Los espacios escolares pueden ofrecer avances en la paridad de género

Cecilia Perezgasga Ciscomani

Uno de los ejes articuladores del plan de estudios de enseñanza preescolar, primaria y secundaria es la igualdad de género, donde se promueve una formación anti sexista, anti racista y anti clasista, a la par que se cuestionan las prácticas institucionalizadas que asigna a cada persona una identidad sexual, racial y de género que marca las discrepancias sociales.

Así se pronunciaron las voces de especialistas académicas, autoridades de enseñanza y representantes de asociaciones de la sociedad civil y de organismos internacionales durante el Foro Igualdad de Género en la Educación Obligatoria, convocado por la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MejorEdu).

La violencia estructural está presente en las casas de estudio, resultado de un androcentrismo cultural y simbólico, de la naturalización de las desigualdades y las relaciones de dominación, como se ha manifestado desde los feminismos. Los roles de género van más allá de lo evidente, son mandatos de femineidad y de masculinidad desde donde se reproducen los estereotipos.

En la inauguración, la directora de la oficina de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) en México, Patricia Aldana Maldonado, señaló que la responsabilidad y convicción de la instancia que representa es impulsar acciones que reduzcan los actos de discriminación y disparidad de género desde los procesos educativos, como está planteado en los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

La magistrada y presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, doctora Zulema Mosri Gutiérrez, expresó que en el año 2010, todos los órganos jurisdiccionales del país suscribieron el pacto para introducir la perspectiva de género en la impartición de justicia y se comprometieron a sembrar la semilla de la paridad.

Esto significó que todos los que conforman dichos órganos se capacitaran constantemente a fin de entender y aplicar la perspectiva de género para elevar la eficiencia en la impartición de justicia.

La maestra María Margarita Cortés Cid, directora del Sistema Nacional de Igualdad entre Mujeres y Hombres de INMUJERES, abogó por recuperar la pedagogía de género, sus experiencias y saberes.

La comisionada presidenta de la junta directiva de Mejoredu, Silvia Valle Tépatl, indicó que el eje articulador del nuevo plan de estudios sobre equidad de género aportará elementos necesarios para que el alumnado tenga la capacidad de cuestionar estos patrones con los que se han formado las generaciones anteriores y tengan la capacidad de transformarlos.

La jornada del Foro contó con cuatro conversatorios. En la primera Mesa, Leticia Bonifaz Alfonzo, experta independiente del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), habló de la igualdad formal y la sustantiva; la formal es la que está asentada en las leyes, pero en la sustantiva, las personas siguen reproduciendo conductas que hacen latente estas brechas de género, en la familia y en la escuela.

Enfatizó que ya hay ejemplos importantes sobre equilibro de género en las escuelas escandinavas, cuyos modelos incorporan el tema desde hace varios años; los referentes de Dinamarca,  Finlandia, Noruega y Suecia, “nos muestran que es posible reducir las brechas desde los espacios escolares. Nuestro compromiso es trabajar para erradicar los estereotipos y éstos se combaten en la enseñanza”.

El doctor Manabu Sato, Profesor Emérito de la Universidad de Tokio, refirió a la desexualización como una ideología que en Japón promueve políticas de género y que se despliega en la formación en todos sus niveles.

Es indispensable un análisis teórico profundo sobre la socialización diferencial entre hombres y mujeres, así como la influencia que ha tenido en las desigualdades y prácticas de discriminación que aún subsisten en los sistemas escolares y en los libros de texto gratuitos, advirtió Mónica García Contreras, responsable del Doctorado en Educación y Diversidad de la UPN.

La formación debe incluir un enfoque en derechos humanos y perspectiva de género de manera interseccional. Desde 1995, en Beijing se habla de la transversalidad de esta categoría analítica como herramienta para las políticas públicas que ahora debe estar presente en el sistema educativo, propuso Cecilia Paz Contreras Ramírez, directora de Políticas Institucionales de la Unidad de Prevención y Combate al Acoso Sexual del Consejo de la Judicatura Federal.

En el segundo conversatorio, se dijo que en Quintana Roo, los actores del sector se capacitan de manera constante en materia de desigualdad y violencia de género, prevención y detección oportuna, maltrato infantil, enseñanza para la paz, derechos humanos y una gran cantidad de cursos y talleres con diversos tópicos derivados de estas problemáticas, como lo reveló la subsecretaria de Educación Media Superior del estado, Xóchtil Carmona Bareño.

Las causas estructurales y culturales que sustentan y validan las prácticas de violencia deben ser abordadas desde un paradigma de respeto y promoción de la dignidad humana, subrayó Gabriela Polo Herrera, directora de Políticas de Prevención y Atención de las Violencias del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes.

El Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM tuvo su participación en la tercera Mesa en voz de Patricia Piñones Vázquez, que destacó el mensaje pronunciado en marzo por el Secretario de la ONU, António Guterres, quien pronosticó que la igualdad de género podrá alcanzarse en 300 años, aproximadamente, esto es, en cinco generaciones.

Graciela Rojas Montemayor, presidenta de Movimiento STEM, afirmó que mientras se perpetúen los estereotipos de género que sostiene que las mujeres no son hábiles para las matemáticas, la ingeniería, la ciencia y la tecnología, y se entienda que las diferencias no son biológicas, sino socioculturales, no podrán ser parte del advenimiento de creación de nuevas tecnologías.

Mencionó un estudio de la organización llamada Crianza Libre, que afirma que a los tres años las niñas creen que los varones son superiores, a los seis se asumen menos talentosas que ellos y, por tanto, se alejan de intereses que suponen mucha inteligencia, y a los 12 ya se retraen para dar una opinión.

En INMUJERES se está impulsando una serie de actividades para establecer vínculos con las escuelas normales del país, pues consideran que es en el espacio de formación de docentes donde se tiene que gestar la transformación para contrarrestar las desigualdades, señaló Anabel López Sánchez, directora general para la Promoción de una Vida Libre de Violencia.

La cuarta mesa contó con la participación de UNICEF, así como de autoridades educativas de Nuevo León, Aguascalientes y Michoacán. Hanna Monsiváis Lehne explicó que UNICEF México desarrolló el programa Escuelas en Acción para la Igualdad destinado a la formación inicial y continua de docentes que busca fomentar sus habilidades socioemocionales y prácticas y poder identificar, prevenir y canalizar las violencias que ocurren en las escuelas con una perspectiva de género en los niveles preescolar, primaria y secundaria.

El programa ya se ha aplicado en Michoacán y Nuevo León, y la idea es cubrir todos los estados del país.

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