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UAQ: Presente y futuro (primera parte)

El pasado jueves rindió su sexto informe de actividades la doctora Teresa García Gasca, rectora de la UAQ. Con ello, finalizó su gestión al frente de nuestra casa de estudios. Cada miembro de la comunidad universitaria podrá hacer un balance del papel que desempeñó García Gasca hablando de “como le fue en la feria”.

Pero la opinión pública y la rendición de cuentas requiere referentes impersonales y más generales. El primero es contrastar lo que prometió al inicio de su gestión y lo que realmente logró. Segundo, podemos comparar su administración con otras previas para hacer un balance más objetivo de su desempeño y tercero, aún más exigente, habrá que revisar datos, conductas y reglas creadas en relación con lo que la universidad pública requiere en un país como México.

En el Plan Institucional de Desarrollo 2019-2021, García Gasca estableció seis objetivos estratégicos: (1) “Planificar” la cobertura con equidad de género e inclusión, (2) ofrecer educación de “calidad” integral, flexible y pertinente, (3) privilegiar la toma de decisiones colegiada. En este punto se incluía la adecuación normativa y la modificación del Estatuto Orgánico, así como emprender acciones para mejorar el “clima organizacional”. (4) Lograr una mejor vinculación con la sociedad, (5) implementar programas de atención a la salud, y (6) “[l]ograr la suficiencia financiera que permita a la UAQ alcanzar sus objetivos académicos para poder ofrecer educación de calidad con pertinencia social”.

En términos de cobertura, llama la atención que se propuso “planificar” la cobertura y una de las estrategias al respecto fue “reordenar” el crecimiento de la matrícula y no elevarla. Aun así, la matrícula de la UAQ creció al pasar de 30,498 jóvenes en 2018 estudiantes a 33,178 a finales de 2023, lo que representa un incremento de 8%. Para dimensionar este aumento en términos absolutos, hay que tomar en cuenta otros indicadores. Uno de ellos es la tasa de aceptación de nuevo ingreso. Mientras que en el último semestre de 2017 se aceptaron a 33 de cada 100 jóvenes, para finales de 2023 este indicador subió casi 10 puntos porcentuales (42.9%). Es decir, la UAQ ahora acepta a 10 estudiantes más de cada 100 que cuando inició la gestión de García Gasca.

Otro factor a considerar es si al haber aceptado en 2023 a 2,680 más estudiantes que hace seis años se hizo bajo algún criterio de equidad, como se propuso en el PIDE 2019. El informe de la rectora presenta datos sobre la distribución porcentual de los estudiantes aceptados por sexo y facultad en 2023, pero no cómo cambió este indicador en el tiempo. Tampoco aparecen datos para conocer el perfil socioeconómico del joven. ¿Cuántos jóvenes de esos 2,680 pertenecen a los hogares de los deciles de ingreso más bajo? ¿Aceptamos ahora a más jóvenes indígenas que en el pasado? ¿Cómo cambió la proporción de los nuevos ingresos que padecen alguna discapacidad o altas capacidades? Estas preguntas quedan abiertas. Esperamos que la nueva administración encabezada por la doctora Silvia Amaya las responda para mostrar la importancia de la universidad pública en términos de igualdad de oportunidades.

Aumentar la cobertura con equidad y calidad está relacionado con el financiamiento y la estrategia de expansión territorial, la cual, parece que es regresiva. De estos temas hablaremos en la próxima entrega.

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