Concluyó el juicio a ex profesores y a funcionarios de Atlanta, en los Estados Unidos, culpables de falsificar los resultados de los exámenes de sus alumnos con la intención de recaudar bonos e incentivos.
Uno de los mayores escándalos de la educación en los Estados Unidos llegó a su fin la semana pasado, cuando el juez Jerry Baxter dictó sentencia a los involucrados.
Entre las penas impuestas por el juez destacan la de tres de los condenados sentenciados a 20 años de prisión; cuatro fueron condenados a 5 años de cárcel; dos deberán cumplir arresto domiciliario y fines de semana en la cárcel; mientras otros tendrán que devolver las pagas extra que habían recibido por los resultados falsificados.
Los primeros días de abril un jurado había declarado a los acusados culpables de borrar las respuestas incorrectas o ayudar a los alumnos para que acertasen en los exámenes de 2009. Los investigadores reunieron pruebas de que esas prácticas se habían encubierto en 44 colegios y que había casi 180 funcionarios implicados.
El escándalo de educación fue revelado por un periódico local que demostró que algunos de los resultados eran muy poco probables estadísticamente, por lo cual el estado de Georgia realizó una investigación que descubrió que las autoridades de los colegios públicos de Atlanta habían animado a los profesores a cambiar las respuestas de los estudiantes para demostrar el progreso educativo.
El incentivo de los profesores y funcionarios eran las pagas extra que les dan a profesores y colegios en función a los buenos resultados de sus alumnos. Con la artificial mejora de los resultados, consiguieron recaudar bonos e incentivos y a algunos les sirvió para mantener sus puestos de trabajo.