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Inclusión y justicia social en la investigación

Investigar para la promoción de la inclusión y justicia social es tomar a la realidad como materia

Participé en el diálogo La investigación como eje articulador para la promoción de la inclusión y justicia social, a invitación del grupo de investigación de Procesos Formativos, Derechos Humanos y Justicia Social del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma “Benito Juárez “de Oaxaca.

Se charló sobre la importancia de la vinculación de la investigación para la promoción de la inclusión y justicia social, de su análisis como constructor de miradas y significados, así como para destacar la relevancia de desarrollar investigaciones que posibiliten su comprensión, el diálogo y la visibilización de pensamientos y procesos.

En la actualidad, el discurso sobre la inclusión y la justicia social es global y a partir de estos dos constructos sociales se promueve la convivencia social y la construcción sociopolítica de la ciudadanía. Desde ese planteamiento y apoyada en la perspectiva de los derechos humanos planteada por organismos internacionales, se busca garantizar una educación inclusivaequitativa y de calidad para promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida, situación que se menciona también en la Nueva Escuela Mexicana, donde el principio de justicia social es considerado base en un currículo con sentido de bienestar.

Sin embargo, abordar estos conceptos implica una gran complejidad en nuestras sociedades donde aún prevalece el individualismo y siguen existiendo barreras sociales y culturales ante la diversidad, por lo que su abordaje puede ser ambiguo y controversial, dependiendo de las variables contextuales y culturales que entran en juego, los procesos y prácticas desarrolladas e incluso, las miradas de cada persona.

Ante este escenario ¿cómo hacerlas presentes en el mundo cotidiano? Es cierto que la investigación puede aportar conocimiento especializado para visibilizar lo que sucede y sugerir líneas concretas para su concreción, pero debemos asumir una responsabilidad social, desarrollar un trabajo científico, metodológica y teóricamente sólido y considerar las implicaciones morales y éticas que entran en juego, así como y esto parte de mi experiencia, vivenciar el criterio de co-creación.

Los  acercamientos investigativos que tienen que ver con la inclusión y la justicia social, muestran que mientras más trabajes y te vincules con otros profesionales de la comunicación, de la sociología, de la antropología, de la psicología, de la economía, de la política etc.,  es posible construir posiciones consensuadas que permitan  abordar  algunas de las desigualdades que influyen en nuestras comunidades, además de  favorecer el acercamiento con personas cuyas experiencias específicas les han provocado  ciertas problemáticas, considerando que en la investigación es necesario  avanzar,  como lo afirma Echeita (2017)  en la dirección de una ecología de la inclusión y una ética de la justicia.

La Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Santo Tomás de Colombia,  publicó el año pasado,  una compilación de voces de América Latina donde se presentan  investigaciones realizadas desde la perspectiva del análisis documental, marcos teóricos fundamentales, dispositivos políticos y legales así como los resultados de  investigación educativa empírica en México, Colombia y Chile,  con el propósito de facilitar la comprensión de la paz como concepto, como experiencia y vida cotidiana  fundamentada en la justicia social y cultural de los pueblos, donde las temáticas  principales fueron la inclusión, la diversidad y la equidad, empleando métodos variados, pero no excluyentes  desde una perspectiva reflexiva que considere la incidencia  del investigador y del método en los participantes , especialmente si son menores o miembros de minorías sociales.  

Y en este caminar para construir miradas y significados en el marco de las interacciones sociales y culturales, hay que destacar que no existe una sola manera de aproximarse a la realidad, porque son las huellas que como investigador o investigadora vas dejando para adentrarte en lo que algunos llaman el laberinto del saber, en un proceso de búsqueda constante, donde  los enfoques participativos, dialógicos y poco invasivos permiten sugerir estrategias para fomentar cambios sociales positivos así como el desarrollo de prácticas metodológicas comprensivas, entre ellas,  la integración de la voz de los participantes como insumo de teorización que permita arrojar luz sobre las problemáticas estudiadas sin dejar de lado la articulación de las voces de diversos actores sociales.

A mi especialmente, el trabajo conjunto con asociaciones de la sociedad civil como Observatorio Ciudadano de la Educación, Contracorriente y ahora Vía Educación, han sido fuente inspiradora para desarrollar investigación en la que la inclusión y la justicia social están presentes.

Es un hecho que las grande certezas tienden a derrumbarse, porque las transformaciones y las innovaciones exigen nueva formas de concebir a la realidad así como  las maneras de aproximarse a ellas, el conocimiento está vinculado al mundo y dejar de lado esa relación hace que la brecha entre reflexión y realidad empírica se amplíe más,  además es necesario reconocer la sinergia que se presenta entre pensamiento y sensibilidad, es decir, prestar atención a lo que de manera reiterada le dice sí a la  vida en los estudios sobre las sociedades humanas.

Para este tipo de acercamientos utilizo la narrativa, entendida como un acercamiento epistemológico a la sociedad y a las interrelaciones humanas para la construcción de conocimiento. Ruiz y Álvarez Gil (2023) comentan que, generar y recuperar las voces subjetivas del individuo y de las colectividades abre posibilidades en el campo social y educativo, que nos acerca a las realidades sociales en este mundo tan complejo. El  componente narrativo, es de suma importancia en el análisis de las narrativas:

“Más allá de la enunciación y de los mecanismos usuales de análisis discursivo, repara justamente en el componente narrativo, es decir, cómo se cuenta una historia, cómo se articula la temporalidad en el relato, cuál es el principio que se postula, cómo se entraman tiempos múltiples en la memoria, cómo se distribuyen los personajes y las voces, qué aspectos se enfatizan o se desdibujan, qué causalidades –o casualidades– sostienen el desarrollo de la trama, qué zonas quedan en silencio o en penumbra” (Arfuch, 2018, pp 66, 67). 

En ese continuo aprendizaje que me permita acceder a estas realidades, estoy transitando dentro de las metodologías de los imaginarios y las representaciones sociales, que, si bien no todos comparten, abren otra posibilidad de aproximarse a la complejidad que implica el análisis de las realidades, donde la investigación social busca la comprensión profunda, en una proximidad que obliga a situar los escenarios, eventos y actores sociales en sus propias narrativas.
Es imposible investigar la realidad sin considerar al grupo de seres humanos que son afectados por ella, lo que hacen y representan en el mundo de la vida.  Somos y hacemos de acuerdo con nuestras convicciones y creencias más profundas, por lo que investigar para la promoción de la inclusión y la justicia social, hacen válidos los argumentos de estudiar la realidad con profundidad a partir de los significados de quienes están inmersos en ella, es decir, tomar a la realidad social como materia prima (Baeza, 2022).  

Referencias
Arfuch, L. (2018). La vida narrada. Memoria, subjetividad y política. Villa María, Córdoba: Editorial Universitaria Villa María, Eduvim
Baeza, M. (2022). Hermenéutica e imaginarios sociales. En F. Aliaga Sáez (Ed.), Investigación sensible. Metodologías para el estudio de imaginarios y representaciones sociales (pp. 95-134). Bogotá: Universidad Santo Tomás.
Echeita Sarrionandia, G. (2017). Educación inclusiva. Sonrisas y lágrimasAula Abierta46(2), 17–24. https://doi.org/10.17811/rifie.46.2.2017.17-24
Ruiz, M. y Álvarez Gil, M.F (2023). Las narrativas y sus aportes a la construcción del conocimiento social. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, vol. 53, núm. 2.

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