Sofía Gutiérrez Larios*
Los maestros y principales actores educativos debemos conocer la Ley General de Educación, publicada el 30 de septiembre de este año.
Dos términos con los que hay que familiarizarse son Equidad y Excelencia, porque son las características que la Educación del Estado debe impartir, según lo marca el artículo tercero de la Constitución. En la Ley General de Educación se ofrecen pautas más precisas sobre cómo se planea lograrlo.
Los artículos 8, 9 y 10 son los que hablan del tema. Primero, se estipula que las acciones serán prioritarias para quienes pertenezcan a grupos y regiones con mayor rezago educativo, dispersos o que enfrentan situaciones de vulnerabilidad por circunstancias específicas.
Para abatir la imperante desigualdad en nuestro país, es propicio dirigirse de dicha forma. Pero hay tres puntos que el Gobierno debe atender para lograr la Excelencia aspirada.
Primeramente, las Escuelas de Tiempo Completo (6-8 horas para Educación Básica). Se estipula que se establecerán “de forma gradual y progresiva”, para “generar un mayor desempeño académico y desarrollo integral de los educandos”. Sin embargo, lejos de incrementarse, las Escuelas de Tiempo Completo se están reduciendo. En este ciclo escolar, una gran cantidad de ellas regresó a la jornada normal de cuatro horas y media. ¿Cuándo empezará a operar esta medida?
En segundo lugar, se habla de que habrá programas de incentivos dirigidos a los maestros que presten sus servicios en localidades aisladas, zonas urbanas marginadas y de alta conflictividad social. Esto no sólo es necesario, sino urgente. Los maestros que trabajan en dichos sitios se enfrentan a retos gigantescos, que la sociedad normalmente desconoce, y es por falta del apoyo y remuneración necesaria, que los resultados académicos no pueden mejorarse con la fuerza requerida.
Por último, la Ley también señala que habrá libros de textos (en físico y digitales) para todos los educandos. ¿Y cuándo serán garantizados también para los docentes? Normalmente, los profesores carecemos de libros de texto en físico, y esto representa un obstáculo para nuestra práctica.
La Equidad y la Excelencia son dos características indispensables en los buenos sistemas educativos. Es nuestro deber vislumbrar las áreas que se deben atender para alcanzarlas. Todos, desde nuestro ámbito de acción, podemos hacerlo. Pensemos de manera reflexiva, y comuniquemos de forma oportuna. En la escuela, y fuera de ella.
*Maestra de primaria en escuela pública. Licenciada en Educación Primaria por el Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima (ISENCO).