Miradas sobre la educación en Iberoamérica. Metas educativas 2021

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Álvaro Marchesi Ullastres*

 

Presentación

El informe Miradas Educativas 2014 vuelve a dedicarse de forma íntegra a actualizar los datos de  las distintas metas e indicadores hasta el año 2012, y en algunos casos hasta 2013. Ha supuesto  un enorme esfuerzo de los institutos y las direcciones de evaluación de prácticamente todos los  países, lo que permite ofrecer un panorama amplio e integral, aunque en ocasiones incompleto,  de la situación de la educación en Iberoamérica.

Decimos en primer lugar que la fotografía es amplia e integral porque las metas educativas aprobadas por los Ministros de Educación y los Jefes de Estado y de Gobierno en 2010 así lo manifiestan. La información obtenida no se reduce a los datos cuantitativos referidos a la escolarización,  al número de docentes, a la alfabetización de las personas jóvenes y adultas, a los alumnos que  terminan o abandonan un determinado nivel educativo, a los resultados alcanzados en alguna de  las pruebas internacionales realizadas en los últimos años o a la financiación de la enseñanza. Las  metas educativas apuntan también a otros factores también ligados a la calidad y a la equidad  educativa: los proyectos integrales, la lectura, las bibliotecas escolares, el papel de la educación  artística o de las tic en la educación, la atención educativa a los alumnos de las poblaciones indí-
genas o afrodescendientes, la inclusión de las personas con necesidades educativas especiales y  la evaluación de las escuelas, por citar algunos de los más relevantes.

En estos últimos indicadores, que no deberían ser olvidados en las evaluaciones, se encuentran  las principales debilidades del presente informe. Nadie duda de que sean factores importantes, pero la dificultad de evaluarlos y de traducirlos a un indicador cuantitativo conduce a que los datos obtenidos aparezcan en muchos casos incompletos; e incluso, en determinados de ellos,
no del todo fiables y comparables entre unos y países y otros. Esta debilidad del informe y de los sistemas de evaluación de nuestros países se convierte al mismo tiempo en un nuevo reto: lograr en los próximos años una aproximación más precisa y compartida de la mayoría de ellos. El hecho de que esté previsto que el Informe 2015 se dedique a la educación de las poblaciones originarias y afrodescendientes puede convertirse en un gran avance en esta dirección.

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 ¿Qué conclusiones se obtienen de los datos presentados en este informe? La primera y más importante es que la educación ha progresado enormemente en todos los países y se ha convertido en uno de los objetivos prioritarios en las políticas públicas de la mayoría de ellos. El capítulo dedicado a la financiación de la educación, elaborado por la CEPAL, es buena prueba de ello. Los incrementos presupuestarios son significativos en la mayoría de los países, a pesar de la crisis económica que especialmente están sufriendo las economías más desarrolladas. Merece la pena destacar, como así se hace en el informe, el compromiso explícito de dos países con la financiación de la educación: República Dominicana, que duplicó su presupuesto en 2013, y Brasil, que acaba de aprobar una ley que compromete un avance progresivo de la financiación hasta alcanzar el 10% del PIB en el año 2022.

La segunda, y no menos importante, es que continúan manifestándose claras diferencias y desigualdades entre unos países y otros y dentro de cada país en la mayoría de los indicadores seleccionados. Es la otra cara de la moneda en relación con los avances que se muestran de manera generalizada en la educación iberoamericana. Los progresos en la escolarización de los alumnos en la educación obligatoria han sido notables en estos años, aunque no se pueden generalizar a todos los países. También lo ha sido el porcentaje de alumnos que terminan las etapas de primaria, secundaria baja y secundaria alta. Un dato es demostrativo de este progreso: la tasa bruta de finalización de la educación secundaria baja fue, en el conjunto de Iberoamérica, del 86%, porcentaje que mejora en 17 puntos porcentuales la cifra de 2008. También se ha elevado, aunque en menor proporción, la tasa de finalización de los estudios de la educación secundaria alta. En 2013, el porcentaje de la población entre 20 y 24 años que han terminado la educación secundaria alta es del 60%, frente al 53% en 2008. Sin embargo, conviene destacar también algunos retos que esta información ofrece. El promedio para Iberoamérica de la tasa neta de matriculación en educación secundaria baja alcanzó en 2012/2013 el 71%. Es un progreso notable en relación con años anteriores, pero hace falta mantener el esfuerzo en los próximos años para alcanzar a la casi totalidad de los alumnos. Este promedio no debe esconder el hecho de que existen diferencias muy significativas entre unos países y otros.

