Recientemente se ha polemizado en los medios de comunicación la decisión que tomó la Secretaría de Educación Pública (SEP), en junio de 2013, de suspender la prueba Enlace (Evaluación del Logro Académico en Centros Escolares), en tanto el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) definiera el futuro de dicha prueba. La decisión de suspender la aplicación de Enlace en 2014 fue apoyada por el INEE por motivos que se explican más adelante. En consecuencia, ambas instituciones publicaron en diciembre pasado un comunicado de prensa conjunto donde informan sobre esta decisión táctica (que la SEP había anunciado en el mes de junio), reiterando que la validez de la prueba está siendo estudiada por un grupo de especialistas nacionales e internacionales.
Ha habido una serie de reacciones a la decisión de suspender la aplicación de Enlace en 2014. Destaca la publicación que hizo Mexicanos Primero en donde critica severamente a la SEP y al INEE de haber cometido un grave error, y se acusa a ambas instituciones de estar abonando a la opacidad del Sistema Educativo Nacional, al eliminar el único instrumento de transparencia y rendición de cuentas que existe en el país en materia educativa. Concluye que, aunque Enlace presenta problemas, es mejor tener esta evaluación que no tener nada. A este comunicado se sumaron algunos ciudadanos y líderes de opinión, exigiendo que se dé marcha atrás a esta decisión. Igualmente, instrumentaron un movimiento de recopilación de firmas llamado “Sí a Enlace” y publicaron un desplegado para presionar a la SEP y al INEE de que cambie esta decisión. Por su parte, algunos académicos se han pronunciado en sentido contrario, apoyando la decisión de no continuar con Enlace, con el argumento de que la prueba no está dando resultados confiables y que está desinformando a la sociedad.
Dada la importancia de este asunto no solo para quienes se interesan en temas educativos, sino para la ciudadanía en general, preocupada en mejorar la educación y en contar con mecanismos que les permitan conocer el estado que guarda la educación en México, es fundamental que el público esté bien informado para entender esta polémica. Con esta idea, haré una breve historia del origen de Enlace, de su “evolución” hasta nuestros días. Enlace fue un proyecto que impulsó en 2005 el Secretario Reyes Tamez, y que se instrumentó con el apoyo técnico del INEE (a quien yo representé en su momento). La idea original fue contar con una prueba censal que sirviera para detectar las deficiencias de los estudiantes de educación básica en las áreas de lectura y matemáticas. En este sentido tuvo un propósito eminentemente formativo y pedagógico: se esperaba que los resultados sirvieran para que la escuela y los padres de familia reforzaran las áreas débiles del estudiante, teniendo como referencia el currículo nacional. Congruente con este propósito, la aplicación de la prueba no tenía un control estricto (docentes y padres de familia la supervisaban de manera voluntaria) y las únicas personas que podían acceder a la información de cada estudiante eran el profesor, el director y sus padres, a través de una clave personalizada que les proporcionaba la SEP.
Con la llegada de la administración de Felipe Calderón, la SEP cambió los propósitos originales de Enlace al convertirla en un instrumento de alto impacto sin prever los cambios necesarios para asegurar el control de su aplicación. Fueron dos los nuevos propósitos: 1) servir como componente del programa de Carrera Magisterial (dándole un peso del 20 por ciento para después incrementarlo al 50 por ciento) y 2) servir como una herramienta de rendición de cuentas de las escuelas, para lo cual se hicieron públicos los resultados de los centros educativos y se elaboraron ordenamientos simples (rankings) de las instituciones.
Por desgracia, las autoridades del sexenio anterior no tomaron en cuenta que al convertir Enlace en un instrumento de alto impacto, económico y social, y al no controlar su aplicación, dejaban el camino preparado para que la aplicación de la prueba se corrompiera, ya que el interés de docentes y escuelas se centraría en que los estudiantes obtuvieran las mejores calificaciones en la prueba, independientemente de que los resultados reflejaran o no el aprendizaje logrado. En estas condiciones son muchas las formas en que, según la investigación educativa, se puede corromper una prueba. Algunas son muy sutiles y difíciles de percibir, mientras que otras son muy obvias. Entre las sutiles se encuentran: 1) enseñar para la prueba y practicar las respuestas y 2) asegurar que los estudiantes de bajo rendimiento no se presenten a clases el día de la prueba. Entre las formas abiertas de corrupción se encuentran: 1) robar y destruir las pruebas, 2) dar a conocer y distribuir los cuadernillos antes del examen, 3) dictar las respuestas correctas a los alumnos, 4) permitir que los estudiantes se copien y 5) cambiar las respuestas de los estudiantes, una vez que éstos entreguen el examen.
Cuando una prueba se corrompe, como es el caso de Enlace según muestran algunas evidencias, sus resultados pierden toda validez y confiabilidad: en vez de informar a la sociedad la desinforma, en vez de rendir cuentas y transparentar lo que sucede, oculta y disfraza la realidad con datos incorrectos. Una evidencia empírica de que esto le ha sucedido a Enlace son los resultados de 2013, donde los estados de Chiapas, Guerrero y Campeche se ubican en los primero lugares de México, mientras que Aguascalientes y Querétaro se ubican entre los últimos. Otra evidencia es el cambio abrupto a partir de 2009 de la proporción de alumnos con altas calificaciones en matemáticas. Esta información no es creíble, va contra toda lógica y contradice los resultados de las evaluaciones nacionales (del INEE) e internacionales (de la OCDE).
Por esta razón el INEE, con base en sus atribuciones, se propuso estudiar la validez de Enlace y así, en 2015, estar en condiciones de hacer recomendaciones sobre el uso futuro de esta prueba, o de cualquier otra, que pretenda aplicarse censalmente. En este sentido, el INEE juzgó razonable la decisión de la SEP de suspender en 2014 la aplicación de Enlace y esperar a tener los resultados del estudio de validez. Lo hasta aquí expresado permite apreciar que el INEE actuó responsablemente, tanto técnica como socialmente, considerando además que esta prueba cuesta cerca de 200 millones de pesos anuales.
Eduardo Backhoff Escudero
Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.
Publicado en Campus Milenio