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Las necesarias comunidades de práctica

Teresa Galicia Cordero

Realizamos nuestro Tercer Encuentro Educativo el pasado jueves, con la participación de la Dra. Lorena García, cuyos planteamientos se centraron en aquellos elementos que tienen que ver con la construcción de comunidades de práctica, entendidas como el grupo de personas que comparten una preocupación, un conjunto de problemas o un interés común acerca de un tema y que profundizan su conocimiento y pericia a través de una interacción continua (Wegner).

En estas comunidades, uno de los elementos importantes es el de la pasión, dentro de un aprendizaje colectivo donde se aprenden de y con la experiencia, para buscar ser mejores en aquello que les apasiona a través de una visión compartida, en la que se va construyendo un espacio en donde cada participante va traduciendo maneras propias de ser y hacer tanto de manera personal, como colectiva.

Si bien, se cuenta con una diversidad de apoyos que podemos encontrar en Internet, como los que ofrece la Comisión para la Mejora Continua de la Educación MEJOREDU, en donde se presentan programas de formación y recursos de acompañamiento como los itinerarios formativos de sistematización de las experiencias educativas a través de un blog, que busca ser un espacio que movilice el pensamiento y la acción, el trabajo colaborativo y el intercambio de experiencias docentes, sin embargo es un hecho que no todos lo conocen y por tanto, no acceden a él.

Lo cierto es que, a pesar de las diversas ofertas para el apoyo de esta situación generalizada de aprender en casa, no referido únicamente a los programas de televisión, se requieren de la construcción de encuentros, en donde no solo se informe, sino que se acompañe, se intercambie, para desarrollar, pensar y profundizar otras maneras de hacer el oficio docente.

Si bien, la docencia es muchas veces un acto en solitario con  situaciones de  prácticas individuales y fragmentadas, dentro de un proceso que bien pudiera compararse con el de un artesano, que inicia como aprendiz y se va formando a través de sus experiencias, el darle sentido a esas experiencias   centrados en el para qué,  compartiendo, intercambiando y pensando con sus iguales, posibles alternativas de hacer dentro de comunidades de práctica que les permita  enfrentar los desafíos sociales actuales,  es un aspecto central que puede promoverse dentro de los colectivos docentes.

Estos espacios entre docentes convertidos en comunidades de práctica, favorecerían los encuentros, el deseo de estar juntos donde se valore la conversación, se recuperen los saberes y el cuidado, en esta época de fragilidad que demanda humanizarnos, para que después de situarnos en los para qué, los cómo se concreten a través de estrategias metodológicas que motiven la necesaria reflexión desde la práctica.

La Dra. García propuso impulsar comunidades en las que se empiece a hacer y se siga haciendo, revisando, valorando, preguntando, sugiriendo, pensando, conversando, traduciendo etc. dentro de una dinámica continua de retroalimentación entre pares, organizadas a partir de diversos ejes de análisis para irlas construyendo como las propias experiencias, diversos casos y/o situaciones problemáticas, la elaboración de materiales y actividades o para desarrollar dinámicas y proyectos.

Es un reto construir comunidades de práctica, especialmente cuando existe el imaginario de que el docente se resiste a construir en colectivo y también porque, tal y como los participantes comentaron, existe una enorme tensión entre las demandas prescriptivas que se presentan en los diversos niveles y modalidades del sistema educativo en donde, en muchas reuniones que no encuentros entre docentes, siguen prevaleciendo las órdenes, indicaciones o la solicitud de formatos y documentación.

Se siguen empoderando las relaciones verticales en donde las autoridades tienen la última palabra, lo que afecta aquellos intentos de ser y hacer de procesos de construcción colectiva para mejorar la enseñanza y el aprendizaje. Coincidimos los participantes que, precisamente en este entorno, es cuando se requiere dar pequeños pasos, pero firmes para ir erradicando poco a poco la desconfianza, la competencia insana, enfrentando las resistencias para construir certezas con la vista puesta en un futuro común.

Se concluyó que la formación profesional continua de los docentes, que, si bien está permeada por su formación inicial, que en este país sigue siendo un reto, debería   tomar en cuenta que el mejor acompañamiento pedagógico es el que se realiza “in situ”, dentro de un proceso sistemático que implique un horario, ciertos periodos de sistematización, organizada en torno a desafíos que comprometan la socialización en colectivo y con la responsabilidad de hacerla visible, compartida y situada.

Se comentó también que no todo es negativo y que hay muchos esfuerzos que es necesario valorar y que fueron visibilizados en nuestro encuentro,  como el autoaprendizaje que muchos docentes están realizando especialmente en cuanto al uso de las TIC como herramientas de apoyo, el de acercarse y profundizar en el conocimiento de los alumnos a través de sus emociones utilizando la fotografía o el de fomentar  la interacción  con sus alumnos a través de la cultura y del arte reconociendo y valorando los saberes familiares y locales.

Las principales problemáticas que será necesario plantear en los siguientes encuentros, fue el de profundizar en lo que implica la educación a distancia con todas sus tensiones, sus problemáticas y necesidades y la creciente necesidad de formar en este tema, dado que los alumnos y los maestros en muchos casos, están desorientados, agobiados y estresados tanto con las tareas, como con lo que se les solicita.

Es necesario insistir que el uso de las TIC como herramientas, no implica necesariamente educar a distancia, si bien hay disponibles tanto de manera institucional, gratuita  y de diversas asociaciones y organismos diversos materiales, herramientas, plataformas, espacios etc. de acceso libre,  se requiere  que cada docente, en sus diversos contextos y espacios de desarrollo profesional los traduzca con sus formas específicas de ser y hacer, para lo cual requiere de formación y de acompañamiento pedagógico adecuado a sus necesidades.

Otro aspecto que ha estado presente a lo largo de los encuentros es la necesidad creciente del apoyo socioemocional, no solo para las estudiantes, también para los docentes, en donde el abanico de posibilidades se reduce. Esta situación no solo está presente en este momento, ya he escrito sobre la necesidad de que los docentes cuenten de manera institucional con apoyo socioemocional y en caso de ser necesario, de las terapías necesarias derivadas de su situación particular, porque ser docente es una profesión compleja, ardua, desafiante y demandante y muchas veces como ahora, se asume más allá del tiempo que institucionalmente se les asigna.

Ambos temas son de importancia nodal en este momento, la formación para educar a distancia y el uso de las TIC, así como el apoyo socioemocional tanto para docentes como para los alumnos, temas previstos para los siguientes encuentros.

Queda abierta la invitación para que juntos el 15 de octubre, sigamos valorando nuestras   conversaciones, recuperando nuestros saberes y resignificando nuestras experiencias.

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