Otro de los desafíos a los que se enfrenta la educación en Iberoamérica es la ampliación de la oferta de educación técnico profesional que permita proseguir sus estudios a los alumnos que terminan la educación secundaria básica o la educación secundaria alta. Los progresos en estos años en la escolarización de alumnos en el nivel posobligatorio no han sido tan elevados como en la etapa educativa anterior, posiblemente por la insuficiencia de la oferta de formación profesional.

El informe revela un dato muy esperanzador: el descenso del porcentaje de la población analfabeta, que ha pasado del 9% en 2009 al 6% en 2013. El esfuerzo de Ecuador, Guatemala y Nicaragua ha sido especialmente notable, pues en los dos primeros países el analfabetismo se ha reducido en torno a un 11,5%, mientras que en Nicaragua la disminución ha llegado al 17% de la población. A la vista de estos datos, es posible considerar que se alcanzará el objetivo de las Metas Educativas de que el 95% de la población esté alfabetizada en 2015.

Los datos referidos a la calidad de la enseñanza muestran el desafío que supone mejorar el nivel de competencias básicas alcanzado por los alumnos. Los resultados de los países que han participado en pisa en estos últimos años son un claro indicador de esta situación. Hace falta cuidar la infraestructura de las escuelas, mejorar la formación y el desarrollo profesional de los docentes, ampliar el tiempo escolar y elevar el nivel educativo y cultural de la población, para que estos resultados progresen de forma significativa. Los proyectos de varios países para extender la jornada escolar a tiempo completo, como El Salvador, Honduras y República Dominicana, por citar algunos de los países con mayores desafíos para incrementar la calidad de su educación, es una estrategia enormemente acertada para alcanzar este objetivo. De hecho, fue uno de los indicadores establecidos en las Metas educativas 2021 como expresión, motor y garantía de una educación de calidad.

El capítulo dedicado al profesorado incorpora los datos ya presentados en el informe del iesmede 2013. En él se incluyen no solo la información referida a la formación, las condiciones laborales, el desarrollo profesional y la evaluación del trabajo docente, sino también algunas propuestas de mejora en estos campos tan fundamentales para la calidad de la enseñanza. Algunos países han puesto en marcha iniciativas ambiciosas en este campo. La reforma emprendida por México puede ser un modelo del esfuerzo que se está realizando para resolver problemas largo tiempo pendientes.

Merece destacarse la nueva visión que se detecta en la mayoría de los países sobre la necesidad de establecer acuerdos entre distintas administraciones y sectores sociales para abordar los retos que plantea la educación de todos los alumnos. Educar es una responsabilidad que no atañe exclusivamente a los ministerios encargados de una escolarización satisfactoria de los alumnos, sino que debe ser un compromiso del gobierno y del conjunto de la sociedad. El dato obtenido de la información proporcionada por los diferentes países apunta a que la atención integral de la infancia es la etapa del desarrollo en la que con más fuerza se avanza en este tipo de proyectos.

Es una nueva expresión de la justa importancia que los gobiernos están otorgando a garantizar los derechos de la infancia. Este informe sobre los avances y retos futuros del proyecto Metas Educativas 2021 muestra una imagen positiva de los logros alcanzados en los últimos años. Sin embargo, debe ser también un estímulo para continuar con el esfuerzo iniciado y lograr un incremento integral de la calidad de la educación, que asegure al mismo tiempo mayores niveles de equidad en el acceso a la enseñanza, en la educación que reciben los alumnos y en los resultados escolares que obtienen. A la luz de estos datos, posiblemente sea el momento en 2015 de que cada país revise los objetivos y los indicadores establecidos en 2010 para adaptarlos a sus condiciones particulares y reajustar sus esfuerzos educativos, financieros y de gestión para los años siguientes.

Consulta el Informe completo AQUÍ

* Secretario general de la OEI

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