Gestalt y lectura
- Pluma invitada
- 7 marzo, 2021
- Opinión
- Eduardo Gurría B
Eduardo Gurría B.
Sin duda, la lectura representa uno de los aspectos más importantes para el tema de la educación; en México, nos hemos etiquetado como un país de no lectores y, hasta cierto punto, esto es verdad debido a múltiples razones: no hay tiempo, los libros son caros, leer es aburrido, hay mejores cosas qué hacer, etc., sin embargo, estas pueden ser justificaciones fáciles, pero las causas de que no leamos se pueden encontrar en otro lado; se trata de las costumbres y los hábitos que adquirimos desde la formación en casa y de la visión que tengamos acerca de los beneficios de la lectura, no solo como entretenimiento, sino como una manera de desarrollar el potencial de raciocinio, el criterio y el aprendizaje.
La teoría psicológica de la Gestalt (forma, figura, configuración) sobre el aprendizaje y sobre la manera de que percibimos el mundo, fue desarrollada en Alemania a principios del Siglo XX por Max Wertheimer, Wolfang Köler, Kurt Kofka y Kurt Lewin, para explicar cuáles son los factores que intervienen para la comprensión de la realidad; se trata de “un planteamiento cognitivo en el desarrollo del pensamiento holístico y propone que el aprendizaje es un fenómeno cognoscitivo que consiste en organizar las experiencias en distintas percepciones de objetos, personas o eventos”. Kofka (1922), es decir, cada persona transforma la realidad objetiva en eventos mentales organizados como totalidades con significado, como un todo organizado y que se modifica por la experiencia.
La Gestalt propone la organización de los elementos sin que necesariamente tengan que ser memorizados, de ahí, que el aprendizaje consiste en transformar, almacenar, recuperar y utilizar la información, esto es, por discernimiento: lo que sé, lo que necesito saber y la búsqueda de soluciones o pasos para llegar a ello.
Por otro lado, el aprendizaje es el resultado del conocimiento, la relación y la experiencia, bajo el principio de que el todo es más que la suma de sus partes –un libro es mucho más que una serie de palabras o frases-de ahí que la percepción tiene un significado que, en referencia a los libros, el lector asiduo se guía por ciertos principios llamados de organización en sus percepciones (Gestalt).
Estos principios, adecuados a la lectura, podrían adaptarse como sigue:
- Figura- fondo, que puede encontrarse desde la portada del libro, en la división de sus capítulos o en la estructura general.
- Proximidad, como sería el caso de la organización y la relación de las ideas expuesta en una obra.
- Semejanza, que consiste en la agrupación de elementos similares dentro de la temática.
- Destino común, como la secuencia de la trama hacia un desenlace.
- Sencillez, como la capacidad de interpretar y sintetizar el argumento.
- Cierre, como la visión de la obra dirigida hacia un final esperado o no, y en donde el lector es capaz de incorporar los elementos faltantes y emitir juicios.
Entonces, si vemos al estudiante como sujeto activo del aprendizaje, encaminado hacia el pensamiento productivo, la lectura le ayudará a desarrollar un papel activo en la construcción de percepciones para darle sentido a la realidad a través de la edificación de su propio conocimiento, debido a que un libro es un agrupamiento de muchos elementos para formar, no un montón, sino un todo, mediante el conocimiento previo, claro, del lenguaje. Así, su percepción se acomoda a la estructura mediante canales sensoriales y mediante la memoria (anclaje) y sus experiencias previas.
En otras palabras, la lectura es esencial para el desarrollo de la capacidad de síntesis y de organización en función de darle sentido al mundo a través de una totalidad significativa y no como algo aislado, algo que se conoce como “insight” o comprensión del fenómeno; el estudiante que lee ve el todo de un conocimiento determinado, es decir, comprende, y es capaz de realizar conexiones interdisciplinarias con más facilidad que aquel que no lo hace
Por otro lado, dentro de las ventajas que aporta la lectura, encontramos diversas y múltiples capacidades y mejoras en lo que concierne al raciocinio y al proceso del pensamiento crítico, objetivo y significativo, ya que la interacción de múltiples estructuras cerebrales y conexiones sinápticas se aprecia con claridad en el aprendizaje del lenguaje y especialmente en la lectura, por lo que, al leer, desarrollamos funciones cerebrales que de otra manera permanecen dormidas, es decir, no solo se trata de percepción, sino también de potenciar el proceso neuronal, físico de las funciones cerebrales, aspectos de suma importancia para todo aquello que significa razonar, como el razonamiento lógico matemático y el razonamiento verbal, ejes primordiales del aprendizaje escolar (PISA).
La psicomotricidad, el uso correcto de la lengua, el conocimiento de la gramática, la sintaxis y la ortografía, además del incremento del vocabulario y la capacidad de expresar las ideas de forma correcta y clara, además de la cultura general, están íntimamente relacionados con la lectura, pero si no se promueve en la educación de forma sistemática, constante y adecuada, estaremos produciendo generaciones de analfabetas funcionales o simples repetidores de conceptos al más radical y puro estilo conductista, lo que derivará en una rampante ignorancia generacional, tal y como ya se está percibiendo cada vez más a partir de los primeros años de formación y hasta los niveles universitarios y de posgrado.
Queda el uso del tiempo de calidad, ya que la lectura debe de ser vista, también, y tal vez en primer lugar, como diversión, como algo placentero, de ahí que el lector, el buen lector, va desarrollando sus gustos y preferencias acerca de los temas, los autores, los géneros, etc., lo que le ayudará a potenciar su capacidad para elegir de forma inteligente y libre.
Los video juegos, las redes sociales, los “influencers” y todo aquello que representa el uso de pantallas y dispositivos han socavado la disposición hacia la lectura que, sobre todo para las nuevas generaciones, es vista como una pérdida de tiempo, aburrida y sin sentido… y van ganando la batalla.