácter nacional, como la falta de espacios en universidades públicas de calidad”.
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