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UAQ: Presente y futuro (Cuarta parte)

Aparte de ofrecer educación de “calidad”, de que la cobertura se planificaría con equidad y de que se lograría la “suficiencia financiera”, la doctora Teresa García Gasca también prometió, al inicio de su gestión, “privilegiar” una toma de decisiones colegiada, lograr una “mejor” vinculación con la sociedad e “implementar” programas de atención a la salud. ¿Qué ocurrió desde 2018?

Primeramente, es importante hacer notar que para poder hacer un balance que conlleve a una rendición de cuentas, los objetivos institucionales están entrelazados. De esta manera, podemos sostener que al mejorar la salud del estudiante se crean mejores condiciones para su aprendizaje, lo que a su vez podría redundar en una educación de “calidad”. Igualmente, promover la salud no es gratis, está relacionado con los recursos financieros y materiales que, como remarcó García Gasca tanto en el informe escrito como en su mensaje político, son crecientemente limitados.

Implementar programas de atención a la salud también guarda una estrecha relación con la vinculación social. Por eso, los resultados en este rubro aparecen en el capítulo de “Gestión Social”. Ahí, se reporta que el Sistema Universitario de Salud, que existe desde 2012, “ofreció” diversos servicios de bajo costo a la sociedad en general. En el Anexo 1 se presenta el “Grado de cumplimiento de compromisos de campaña” donde se señala que se logró al 100% el fortalecimiento de los programas de salud y que quedó en un 80% el compromiso de conformar una “empresa universitaria en servicios de salud” que permitiera una “mejor” captación de recursos.

¿Cómo podemos saber de manera fidedigna que se cumplió esta meta al 100 y 80%? No es claro en el Sexto Informe qué indicadores se utilizaron para establecer este grado de cumplimiento. Sería razonable, por lo tanto, que se establezcan mejores referentes de medición en la UAQ. La investigación científica normalmente cuestiona cuando un criterio se fija con cierto grado de arbitrariedad. Para corregir, está el diálogo entre pares y el cuestionamiento público basado en un esquema de información abierta y transparente.

El tema de la salud en las universidades muestra que una meta originalmente planteada puede tomar mayor relevancia a partir de la contingencia. En este sentido, al hacer un balance es importante mencionar la puesta en marcha de la Clínica de Rehabilitación Covid en 2021. La pandemia nos tomó por sorpresa, pero la UAQ reaccionó para enfrentar con sus recursos científicos y materiales un reto del cual aún experimentamos secuelas en términos de salud psicoemocional, logro escolar y habilidades sociales.

Vincularse con el entorno social va a exigir de la nueva administración encabezada por la doctora Silvia Amaya imaginación, decisión y valentía. Los recursos públicos para la educación y la ciencia van a escasear aún más. Los regímenes políticos en México y en el mundo van dejando más claro su carácter autoritario con la máscara de “democráticos”. El ataque a la autonomía es evidente. Por si fuera poco, la mentira parece imponerse sobre la verdad y tendemos a apoyar programas populares, pero evidente y educativamente regresivos. Además, la polarización social se acrecienta a medida que se restringe la libertad y la violencia ya tomó niveles alarmantes. De pilón, las relaciones intergubernamentales entre el Gobierno Federal y el estatal son cada vez más intrincadas. Sobre el modelo de toma de decisiones hablaremos la próxima semana.

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