Nuevo Instituto de Evaluación debe ganarse la confianza de profesores: expertos

Por: Mariana Jaime

El trabajo que el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación realiza desde su creación en el 2002, como la elaboración de diagnósticos, estudios, directrices y recomendaciones para la autoridad educativa, está en riesgo.

Así lo consideran especialistas en el campo de la educación, pues si bien crear un organismo que se ocupe de la formación, capacitación y profesionalización continua de los docentes es un acierto, eliminar al organismo público autónomo encargado de evaluar la calidad, el desempeño y los resultados del sistema educativo sería regresar a un régimen en el que no se puedan cuestionar las acciones del gobierno.

Roberto Rodríguez, investigador de la UNAM, opinó que la evaluación de los maestros debe quedar fuera de la jurisdicción del INEE, pero sería un error eliminar las tareas de evaluación de alumnos, escuelas y políticas y programas.

La reforma educativa propuesta por el Presidente Andrés Manuel López Obrador eliminaría la figura del INEE para dar lugar al Centro Nacional para la Revalorización del Magisterio y la Mejora Continua de la Educación, que presuntamente asumiría las tareas que hasta ahora realiza el Instituto, además de la profesionalización docente.

“Creo que habría la posibilidad, la opción de que existiera a la par del Centro de Revalorización del Magisterio un centro o un instituto dedicado a la evaluación -fuera de la evaluación de maestros- que venía haciendo el INEE. Sí creo que es valioso que sea independiente de la SEP, bajo la figura de autónomo o por lo menos de un órgano desectorizado”, puntualizó Roberto Rodríguez.

Arcelia Martínez, académica del INIDE, externó que desaparecer al INEE sería “tirar por la borda” años de trabajo que comenzaban a dar resultados para mejorar el Sistema Educativo Nacional, al incidir poco a poco en la confección de políticas públicas.

“No es fácil ni directa la relación entre evaluación y mejora, porque adentro se mete la política, se meten los tiempos electorales, se meten los cambios de funcionarios, la rotación de cuadros, el tema de voluntades, entonces, digamos que íbamos avanzando”, afirmó la académica.

Por su parte, Pedro Flores, investigador de la Universidad Autónoma de Querétaro, manifestó que desaparecer el Instituto daría la oportunidad de generar una nueva estructura burocrática y de órgano de gobierno, pero sin duda tendría que mantener la autonomía técnica y política.

“El Instituto ha generado información sobre, por ejemplo, tasas de abandono escolar, que me parece que la SEP no ha podido generar, incluso, en algún momento hace años, el INEE dio tasas de abandono escolar mayores a las que reportaba la SEP”, apuntó Pedro Flores.

Para los investigadores los retos que tendría que asumir el INEE o un nuevo organismo similar son ganarse la confianza de los maestros de base con rigor técnico, mejorar y profundizar las tareas que ha realizado y trabajar con mayor coordinación con los responsables de elaborar las políticas públicas.

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